—Ya estamos aquí, Misono— Pronunció Dodo mientras estacionaba el auto, el chico asintió, abrió la puerta y bajó con apuro, el programa estaba por comenzar y no le gustaba dejar cosas sin resolver. Sabiendo que a pesar de su prisa el chico tendría que esperarlo en la recepción del hotel se tomó su tiempo para bajar del coche y entregar las llaves al chico de botones que llevaría su vehículo al estacionamiento privado con el que contaban los huéspedes de Le Grand Paris. Queriendo exasperarlo un poco, su forma de vengarse por los repentinos desplantes que tuvo desde el momento en el que subieron al avión, puede que desde supo que él se encargaría de cuidarlo.
Cuando supuso que Misono estaría echando humos entró fingiendo ignorancia, lo encontró con los brazos cruzados mirando de forma fija el ascensor de la primera planta.
—Necesito recoger las llaves de cada habitación, no tardare mucho esta vez— Aclaró con diversión cuando el joven Alicein le devolvió una mirada suspicaz. Eisuke empezó a caminar de forma suelta hasta el escritorio de admisión, con las manos en su bolsillo y mirando sus pies al marchar, al menos hasta que se detuvo y le sonrió de forma encantadora a la chica que estaba tras el mostrador, Misono se quedó cerca de la entrada, expectante, observando el intercambio de palabras, aunque sin interesarse por el contenido de estas, cuando vio como la joven le daba unas pequeñas tarjetas doradas a su guardaespaldas se sintió más tranquilo. Y a era hora. —Esta es tuya— Le dio una tarjeta y le enseño otra. —Me quedo con la copia en caso de necesitarla.
—¿Y la tercera llave?
—Bueno, Rosen y yo también tenemos una habitación.
—¿Compartirán cuarto?— Preguntó antes de poder darse cuenta, pero es que la idea parecía tan hilarante porque comparados, el manager de Licht era una explosión de color en contraste con los colores monocromáticos de Dodo.
Rosen era excéntrico, efusivo, dinámico. Y Eisuke era un mar en calma.
—Las habitaciones son grandes y viéndolo de forma practica, podemos convivir sin problemas— Repuso, como si no se diera cuenta de su perplejidad. Misono sospeso la idea y ahora que lo pensaba, ya los había visto interactuar juntos, no hacían mal dúo. Así que si, aquello difícilmente seria un desastre.
—Sonaste como Mahiro.
—Shirota puede tener la razón de vez en cuando— Le palmeó el hombro y le hizo una seña para que se dirigieran al ascensor.
Subieron hasta el cuarto piso y empezaron a avanzar a través de un pasillo algo angosto por el que fácilmente cabían dos personas adultas que estuvieran caminando hombro con hombro y aun así sobraba un poco de espacio.
—Esta será su habitación— Eisuke señaló la puerta blanca frente a la cual se habían detenido, tenía una placa sobre el pomo con el número 23 inscrito. —Licht y Lawless se hospedarán en la recámara adyacente, básicamente estarán a una puerta de distancia y si te interesa, Rosen y yo estaremos en la habitación número 17 del tercer piso.
¿Del tercer piso?
—¿Porque ahí y no alguna recamara del cuarto piso?— Inquirió extrañado, le estaba dando demasiado margen de libertad si de verdad era cierto que lo estaba "cuidando" por su padre.
—Supusimos que ambos querrían un poco de privacidad, así que vamos a darles su espacio— Doudou-san se encogió de hombros, metió sus manos en los bolsillos de su saco y le sostuvo la mirada a Misono con ímpetu, deseando que entendiera que lo que iba a decirle no se trataba de algo que podía descartar o tomar a la ligera. —Si planeas salir, avísame Misono, independiente de la hora, de verdad. Encenderé al coche y te llevaré a donde quieras, sin preguntar nada, si es que te hace sentir más cómodo. Me encargaron cuidarte y hasta que Lily este bien, seré yo quien te proteja— Al final el adulto se apoyó sobre sus rodillas hasta alcanzar la altura del chico y agregó —No soy ningún espía de tu padre, no voy a decirle todo lo que hagas, sólo me aseguro de que estés bien, que no te falte nada. No me compliques las cosas y déjame mantenerte a salvo.
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De Heroes y Contratos
FanficLadybug y Chatnoir necesitarán entender que los miraculous no son la única manera de adquirir poder. La llegada de un nuevo pianista a la ciudad traerá consigo conflictos y confusiones, además de, claro, un vampiro muy problemático que no entiende p...