Capitulo 2 - Detrás del viaje.

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Algunas semanas antes.
Mansión Alicein.

—¿Misono, estás seguro de esto?— Preguntó el patriarca de la casona, mirando a su hijo con desconsuelo. Misono tenía hechas las maletas y estas reposaban a un lado de su cuerpo, llenas.

—Si... Después de lo que ocurrió, necesito alejarme de mi hogar durante un tiempo— Respondió el joven evitando mirar a su padre, seguía sin poder sostenerle la mirada, no por respeto, tampoco por impertinencia, simplemente no quería verlo, no aún, no se sentía listo.

—Aun así, Misono ¿Recorrer el mundo? ¿No es algo extremista?— Exclamó el hombre, tenía bastante claras las razones que seguramente estaban empujando a su heredero más joven a cometer semejante locura, sin embargo, para él no eran lo suficientemente validas, preocupado como estaba por la seguridad del chico desestimaba con magnitud sus motivos, sabia que aquello era mucho mas que un capricho, que aunque dijera "no" perdería la contienda, pero seguía pensando que aquello era precipitado y su hijo ni siquiera había cumplido la mayoría de edad todavía, apenas tenía dieciséis años.

—Sólo serán algunos meses, volveré antes de que te des cuenta— Añadió, cerrando con fuerza su mano sobre la manija de la maleta, como si aquel gesto pudiera acelerar la discusión, quería irse ya, no podía permanecer encerrado por más tiempo, protegido del mundo. Era hora de enfrentarlo. Abandonar aquella jaula de oro que ocultó en sus jardines tantos secretos.

—Lily aún está débil— Insistió el hombre, sentía que lo estaba perdiendo, que si dejaba a su hijo atravesar la puerta, ya no volvería a verlo, repitiendo de este modo la historia, tal como ocurrió con Mikuni hace algunos años. —No podrá defenderte de forma apropiada si algo llegara a ocurrir— Para confirmar su teoría señaló con su mirada a la mariposa que descansaba en el hombro del menor. —Aun no puede mantener una forma humana durante mucho tiempo y el sol se ha ocultado hace horas. ¿Crees que está en condiciones de acompañarte? ¿Qué ganas forzando de esta forma a tu servamp?

Misono frunció los labios, él no estaba obligando a Lily de ninguna forma, de hecho, el chico nunca le diría a su padre que parte de su convicción por aventurarse de este modo se debía a su vampiro.

Cuando escuchó que Licht los dejaría por su carrera como pianista, al contrario que Mahiro lo había aceptado resignadamente, algún día pasaría. Más aún cuando amabas el piano de la forma en la que Jekylland lo hacía. No volvieron hablar del tema, no había nada que pudieran hacer que no fuera desearle suerte, despedirlo y esperar volver a verlo algún día. Sin embargo...

/.../

—Estos días... Has estado algo ausente— Misono se encontraba sentado en el marco de la ventana, viendo la forma en la que el manto de nieve cubría el jardín lateral de la mansión, absorbiendo el color del verano y otorgando a cambio un hermoso escenario monocromático, la imagen era tan surreal porque dentro de todo aún se encontraban a finales de Julio. No era propio que nevara durante aquella época del año. —¿Quieres hablarlo?— Misono pretendió no escuchar la duda en aquella pregunta, pero desde aquel día dejaron de saber que podían esperar del otro, el chico no sabía de qué forma reaccionaría su vampiro ante su comportamiento, el servamp empezó a mantener la distancia con su Eve, olvidando como moverse a su alrededor. Eran dos extraños que olvidaron lo que alguna vez compartieron, aquel tiempo se le hacía increíblemente lejano ya. Y dolía, pero aún era pronto para intentar hacer algo, no con la herida abierta.

—Sigue siendo difícil... Ahora que finalmente conozco la razón tras la huida de Mikuni... Es raro pretender que nada a ocurrido, que retomar mi rutina después todo lo que pasó no se siente incorrecto. Me agobia estar aquí dentro... Pero no sé a donde más puedo ir. No quiero causarles más problemas a los chicos... Están lo suficientemente ocupados con sus vidas.

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