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Cuando la tormenta comenzó a calmarse

Nadie saca a Louis de su habitación ese día, la única forma sería que Ryan se lo ordenara como alfa, pero todos saben que eso es suicida. Lo dejan en paz luego de horas rogándole, y para cuando despiertan, el omega ni siquiera está en casa.

—¡Ha huido! —exclama Neve, poniéndose pálida. Niall piensa que se va a desmayar, y al parecer Ryan también, porque la abraza por los hombros.

—No creo que haya huido, de seguro sigue molesto y ha ido a casa de algún amigo; llamémoslos antes de desesperarnos —dice Ryan, intentando calmar a su omega.

Ella acepta, y mientras van a hacer las llamadas, Niall se queda de pie en medio de la habitación de Louis. No cree que haya huido, y luego de revisar que todas las cosas del omega siguen ahí, se convence aún más.

Louis no huiría, no va con él; Niall lo conoce lo suficiente para saberlo, así como también sabe que se vienen tiempos difíciles.

Finalmente, Louis está en casa de Paul; no quiere hablar con sus padres, no vuelve a casa hasta la tarde, y lo hace solo para encerrarse en su habitación.

Pronto eso se vuelve una rutina. Louis llega a casa solo a encerrarse, no le habla a nadie, evita a Niall y a los chicos, y suele pasar más tiempo en casa de sus amigos que en la propia.

Neve y Ryan no saben qué hacer, pues no quieren volver a forzar las cosas; tratan de hablar pacíficamente con Louis, pero no funciona. Ni siquiera Niall puede hablar con él, porque tampoco le responde. Están pensando que deben dejar que se le quite el enojo, hasta que un día notan un cambio que inquieta a todos.

De pronto la casa huele a vainilla y a verano. El olor es fuerte, inunda todo el lugar y los descoloca por unos instantes, hasta que lo entienden. Louis dejó los supresores, y no saben qué pensar de eso.

¿Tendrá un alfa? ¿O solo quiere molestarlos?

No saben, y Louis no responde. Su huelga de silencio es efectiva, y Niall maldice lo perseverante, terco y obstinado que su hermano es, porque eso lo está matando.

—Es raro sentir este olor de nuevo —murmura Harry, sentado en el suelo de la habitación de Niall.

—¿Aún no les dice por qué los dejó? —Liam pregunta desde la silla del escritorio.

—No nos habla. Han pasado dos semanas y no ha dicho ni una palabra. —Niall se lamenta.

—Hay que reconocer que cuando se propone algo, lo cumple —dice Zayn, asombrado de que Louis aún siga enojado.

—Fuimos muy idiotas —dice Liam arrepentido.

—Solo pensamos en nosotros —se lamenta Harry.

—En el estúpido plan —Zayn bufa.

—Tenemos que prometer algo. —Harry dice incorporándose.

—¿Qué cosa? —Liam pregunta con interés, y Zayn también parece interesado. Solo Niall no los mira, porque él solo puede pensar en cómo arreglar las cosas con Louis; están pasando cosas en su vida, y justo ahora necesita un hermano mayor que lo guíe.

—Que no volveremos a lastimar a Louis —dice Harry, extendiendo su mano.

—Nunca más —dice Liam, poniendo su mano sobre la de Harry.

—Y que cuando nos pida que lo dejemos solo, lo hagamos —Zayn dice, poniendo su mano sobre la de Liam.

—Hecho —dicen los otros dos, y así sellan su promesa.

Voyeur (Larry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora