Capitulo 27 - Capitana Hardrock (Parte dos)

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Ladybug se las arregla para sacar del agua al galeón. Libertad queda expuesta en tierra firme y Alexander apenas tiene tiempo de esquivar el barco que irrumpió en la zona bruscamente. Leng masculla algo sobre la irresponsabilidad de los héroes y su precipitada decisión sobre conducir el barco a tierra sin antes asegurar un espacio libre de civiles. Ahora, Alexander podrá comprender de inmediato la situación, pero la velocidad con la que su cerebro procesa el entorno es diferente a la velocidad de reacción que tiene su cuerpo, se mueve rápido pero no lo suficiente y la mochila que trae consigo limita su movimiento. Se aleja de lo que es la zona de impacto, pero cuando la tierra tiembla por el fuerte arribo, termina tropezando y rueda un poco antes de que sienta un cuerpo más grande que el suyo rodeándolo. Leng aprovechó la sombra proyectada por las copas de los árboles para transformarse, su velocidad vampírica hace el resto. Alcanza a su Eve antes de que se haga más daño y lo cubre con su cuerpo, ambos ruedan solo un poco más antes de que se detengan y en ningún momento Leng deja de aferrarse a Alexander.

Cuando el temblor se detiene, Leng suspira y se aleja un poco de su Eve, lo suficiente para ver cómo se encuentra, no obstante, no lo suelta. Necesita comprobar que no se hizo daño pero aun quiere tenerlo cerca. Soltarlo solo hará que piquen sus colmillos y su instinto asesino se descontrole, irá por la cabeza de la heroína que condujo el barco, irá por el héroe que tampoco dimensionó las consecuencias de su precipitado accionar, irá por la akumizada que desató todo y atacó el ayuntamiento en el mismo instante en el que su Eve lo visitaba.

—Mírame Leng. —Es muy probable que Alexander sepa que está pensando y quiera distraerlo, pero solo su voz ahora no es suficiente—. Leng. —El llamado es mucho más firme ahora.

—Un poco más y te hubieras lastimado severamente, si ese barco se desviaba solo unos pocos centímetros más no hubieras podido correr, un poco más y... —Sus ojos enrojecen, es más bestia que humano, su temperatura de por sí baja se hiela un poco más. Aquellos colmillos sobresalen. Está enojado, pero lo que impulsa aquella rabia ni siquiera es ira, es miedo y preocupación.

Suelta al chico, se incorpora y le tiende la mano, Alexander hace ademán de tomarla pero se termina arrepintiendo y permanece sentado sobre sus rodillas, la culpabilidad lo invade, había prometido alejarse del peligro y aun así terminó envuelto en una situación desagradable—. Lo siento. —Susurra, no espera que Leng lo escuche, no estando tan disperso como en esos momentos, no con su cabeza sumergida en un hervidero de pensamientos a punto de hacer ebullición—. Siento que te hayas preocupado, siento haber roto mi promesa, siento...

Baja su mirada, Leng se enoja ahora por una razón distinta—. No quiero que te disculpes. —No quiere verlo de rodillas suplicando ser perdonado por algo que ni siquiera es su responsabilidad, sabe que Alexander no buscó aquella última situación conscientemente y que se había tratado de una coincidencia. Si, corrió tras la akuma, no obstante también fue cauteloso en todo momento, el peligro fue a él de forma improvisada, técnicamente no era culpa ni responsabilidad de su Eve—. Sujeta mi mano.

—Leng... —Alexander tiembla cuando acepta la mano del vampiro, no sabe qué esperar, pero una parte de sí mismo le ruega que no esté tan asustado. Es Leng con quien está tratando, no va a hacerle daño, por muy enojado que se encuentre nunca lo lastimara de ninguna forma.

—No te arrodilles por algo como esto, nunca me inclines la mirada, no hiciste nada malo. —Se acerca a su Eve, levanta sus manos, se asegura de que ambas entren en el campo de visión de Alexander antes de cuestionar con una pequeña mirada si puede tocarlo, al ver que no se niega sujeta su rostro con ambas manos y juntó sus frentes. Es más alto que él, tiene que encorvarse, nunca le ha importado hacerlo, cierra sus ojos—. Yo solo... Si no fueras tan jodidamente frágil. —Se silencia, no es importante terminar la oración, no es necesario que Alexander lo escuche, de modo que se sorprende cuando escucha la continuación salir de los labios del chico.

—...No sentirías a tu corazón queriendo volver a latir.

Leng ahora necesita distancia, Alexander impide que se aleje demasiado al sostener sus manos para que no deje de tocarlo.

