Harry, el alfa voyeur
Cuando terminan de limpiar todo, Harry sube al segundo piso para tomar una ducha; Niall se ha quedado hablando con sus padres, que se han levantado al fin, y Harry sabe que es su oportunidad perfecta para acercarse a Louis.
Camina hasta su habitación y golpea la puerta, pero ni siquiera espera obtener respuesta, así que simplemente entra, y encuentra a Louis usando ropa interior y una playera. Y sí, lamentablemente, lleva puesto un bóxer.
—¿Sí? —Louis le mira interrogante; no se cubre ni se molesta, porque no está realmente desnudo, y porque él no tiene nada que Harry no tenga.
Y tampoco es que le moleste que lo mire... O mejor dicho, admire.
—Am... Yo... quería saber si mis pantuflas no se quedaron aquí —inventa, intentando apartar su vista de los tentadores muslos del omega.
—No que yo sepa; no vi ninguna, pero tal vez estén bajo la cama. —Louis dice, y entonces se agacha para ver bajo la cama, dejando su trasero expuesto a los hambrientos ojos de Harry. ¿Qué? Es un omega coqueto, ¿van a juzgarlo por eso?
Y el alfa necesita de toda su fuerza de voluntad para no cometer alguna clase de estupidez.
—Aquí no hay nada. —Louis niega, incorporándose, con suma lentitud, disfrutando de sentir la atenta mirada de alfa en él.
—Tal vez están en la habitación de Niall y no las busqué bien —murmura Harry.
—Tal vez. —Louis le sonríe y se sienta en su cama, para ponerse los pantalones. Suficiente exhibición por hoy.
—Gracias de todos modos. —Harry le dice mientras camina hacia la puerta.
—No hay de qué —responde Louis.
Harry entonces cierra la puerta y sale de la habitación, agradeciendo que al parecer Louis no notó su erección. Ese chico le va a causar una disfunción eréctil con tanto que se la para.
Ahora tendrá que masturbarse mientras se ducha, pero lo hará pensando en que el omega usó la ducha antes que él. Eso ayudará.
...
Desde ese día, el nuevo pasatiempo de Harry es inventar excusas para poder dormir con Louis; lo bueno es que el omega es bastante confiado, así que le funcionan. O al menos eso cree Harry, porque la verdad, no es que el chico le crea, más bien, le deja ir a meterse a su cama porque aunque por la mañana finja que le moleste haber sido marcado por el aroma del alfa, la verdad es que se complace de todo aquello.
Sin embargo, aunque ambos están bien con ello, los padres de Louis comienzan a sospechar, no quieren pensar mal de los chicos, siempre han sido cercanos, y piensan que tienen un vínculo más de hermanos que de amigos, igual que Louis y Niall, pero tampoco pueden ignorar que son dos jóvenes que han tenido el celo y están en una edad algo complicada con respecto a las hormonas y todo eso, y tal vez deben comenzar a poner ciertos altos antes que vengan consecuencias que serán difíciles de abordar.
Pero Harry no le preocupa realmente, y no lo hará hasta que le digan que no puede dormir con el omega, hasta entonces, disfrutará de ello y de su otra actividad favorita:
Espiar a Louis en la ducha.
Siempre se las ingenia para tener aunque sea un vistazo del bonito omega en el baño, y de hecho, su reciente espionaje ha sido bastante intenso.
Como siempre, esperó que el omega ya estuviese en la ducha, para con sumo cuidado abrir la puerta y deleitarse con su maravillosa figura, pero mientras estaba en eso, oyó ruidos provenientes del piso de abajo, al parecer alguien de la familia se dirigía al segundo piso, por lo que huyó lo más rápido que pudo, y sin pensar mucho en donde ir, terminó en la habitación de Louis.
Podría haber sido un buen escondite, si no fuese porque el omega iba a volver en cualquier momento para vestirse, por lo que sin mucho tiempo para pensar en algo, y sintiendo gente en el pasillo, se metió al armario del chico, rogando por no ser encontrado, pues sería realmente difícil de explicar que hacía ahí.
Cuando Louis llegó, no notó la presencia del joven alfa, simplemente se ocupó de vestirse, sin saber que Harry lo observaba desde su escondite, gracias a las rendijas qué tenían las puertas del armario, y se daba un verdadero festín visual, admirando toda su curvilínea anatomía.
Harry estaba en el cielo, o así se sentía, todo su ser parecía estar encendido, y sin poder evitarlo, se masturbó mientras seguía embelesado por la figura del omega. Menos mal tomaba supresores, pues sino la habitación apestaría a él y a lo que hacía, aunque no podía detenerse, no ante tal visión. Era como estos tipos que se excitaban viendo a otras personas desnudas; sabía que había un término para eso, pero no recordaba cuál.
Aunque, había un detalle extra, algo que estaba omitiendo. Ver a Louis desnudo no era lo que lo había hecho excitarse tanto (aunque había contribuido bastante), sino que, mientras se estaba vistiendo, el omega había recibido una llamada, una que lo había hecho sonreír mucho. Al principio el tono de la conversación había sido cariñoso, luego amoroso, y de pronto, Harry se había encontrado con Louis diciendo lo que llevaba puesto para luego quitárselo y comenzar a tocarse.
Aquello había sido el fin para Harry; ni siquiera le había importado con quién hablaba Louis, estaba hipnotizado en la forma en que el omega metía sus dedos dentro de él y le gemía al celular. Aquella corrida en el armario de Louis había sido la más increíble de su vida; si tan solo hubiese sido dentro del omega y no en sus pantalones...
Así que, cuando llegó la noche, Harry estaba demasiado alborotado. Ni siquiera se atrevía a tocar a Louis y se quedó en la orilla de la cama; si se movía más atrás, caería, pero no podía evitarlo. Su corazón latía desbocado y todo su cuerpo parecía hormiguearle, mientras en su mente se reproducían las imágenes de esa mañana. ¿Sería que algún día él sería quien le causaría placer a su omega?
No durmió nada esa noche, y al día siguiente no amaneció abrazado a Louis, como ocurría cada mañana, pues, al permanecer despierto, no se había movido ni acercado al omega. En lugar de eso, solo lo había mirado y pensado en lo mucho que deseaba convertirse en su alfa, mientras se imaginaba satisfaciendo la lujuria del castaño. Fue por eso que, ni bien se había hecho de día cuando Harry se levantó, tomó sus cosas; se duchó, se cambió y corrió a su casa, dejando una simple nota a los Horan de que había tenido una urgencia.
No fue hasta que estuvo en su casa, que se permitió satisfacer su propia lujuria acumulada de toda la noche y se masturbó, recordando las imágenes que se habían repetido como una película en su cabeza.
Desde ese día, Harry comenzó a tener el sueño recurrente de Louis masturbándose, y las noches de dormir juntos se acabaron, pues el pequeño alfa no quería ser descubierto, ni relevar lo raros que podían ser sus sueños.
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Voyeur (Larry)
FanfictionUna historia que comienza suave, hasta que las hormonas desatan el caos. Un lindo y coqueto omega, cuatro alfas intensos, y un voyeur, vuelven el momento del baño, todo un espectáculo. Esta historia no busca promover el voyeurismo, no hagan nada s...