59...ESTÁ EN...

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6 días antes de la final

—¿Qué vas a hacer hoy?—pregunta Ben de pie a mi lado.

Exhalo viendo como Fro está aislada mientras controla todo lo que pasa en el entrenamiento.

Desde esa noche en la que Kai le mintió y yo con mi silencio atestigüé a su favor, ella no ha vuelto a hacer ninguna pregunta sobre ese tema. Al revés, sonríe mucho más, se apunta a todas las salidas con los chicos, sale todos los fines de semanas, siempre está a mi lado, es mucho más cariñosa, siempre quiere que hagamos cosas juntos, intenta hacer tiempo para comer las tres comidas juntos, me pide que duerma con ella todos los días...

Me encanta esta Afrodita...me encanta si no viese como por la noche se levanta y no vuelve a dormir, las pesadillas que sufre, la poca comida que ingiere...las miradas perdidas cuando estamos viendo una serie o mientras comemos, el bloqueo que siente cuando estamos hablando de algo relacionado con las vacaciones...todo esto me hace creer que algo no anda bien.

—¡Mase!—grita mi amigo—¿Qué cojones?

—Mañana es el cumpleaños de mi sobrina, Afrodita y yo le prometimos a mi hermana ayudarla con la fiesta.

Me levanto del balón donde estaba sentado y me acerco al grupo.

Con la cabeza en otro lado no me percato de la discusión que transcurre delante mía hasta que Pedro me empuja.

Parpadeo confundido.

Jadeo cuando veo que Thomas agarra a Afrodita del brazo y está aplicando una fuerza que no es la que debería estar aplicando.

—Puedes dejar de apretarme el brazo—gruñe sin gritar ni nada, pero es obvio que le duele. La mueca que hace me lo confirma.

—¡Deja de desconcentrarlo, joder! Ni siquiera está dando un pase bien.

¿De quién habla?

—¿Qué estás hablando? Si ahora no he hecho nada. Hoy, ni siquiera hemos tenido tiempo de hablar.

—Tú eres la que le está obligando a confesarte algo que no existe. Dudas hasta del peine con el que te peinas y lo estás haciendo sentir mal. Deja a mis jugadores en paz y vete con tus niñadas a otro lado.

Eso es como una cuchillada.

Porque ahí entiendo que está hablando de mí.

Thomas aprieta más fuerte el agarre en su brazo, y juro que ella está intentando no mostrar que le duele pero seguro que lo hace y está claro que le dejará marca.

—Si vas a seguir con esta mierda, dejalo y ahogate en tu miseria pero deja al chico en paz.

—Ya basta—se entromete Pedro—No vuelvas a tocarla en tu jodida vida y menos delante de personas que le tienen respeto. Pareces un energúmeno.

Yo me acerco a Fro, al igual que todos los chicos.

—¿Estás bien, amor?—pregunto acariciando donde hasta hace segundos Thomas le agarraba con fuerza.

—Sí—susurra quitando mi mano y apartándose de todos—Iré a tomar agua.

Acepto y señalo a los chicos para que la dejen ir, para que le den espacio, pero Kai no me escucha y va detrás de ella.

—¡No eres su padre, no eres quién para mandarme y decirme que es lo que hago con mi hija!—escucho a Thomas discutir con Pedro.

El español es más alto y más fornido que Thomas pero aun así no le dice nada, simplemente deja que diga lo que quiera.

Un amor a medidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora