Cuando el chofer se detuvo frente a la entrada del parque, Alexander se encontraba siendo escoltado por la guardia del lugar, quienes lo despidieron en nombre de Leng (quien se quedó tratando unos asuntos con el dueño y lo seguirá de lejos en unos minutos), la herida ya cicatrizada y siendo cubierta por el haori que aún continuaba descansando sobre sus hombros.
(...)
—Alexander.
—Camille.
Camille lo había estado esperando en la entrada de la mansión, de modo que Alexander proyecta la mejor de sus sonrisas para no preocuparla más de lo que ya lo ha hecho. Se siente enfermo y cansado, probablemente porque Leng es rápido, pero bajo el sol del día y en su forma zorruna le debe ser complicado moverse y perseguir un auto. Aún hay mucha distancia entre ambos, no la suficiente para matarlos, pero sí para que existan consecuencias.
—¿Algo que quieras decirme? ¿Algo que necesite saber?
—Yo... —Traga saliva, inseguro de que quiere responder, que tanto es conveniente decirle, desviar su foco de atención resulta ser la opción que barajea—. Saldré en un rato —Confiesa, no está mintiendo, pero no es la respuesta por la que está presionando Camille y lo sabe, sin embargo, resulta igual de buena—. ¿Sabes? Quede con un amigo, este chico del barco, Adrian. —Revela, se siente avergonzado, vulnerable ante la palabra amistad, su sonrojo crece cuando Camille lo mira incredulamente pero casi casi orgullosa. Culpa también hay, por mentir, no consigue discernir ante quien, sí ante el mismo o ante su doncella—. Pensaba tomar una ducha e irme, pero tal vez sea prudente almorzar algo antes de salir nuevamente
—¿De verdad? —Camille esta que no cabe en sí misma la dicha que siente. Un amigo, el almuerzo, la iniciativa por contarle que haría y con quien estaría por el resto del día. Es tanta su sorpresa que termina por olvidar (ignorar) las preguntas que planeaba hacerle. Sin saberlo, cae en la red que el chico tejió con claro objetivo.
—Si... Estoy de vuelta Camille, siento haberte preocupado.
—No te disculpes, bienvenido de regreso, te estaba esperando. —Sonríe, quiere abrazarlo, pero sabe que el chico experimenta demasiadas reservas ante el contacto fisico, de modo que se contiene para no asustarlo o presionarlo. Tiempo al tiempo, Camille. Tiempo al tiempo.
(...)
El plan es darse una ducha, pero Alexander apenas cierra la puerta de su habitación tras de sí, pierde la fuerza en sus piernas y cae de rodillas al piso, se desploma al frente, sus manos evitan que termine de colapsar y con la poca fuerza que le queda se sostiene, le falta el aire y ya empieza a transpirar, cierra sus ojos y empieza a hacer ejercicios de respiración para mantener la calma.
Inhala en siete tiempos, sostiene durante tres, exhala durante ocho segundos y vuelve a empezar. Así por los siguientes minutos hasta que el dolor merma un poco, señal de que Leng está cerca.
—Leng. —Nombra, levanta su vista y presencia como una pequeña sombra entra por el balcón y cierra las cortinas tras de sí, el pequeño zorro se transforma en un hombre apenas la luz del sol deja de ser un problema.
—¿Si o no? —Pregunta, Alexander asiente y segundo después es alzado en voladas, Leng se aferra a él desde la parte interna de sus rodillas y su espalda, entierra su rostro en el hueco de su cuello, Alexander siente la inhalación profunda de Leng sobre su piel y el malestar que había estado sintiendo se reduce.
—Tardaste. —Reclama, pero no hay reproche en su voz. Solo se trata de un berrinche sin fuerza, un drama con el que Alexander quiere hacerle saber que se encuentra bien.
Leng lo muerde sobre la cicatriz recién cerrada, pero sin volver a abrir la herida, conforme pase el dia la cicatriz dejará de sentirse como un trozo de piel irregular y se convertirá en una mancha rosa apenas perceptible sobre la piel de Alexander, las heridas provocadas por cualquier arma humana desapareceran, las heridas hechas por él o por cualquiera de sus congéneres (sus otros hermanos, los subclase, la indumentaria espacial del C3) dejaran un rastro, Leng no permitirá que nadie lo marque aparte de sí mismo, nunca expondrá a Alexander a un peligro similar.
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De Heroes y Contratos
FanficLadybug y Chatnoir necesitarán entender que los miraculous no son la única manera de adquirir poder. La llegada de un nuevo pianista a la ciudad traerá consigo conflictos y confusiones, además de, claro, un vampiro muy problemático que no entiende p...