AFRODITA
20 diciembre
—Kai.
—Dime, cariño—responde mientras teclea en su móvil.
—¿Ves normal que esté enamorada de un chico que he conocido hace menos de 5 meses? Joder, es que le quiero—digo haciendo que deje su móvil y me mire frunciendo el ceño.
—¿A qué viene esa pregunta? ¿Estás dudando?
—No...—susurro sin estar segura.
—Entiendo que estés molesta por...
Gruño y me levanto del césped.
—¡No! No estoy molesta. ¿Por qué iba a estar molesta de que todos crean que mi chico es el novio de otra chica que no soy yo? Y para hacerlo más divertido aún, esa chica ni siquiera puede verme—bufo, me cruzo de brazos y miro a mi amigo haciendo una mueca.
—Hacedlo público. Así no crean especulaciones.
—No voy a hacer pública mi relación—niego de una.
—Entonces no puedes estar molesta—dice mirándome desde abajo.
—¿No?—pregunto, niega—Es que en realidad no lo estoy, solo que Mason puede aclarar que no es Maya o decirle a la cabrona que borre el comentario con los corazoncitos, que eso lo que ha hecho es confirmarlo. Es que ¡qué vergüenza!—exclamo poniendo los brazos en jarra—No es ella, ¿como se le ocurre poner corazones?
—He de decir que me reí cuando lo vi—dice empezando a reírse—Quiere provocar.
Solo niego con la cabeza y ando de un lado a otro.
—Venga, cariño. No dudes de tu relación por eso. Sabes que Mason es tuyo, habéis pasado tres fantásticos días en París. Solo vosotros dos y habéis reforzado mucho más vuestra relación, dudar ahora es una pérdida de tiempo.
—Kai, a mi no me molesta eso. Me pica pero no por eso he dudado. Solo ha sido un momento de debilidad, pero no dudo de mi relación—empiezo a decir pero corrijo cuando arquea una de sus cejas—Un poco, he dudado un poco. Porque...no sé porqué pero no quiero dudar.
—Lo amas, lo demás no es importante—dice haciendo que me paralice en mi sitio.
—Kai...yo no lo amo—confieso con toda sinceridad. Y de esto si que no tengo dudas, amar es una palabra muy fuerte y que no se debe decir a la ligera.
—Lo siento...no quise entrometerme en eso.
Asiento lentamente mientras pienso en algo para cambiar de tema.
—Por cierto, vienes mañana a Alemania ¿verdad?—pregunto algo que me hace ilusión.
Navidad es dentro de cuatro días y solo el hecho de pensar que pasaré con Mason nuestras primeras navidades me hace muy feliz.
—¡Sí!—exclama feliz y se levanta de un salto—Vamos justo después del partido, el 22 y 23 lo paso con ustedes y el 24 con mi familia.
—Mason también viene—digo con una gran sonrisa—Él y mis abuelos ya se conocen, hablan por videollamada frecuentemente. Sabes...hablan más con él que conmigo.
—Yo también los conozco—dice de morros.
Sonrío y me acerco a darle un abrazo.
—Mi abuelo te ama.
—Lo sé—sonríe y pasa sus brazos por mis hombros—¿Ahora qué vas a hacer?
—Esperar a Mason...y luego ir a casa. ¿Vienes?