Capitulo 22 - Segundo primer encuentro (o algo asi)

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Para cuando finalizó la jornada Adrián se sentía muchísimo más tranquilo y preparado mentalmente para enfrentar al pianista y las clases de piano. Era extraño saber que ese no sería su primer encuentro y de los dos (sin contar la más que probable cantidad de alumnos que asistirán) solo él sería consciente de aquello.

Nino se despidió no sin antes disculparse por no poder acompañarlo, pero al parecer sus padres lo necesitaban, a lo que Adrian respondió que no importaba, mas sin ambergo, ahora que se encontraba frente a la puerta del aula 33, no estaba tan seguro. El modelo se quedó quieto tras la puerta, debatiendose si debia entrar o no, podría simplemente dar media vuelta y huir, llegar a la mansión y contrariar a su padre.

Desistió de la idea por lo que eso acarrearía, Gabriel Agreste no aceptaba un no por respuesta, odiaba cualquier tipo de "berrinche" injustificado, era aún peor si no le decía los motivos, algo que no tenía si no buscaba delatarse a sí mismo.

¿Cual le causaría más gracia a su padre?

"El aura del pianista prácticamente grita peligro, lo pone en la parte más alta de la cadena alimenticia, Licht se siente como un depredador que me saltará al cuello en cualquier segundo."

O...

"Solo busco una excusa para escaparme de mi extorsión para pedirle a este italiano que me ponga una condición diferente a ganarme la confianza de una persona para después entregarla a un sujeto que no sé qué intenciones tenga."

—Esto es estúpido— Suspiró con pesadez antes de desviar su mirada y meter ambas manos en los bolsillos delanteros de su pantalón. Se iba a ir y lo intentaría mañana, le diría a su padre que la lección se canceló y como él no tendría forma de saber que mentía (Adrián por supuesto está ignorando que es malo para mentir) no le castigaría con severidad.

Por otro lado Alexander no había aclarado nada (ese pensamiento no le tranquilizaba lo suficiente) y no tenía ningún plazo encima para cumplir con lo pedido (así que podía irse e intentarlo otro día ¿Cierto? ¿Qué tan probable era que el chico estuviera siguiendo sus pasos y monitoreando su no avance? ¿Se enojaría por ello? ¿Lo amenazaría diferente?), de verdad no quería pensar en ello, en ese momento la idea de regresar a la mansión aunque luego tuviera una discusión con su padre era más alentadora a estar cerca de ese chico que gritaba peligro, aunque después su secreto estuviera en peligro por culpa de su cobardía.

—Ciertamente, esa puerta no muerde y dudo mucho que sea un portal que te tragara a otra dimensión. ¿Porque simplemente no la abres?

—¡Nath!— Se alejo sobresaltado, nunca admitiría ante nadie que su voz había disminuido unos decibles en el proceso.

—¿Te asuste?— El artista le miro con una ceja alzada, la mitad de su rostro lo cubría su cabello pero aquello no opaco el gesto por completo, ignorando deliberadamente que el rubio le había apodado y tratado con una confianza que ciertamente no tenían llevo ambos brazos tras su espalda y se permito analizarlo meticulosamente. —Debes haber estado muy sumergido en tus pensamientos.

—Algo así— Llevo la mano izquierda a su cabeza y agito su cabello con nerviosismo, esa era la plática más larga que habían tenido en todo el curso. Era incomodo, mas no desagradable

—¿Te importa?

—¿Eh?— Adrián vio como el pintor señaló la puerta. Quería entrar. —Oh, si... Es decir, no. ¡Joder!— Se mordió el labio inferior sin la fuerza suficiente para dejar una marca. —Ya me iba.

—¡Espera!— La sorpresa que sobrevino con esa intervención fue suficiente para dejarlo inmóvil.

Adrián detuvo su no tan iniciada carrera para regresar sobre sus pasos y ponerle atención al chico de cabello rojo que nunca había mostrado mucho interés en su persona, de hecho tenía la teoría de que le caía mal al chico, y aunque en un principio agradeció ser uno más a ojos del artista si le entristeció que este le odiara sin ningún motivo.

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