Cap 4

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Kiss kiss kiss

POV GUSTAV


El tiempo se detuvo durante los minutos que estuvimos únidos en aquel beso, acariciaba sus mejillas sin alejarla en ningún momento de esa cercanía que habíamos conseguido, ella pasaba sus pulgares en mi rostro dando pequeños besos en mis labios, tratando de alargar ese mágico momento para ambos. En cuanto ambos abrimos los ojos para mirarnos después de ese acto, pudimos ver y sentir nuestros rostros ruborizados, nuestras respiraciones agitadas y una sonrisa relajada ante nuestros ojos, lo cual nos hizo sentirnos avergonzados, no por lo que habíamos hecho, si no que, prestando más atención, parte de su labial se había corrido y tenía ya muy poco del mismo, entonces debía suponer que yo tenía la mayoría en mis propios labios, no pudimos evitar reírnos por lo gracioso de la situación, ella cubrió sus labios con vergüenza sin dejar de reírse, por lo que saque un pañuelo de mi chaqueta y me acerque nuevamente a su rostro, descubriéndolo un poco para poder limpiar lo poco que quedaba en sus labios, miraba sus ojos atentamente para que estuviera menos nerviosa, aunque yo mismo estaba a punto de estallar por la alegría que sentía en mi ser;  después de eso, limpie cuidadosamente mis propios labios para retirar el labial rosado con brillos, volteando a verla con esa misma sonrisa alegre.

Pudimos sentir como la rueda de la fortuna comenzaba a bajar, pude percatarme en una parte de la plataforma del juego, habían algunas personas con un estilo de vestimenta un tanto curioso, sin embargo, mirándolos un poco más de cerca, pude notar quienes eran, mis compañeros de banda ¿Cómo fue que nos encontraron? ¿Y quién los trajo? Maldición, se supone solo debíamos estar ella y yo, pero eso no va a impedir que sigamos pasándola bien. En cuanto bajamos de la atracción, pudimos encontrarnos de frente con mis compañeros, los cuales se veían de forma “peculiar”, por no decir que parecía que un armario se los había tragado y los haya escupido con lo primero que tenía cerca, tuve que aclarar mi garganta para no evitar reírme ¿Quién se hubiera imaginado ver a Georg con una falda? ¿O a Bill con la ropa de Tom? ¿Y quién le puso esas cosas en la cabeza a Tom? Parecía una toalla que te pones en la cabeza cuando sales de bañarte, veo que realmente tenían curiosidad de lo que estaba pasando entre nosotros.

Sus reacciones eran bastante distintas, pero por la manera en la que nos miraban, expresaban un solo pensamiento: “Sabemos bien lo que hicieron allá arriba.” En lugar de sentirnos incomodos, solamente pude mirar a Bennett y soltamos una risa más relajada ante lo que estábamos presenciando. Gire mi cabeza hacia donde se encontraba la camioneta en la que habíamos llegado, acercándome a ella nuevamente, para hablarle un poco más fuerte, debido a que había mucho ruido a nuestro alrededor

– Es hora de irnos ___, te llevaremos nuevamente al hotel, al menos así, podemos pasar un poco más de tiempo ¿Te parece?-  note como asentía la cabeza con un gesto avergonzado, pero con esa ligera sonrisa que me estaba volviendo loco, loco por querer verla un poco más de tiempo. Zian nos indicó que fuéramos nuevamente a la camioneta, para regresar al hotel y al menos poder descansar un par de horas antes de volver a nuestras actividades. Sin embargo,  estábamos seguros que nos iríamos solos con la compañía y vigilancia de Zian pero para mí desgracia, los chicos tenían otro plan, ya que una vez estuvimos en el auto, los chicos aprovecharon que David estaba distraído, por lo que también se subieron con nosotros, David no pudo hacer mucho para impedirlo,
por lo que la camioneta inicio su camino hacia nuestro hotel, en lugar de ser un camino de regreso igual de tranquilo que el de ida, este fue más complejo de sobrellevar, ya que los chicos comenzaron a hacerle ciertas preguntas triviales a mi cita, la cual se mostraba confundida y sin saber por completo que decir.

LA CHICA DEL DOM Gustav Schäfer y Tu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora