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Cuando Harry cuidó al cachorro

Los meses pasan y así es como pronto Eddie ya tiene seis meses. Puede sentarse solo, lo que tiene muy emocionados a sus padres, quienes le celebran cada pequeño logro.

—Eres un bebé muy inteligente, Eddie —Harry le dice a su hijo mientras éste juega con el típico juguete donde deben poner las figuras geométricas donde corresponde, obviamente no logra encajar todas, pero para el rizado, su hijo sigue siendo el mejor.

Están ambos alfas solos, porque sí, Eddie finalmente reveló a que casta pertenecía y resultó ser un alfa igual que su padre.

Pero, en fin, hoy son solo ellos dos, porque Louis está viendo unos trámites para intentar hacer su último año en la universidad a la que va Harry y así poder terminar su carrera y cuidar de Eddie a la vez. Así que Styles está a cargo por primera vez y se siente importante.

—Según el horario que dejó tu madre, es hora de tu merienda —Harry le dice al bebé quien lo mira con expresión de "no entiendo lo que me dices."

El rizado, toma al bebé en brazos y camina hasta la cocina donde comienza a buscar los colados del bebé.

—Louis no dejó colados, creo que tendremos que ir a comprar —dice Harry y Eddie hace ruiditos como si le respondiera —¡Sí, vamos a pasear! —exclama y el cachorro le sonríe.

Harry es hábil en poner a Eddie en su coche, y pronto van por la calle camino al supermercado más cercano. Durante todo el trayecto, el rizado no deja de hablarle a su bebé, pues si bien, puede parecer loco, con Louis leyeron que es bueno hablarles a los niños desde muy pequeños, pues eso estimula su desarrollo y adquisición del lenguaje. Así que habla y habla ignorando las miradas que otros transeúntes le dan.

Ya en el supermercado es la misma historia, Harry habla con su hijo como si fuese el mejor interlocutor de la vida y la gente se aleja de él porque temen que esté loco.

—¿Cuál es la marca que compra Louis? —Harry pregunta mirando los estantes llenos de comida para bebé.

Obviamente Eddie no le responde, él solo intenta alcanzar los productos de la góndola, estirándose lo máximo que puede, sin lograr nada.

—Bueno, compraré cualquiera —dice Harry y va a tomar uno, pero se arrepiente —¿y si luego no te gustan? ¿O te hacen mal? —mira a su hijo y lo ve estirando sus bracitos para alcanzar un colado —¿quieres este? —el alfa revisa el producto, es de lo más costosos, pero si Eddie lo quiere, él se lo dará.

Así que saca los suficientes para una semana y se aleja con su canasto de supermercado y su cochecito de bebé.

En la caja, la cajera no hace más que halagarlos, dice que Eddie es muy guapo y que Harry es un increíble padre por cuidar de él. Ella realmente parece babearse por los dos, y eso hincha de orgullo del rizado, que sale de la tienda con el ego por las nubes.

Justo va a decirle a su hijo, lo muy atractivos que son los dos, cuando su celular suena con el tono de llamada que tiene puesto para Louis.

—¡Amor! —dice feliz, nada como estar a punto de escuchar la voz de Louis, para hacerlo sentir afortunado.

—Hola, amor —Louis saluda con esa voz que a Harry se le hace tan angelical.

—¿Cómo estás? ¿Nos extrañas? —Harry pregunta volviendo a avanzar.

—No sabes cuánto, es tan raro estar lejos de ambos, quiero a mi cachorro y a mi alfa junto a mí en estos momentos —responde Louis, su voz suena anhelante y eso solo hace sentir bien al alfa de Harry, quien parece jactarse aún más por la sonrisa que se pinta en su cara.

Voyeur (Larry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora