AFRODITA
La televisión delante nuestra pasa un programa sobre cocina pero mis ojos no dejan de ver como mi sobrino chilla y habla solo, bueno...con sus juguetes.
—¡Habla solo!—exclamo.
—Ya....
—¿No vas a decirle nada?—pregunto estupefacta.
—Todos hablamos solos—dice concentrada en pintarse las uñas.
El puto olor me marea y no imagino a Lukas.
—Hablarás tú, yo no hablo sola.
—Bueno, ¿qué más da?
—Paso—suspiro y agarro mi móvil.
Llamo a Mase para saber donde está, antes dijo que iba a venir pero todavía no me ha llamado ni ha venido.
—Acuérdate de que te quedarás con Lukas hasta que papá o mamá lo recojan.
Frunzo el ceño mirándola de inmediato.
—¿Cómo? ¿desde cuándo?—pregunto.
—Hola, amor—responde Mason pero solo miro a mi hermana que está sonriendo inocentemente.
Tiene de inocente lo que yo de virgen.
—Desde ahora.
—Me la cobraré—señalo molesta porque es una jodida encerrona.
—¿Amor?—Mase vuelve a hablar.
—Hola, Mason.
—Oh oh...repite, repite.
Sonrío mientras me inclino para acariciar los rizos de mi sobrino.
—Hola, amor.
Hera alza las cejas aguantando la risa. Le enseño el dedo del medio y me concentro en mi chico.
—Eso está mejor. Mucho mejor—habla seguramente con su sonrisa plasmada en el rostro—Cariño, sé que debería haberte llamado pero no he podido, Jas ha dejado a Summer conmigo mientras ella va a no sé donde.
—Estamos en la misma situación, me acabo de enterar que me tengo que encargar de mi sobrino—miro acusadoramente a Hera, ella solo se encoge de hombros—Somos unos desgraciados.
Escucho la risa de Mase que me saca una sonrisa. Hera se burla pero me da igual.
—No es problema, mi vida, amas a Lukas.
—No soy niñera de nadie.
—Te he dicho que tengo que hacer algo importante.
—Follarte a un socio de Ares no es importante—digo sabiendo que es lo que realmente va a hacer —Y creí que lo dejarías con su padre.