Cuando estuvo seguro de que Misono se encontraba durmiendo profundamente, se transformó, con pasos medidos que buscaban hacer el menor ruido posible se acercó a la cama donde descansaba su Eve y se acomodó con cuidado cerca de la cabecera.
Misono apenas se quejó, pero siguió durmiendo. Lily volvió a respirar tranquilo, no quería alterar su sueño luego de aquel día lleno de emociones.
Lo observó dormir y sonrió cuando soltó un gruñido entre sueños, incluso dormido Misono difícilmente podía dejar de lado su actitud déspota.
No se dio cuenta de lo que hacía, su mano viajo hasta su cabello y lo revolvió apenas, como lo hacía tiempo atrás, mientras cuidaba de su sueño. Era difícil creer que su Eve se siguiera relajando ante su contacto, que pudiera dormir tranquilo sabiendo que cerca de él no se encontraba a salvo.
Si alguien le hubiera hecho lo que él le hizo a su Eve... No podría sentirse tranquilo con nada, estaría dudando de cada cosa que hacía, no sabría si lo que vivía era algo real.
Retrajo su mano, no debería estar tocándolo siquiera, aprovechando que Misono no podría decirle nada, que no podría mirarlo con desaprobación o pedirle que no se le acercara.
—Li...ly— Lo llamó, más dormido que despierto, el servamp se tensó cuando aún de forma inconsciente Misono buscó el contacto con su cuerpo, lo sintió acurrucarse contra su pierna y contuvo la respiración, no fue su intención despertarlo, no quería que despertara.
En su cabeza el recuerdo de aquella fatídica noche se había tatuado con fuego y ardía con más arrojo cada día.
—¡No vuelvas a acercarte a mí, nunca!
—M-misono— Intento extender su mano, no podía, temblaba, Misono también lo hacía, lo miraba con odio, dolor, la traición teñía sus ojos. Aquello era un error, no debió enterarse de esa forma, lo hizo para protegerlo, no quería que sufriera. Intentó acercarse.
—¡Aléjate, Lily!— Su propio ser dolía, sentía su dolor como el propio, su razón se descerrajó, el contrato empezaba a romperse.
Ya no confiaba en él.
—Qué bueno que estás aquí— A pesar de las pesadillas de su fuero interno pudo escuchar perfectamente el susurro de su Eve, intangible, ronco.
Intento alejarse, dejarlo descansar lejos de él. No merecía estar cerca, no debía tocarlo. No cuando el contacto quemaba, ardía, dañaba.
—No... Lily— Misono consiguió sostener la manga de su saco y aunque el agarre era apenas perceptible, sin fuerza, estaba ahí. Misono no podía verlo, estaba soñando.
Y lo que debió sentirse como un bálsamo solo lo quebrantaba más. ¿Cuánto tiempo seguiría haciendo eso? ¿Cuándo dejaría de dañarlo de esa forma? Era difícil mantener la distancia si día a día el chico le buscaba, susurrando su nombre mientras dormía.
—Lo siento, Misono— Pidió mientras se alejaba, caminó hasta las puertas del balcón y las abrió, se sentó sobre la barandilla y admiró la ciudad que se veía demasiado tranquila, silenciosa, confortante. Hasta que escuchó el rechinar de una puerta al abrirse, giró su cabeza y vio el cuerpo de su hermano asomarse al balcón contrario al suyo.
—¿No puedes dormir, Lily?
—Al parecer no soy el único. Hyde.
Lawless se sonrojó, el servamp del amor y la lujuria fingió que no lo notó.
—No me llames así— Mustio a penas, sin fuerza, tomando impulso salto hacia el balcón donde estaba su hermano, y cuando estuvo allá se tomó la libertad de sentarse junto a él, en el borde del balcón y con los pies colgando.
ESTÁS LEYENDO
De Heroes y Contratos
FanfictionLadybug y Chatnoir necesitarán entender que los miraculous no son la única manera de adquirir poder. La llegada de un nuevo pianista a la ciudad traerá consigo conflictos y confusiones, además de, claro, un vampiro muy problemático que no entiende p...