AFRODITA
Lo he hecho mal, lo sé.Mason está bien, es todo lo que una chica desea... pero no es una persona a la que quiera hacerle daño y sé que nos lo vamos a hacer mutuamente.
No tenía que haber caído en la tentación. No es justo para él.
Es muy buena persona, lo corroboré cuando me habló de su exnovia, ella le fue infiel y él la defendió, no la insultó, no la denigró... ni nada. Me sorprendió.
Yo, definitivamente, no soy así.
Eso sí, me dio mucha pena, no se merecía lo que le hizo esa chica. No la conozco pero joder ¿qué necesidad hay de serle infiel a una persona? La dejas y luego haces lo que quieras pero es que encima tratarlo mal, a Mason no se le trata mal, se le da amor...
—Buenos días, preciosa—se abraza a mi cuerpo y esconde su cabeza en mi cuello—¿Te sientes mal?—No. Estoy bien. Solo...levántate, te tienes que ir y yo me tengo que preparar, tengo que ir a la ciudad deportiva para preparar la concentración—se remueve y se pone encima mía.
—¿Un mañanero? —pregunta con una sonrisa inocente.
Me sorprende con su propuesta pero sé que es broma por la diversión que veo en sus ojos.
Lo echo a un lado para ponerme mi camiseta que tenía en el suelo.
—No, esto no se vuelve a repetir—digo y él frunce el ceño—Te lo dije, solo una vez.
—Dijiste que no me enamore y yo no me enamoraría de ti, jamás—recalca.
Auch...ha ido directo al corazón.
—Pues ya está, arreglado. Te puedes ir—señalo la puerta.
—No soy uno de tus perros, Afrodita—reclama negando con la cabeza.
—Eres imbécil, creo. Necesito irme y tú me atrasas—bufo cuando se vuelve a acercar a mí sonriendo.
—Quiero repetir. Cuando sea pero quiero volver a...repetir ¿sí?—pone sus manos a cada lado de mi cuerpo y junta su nariz con la mía.
—Te dije que no, Mason—digo pero no me escucha y me empieza a besar el cuello, me intenta tocar los pechos pero se detiene cuando suelto un gemido suave—No toques tanto—sonríe en mi cuello y me deja un beso antes de apartar su rostro para mirarme a los ojos.
—Eres fantástica...en todo—dice regalándome una sonrisa.
No sé que tiene esa sonrisa pero me hace sonreír a mi también.
—Tú también. Espero que no me hayas engañado, porque para tener solo una novia sabes complacer fantásticamente.
—Em bueno...sabes guiar—suelta una risita—No sé si...tú sabes... —le tapo la boca con mi mano y le doy un beso en la mejilla.
—Estuviste genial.
—Vale, gracias por no decirme lo malo que soy haciéndolo—ríe y acaricia mi mejilla.
—No lo eres de verdad—me apresuro a decir.
Ha sido una de mis mejores noches. Joder. No se preocupaba por él, solo por mí.
Maldición, lo hicimos de todas las maneras, cuando era suave parecía que estaba soñando y cuando era menos suave, tocaba las estrellas.
Yo también quiero repetir.
—Te creo—ríe y me da un beso casto—Ahora sí me voy. Pero quiero repetir.
Ruedo los ojos y lo empujo lejos de mí.