Cuando Adrián llegó al instituto se detuvo un momento en las puertas de la entrada a pensar que haría a continuación, miró hacia el salón de clases, la resolución de esperar sentado los diez minutos que faltaban se volvía una imagen agobiante.
—¿Pasa algo, Adrián?— En algún punto Nino se había acercado lo suficiente a él para posar su mano izquierda sobre su hombro, sobresaltándolo en el proceso, no tenía idea de si su mejor amigo acababa de llegar o solo lo estaba esperando en la entrada desde hace tiempo.
Juzgando su falta de mochila, probablemente era la segunda opción.
—¿Estas bien, compañero?— Proclamó con preocupación el aspirante a Dj alejándose algunos pasos del rubio, con el fin de obtener una mejor imagen, ademas era extraño que su mejor amigo presentara signos de aversión a ser tocado, Nino no entendía porque de repente estaba recio al contacto. Pero tampoco quería que le viera como una amenaza, en lo que eso ocurría, si era necesario mantener las distancias para que Adrián se tranquilizara, lo haría.
—Si, no te pre...— Se detuvo antes de poder acabar la oración, si lo sabía, fingir que no delante de su mejor amigo era estúpido porque confiaba en él. Sus ojos se abrieron, confiaba en Nino. tal como sucedía a la inversa, intentar mentirle a Nino implicaba resquebrajar la confianza que se tenían, dudar de él y la amistad que compartían. Estaba harto de no poder decidir.
—¿Adrián?
—¿Confías en mi?— Lo único que obtuvo como respuesta fue que Nino resolviera con insistencia su cabellera, manteniendo la distancia –¡Nino!
—¿Que clase de pregunta es esa?— Sonrió el moreno. —Prácticamente eres mi hermano. Claro que confío en ti, compañero.
—Acompáñame, entonces— Decidió Adrián antes de empezar a arrastrar al moreno hasta el baño de hombres sosteniendo con una de sus manos la muñeca de su amigo que, aun con las protestas en la punta de su lengua no hacía mucho por detenerlo.
—¡Las clases están por empezar!— En ese momento, más que preocupado, Nino estaba sorprendido y ligeramente divertido, una emoción cosquilleante subía por sus brazos desde donde Adrián le sostenía, el rubio no era muy dado a ser así de espontaneo, le agradaba e intrigaba a partes iguales.
—Solo será un momento.
Cuando ambos estuvieron dentro Adrián se aseguró de checar uno a uno los cubículos presente, asegurandose de que aparte de ellos dos no hubiera absolutamente nadie dentro, ya habia aprendido la lección.
Como era de esperar considerando la hora, el sitio se encontraba totalmente vacío, de hecho, ellos como excepcion a la regla eran los unicos alumnos fuera de clase.
—¿Qué haces, bro?— Cuestionó el musico al verlo revisar cada cubículo del baño. Eran chicos, esas cosas realmente no importaban mucho, de hecho, su comportamiento volvía a ser igual de extraño, críptico. Empezaba a preocuparle que si de actitud hablamos, Adrián estaba yendo de un extremo a otro.
—Hay algo que te he querido decir desde siempre, pero no había podido hacerlo hasta hora.
Por favor que alguien me diga que esto no es lo que creo que es. Nino se sonrojó y horrorizó a partes iguales.
>>Me hubiera gustado que esto sucediera de otra forma, pero en este instante no tengo la cabeza para pensar un modo de hacerlo mejor. Mis pensamientos están revueltos Nino, toda mi cabeza es un desastre, estoy siguiendo un impulso.
La sonrisa que estaba en su rostro fue decayendo conforme escuchaba el discurso de su amigo. Eso verdaderamente estaba pasando, Adrián se veía consumido ¿Lo habría estado lastimando? ¿Y que se supone que haría ahora? El chico prácticamente era su hermano menor, por algunos meses, sin ser de sangre, pero hermano, al fin y al cabo. No podía corresponderle.
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De Heroes y Contratos
FanfictionLadybug y Chatnoir necesitarán entender que los miraculous no son la única manera de adquirir poder. La llegada de un nuevo pianista a la ciudad traerá consigo conflictos y confusiones, además de, claro, un vampiro muy problemático que no entiende p...