—¿Cuando descubriste cómo terminaba esa frase?

—¿Importa? —Alexander nunca le miente, es parte de su contrato, hay ciertas reglas entre ellos. Las únicas ocasiones en las que se resiste a decir la verdad y hace evidente que se encuentra desviando la pregunta, es porque se encuentra verdaderamente avergonzado de la respuesta.

Leng sonríe, no va a presionarlo. Se lo preguntará más tarde, tal vez. No le urge saberlo, a él mismo se le ocurren un par de situaciones en las que tuvo la oportunidad de descubrirlo así que no insiste aunque sabe que solo necesita preguntar una vez más para que el chico se sincere, pero algo dentro de si sospecha que es una conversación que deben tener entre cuatro paredes—. No.

Están lejos del barco pero no lo suficiente, son capaces de escuchar a Adrian exclamar "Cataclismo" y posterior a eso el "Ya no haras mas daño, pequeño akuma" de Ladybug. La pelea ha concluido y Alexander todavía tiene que asegurarse de que Camille está bien.

—Leng. —Alexander se aferra a la manga de su kimono y detiene su andar, está asustado y el miedo empieza a ser más fuerte que su raciocinio.

—Ella está bien. Venimos a comprobar que no estuviera en peligro durante el ataque, ¿Recuerdas? ¿Porque ahora que ya se terminó todo, vacilaron tus convicciones? —Dice con el tono más afable que tiene y solo usa con el chico frente a él, busca tranquilizarlo, es consciente de que Alexander tiene demasiadas expectativas ahora y ninguna es buena, debe ayudarlo a separar la realidad de aquellos escenarios.

—Es demasiado tarde para ayudarla ahora si es que todo terminó, si la lastimaron no pude impedirlo, no pude protegerla.

—La única forma que tienes de comprobarlo es yendo con ellos.

—¿Vienes conmigo?

—¿Lo dudas?

Alexander sonríe débilmente y lo agradece aunque Leng insiste en que no hace falta, ambos caminan hombro con hombro, cuando están a punto de llegar al barco se dan cuenta de que la cantidad de sombra disponible empieza a reducirse.

—¿Quieres entrar en la mochila? —Ofrece pero la susodicha se rasgó de una de sus correas cuando ambos rodaron por el piso, más peso solo incrementaria el daño.

—No es una buena idea en este momento.

—Togi-san puede arreglar la mochila, ¿verdad?—Alexander podría solo comprar otra, sin embargo, aquella mochila era especial para él, de modo que Leng no pensó siquiera mencionar algo tan frívolo como aquello.

El vampiro le revuelve el cabello. —Sabes que si.

Leng se vuelve a transformar y junto a Alexander se acerca a donde los implicados en el ataque aún intentan asimilar que paso, no hay rastro alguno de Ladybug o ChatNoir, suponen entonces que se fueron en cuanto terminaron su trabajo. Darle asistencia a los civiles que en teoría ya están acostumbrados a tales situaciones no es una opción al parecer.

Alexander aprendió a leer el lenguaje corporal de las personas cuando dejó de saber qué esperar de su padre, Guillermo Lombardi. Lo que ocurrió cuando Fiore Rossi, su madre, murió. Puede ver en las víctimas confusión y alivio, un poco de incredulidad y preocupación, algunas personas se dan apoyo moral entre sí, ejemplo de ello son la rubia y la chica gótica, la morena y lo que parece ser un aspirante a DJ, hay más personas al fondo, una mujer que no parece saber en dónde está parada y un chico enorme que aferraba entre sus brazos al cuerpo más pequeño de una mujer con rastas en la cabeza, el único solo es aquel chico te mechas azules que escondería su estrés postraumático de mejor forma si lo intentara un poco.

—Dejame ayudarte. —Alexander hace oír sus pasos para no sobresaltar demasiado a la persona frente a él. Se acerca Luka y le tiende la mano.

—Yo... —Luka está inseguro de cómo reaccionar, principalmente porque no conoce a la persona frente a él, se siente bastante aturdido.

—Porfavor, déjame ayudarte. —Está siendo cauteloso, Luka entiende que no quiere presionarlo

—Luka. —No intenta sonreír. Luka siempre ha sido muy sincero consigo mismo y con el resto del mundo, se permite sentir y exteriorizar sus sentimientos, es parte importante de ser un músico. Expresarse libremente le ayuda a conocerse mejor a sí mismo, entender el mundo, inspirarse. Nunca se había sentido como lo hizo hasta hace unos instantes, aún aprendía a lidiar con ello.

—Alexander.

De Heroes y ContratosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora