Cap 12

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La mejor siesta del mundo

POV Tom

Gustav llevaba varios días sin siquiera dirigirme la palabra, sin importar que vivíamos en la misma casa, no podía ni mirarme a los ojos ni de enlazar alguna conversación con él, por más que intentaba acercarme por donde él pasaba o estaba, él solo se dedicaba a ignorarme por completo. Por ejemplo, a la hora de la cena, lo que él hacía era recoger su plato e irse a comer fuera en el patio o en su habitación con tal de no estar cerca de mi, y solo es conmigo, porque con Bill y Georg es el mismo chico bonachón de siempre.

Esta situación se estaba saliendo de control, y comenzaba a molestarme de sobremanera, al punto de que Gustav faltó a dos ensayos de la banda, según Georg, no podía ir por el hecho de estar enfermo. Si claro, pero enfermo de coraje hacia mi persona, por la tontería de la fiesta de Bennett. Honestamente, nunca me imaginé que ese día, las cosas se saldrían de control como paso, ya había recibido bastantes regaños y reclamos tanto de parte de David, como de parte de Lily, quien había salido perjudicada directamente de ese asunto, y entendía su molestia conmigo, pero ya no podía seguir así , así que aprovechando que el no me estaba escuchando, por la lejanía de las habitaciones, me acerqué tanto a mi hermanito y al guitarrista, con una sola petición en mente.

- Necesito que salgan de aquí por unas horas, déjenme solo con el, tenemos mucho que hablar y quisiera que fuera algo más privado. ¿Creen que me puedan ayudar con eso? - comenté con un tono de voz sereno, aunque él hecho de sentir su rechazo, me estaba afectando demasiado.

-Si con eso, todo vuelve a la normalidad, tómense el tiempo necesario. Vamos a entrar en una crisis si esto no se resuelve pronto, todos nos necesitamos. Espero que lo resuelvas como se debe. - fueron las palabras directas de mi hermano, el cual guió a Georg escaleras arriba para hacer algunas llamadas, antes de retirarse enseguida.

Por lo que pude saber, ambos se fueron de compras acompañados de Bennett y Lily por el centro de la ciudad, por lo que tendría un buen tiempo de privacidad para arreglar nuestras diferencias. Pero ahora la duda era ¿Cómo llamar su atención y que venga acá? Ya lo tengo, si solo baja para comer y vuelve a subir, con eso atraería su atención.

El plan consiste básicamente en cocinar cosas que a Gustav le encantan, va a ser inevitable que no quiera bajar a husmear un poco, también pondré nuestros videojuegos favoritos en la sala principal, lo que sea necesario para recuperar los viejos tiempos como los buenos amigos que siempre hemos sido.

En lo que terminaba de preparar los platillos en la cocina, me encargaba de abanicar el olor de la comida con ayuda de una revista cercana, para conseguir que el aroma llegará hasta el cuarto de nuestro objetivo. A los pocos minutos, el plan había funcionado, ya que sus pasos bajando las escaleras se escuchaban en la casa vacía. En cuanto él chico se adentraba en la cocina, me coloque en una pose casual, apoyándome en la barra de la cocina con una sonrisa coqueta, lo cual hizo que Gustav me mirara extrañado desde la entrada de la cocina.

-Hey Gustav, ¿Qué tal, amigo? ¿Cómo estás? Te ves muy bien hoy ¿Te lo han dicho? Yo creo que sí, deberían hacerlo. ¿Esa gorra es nueva? Te queda muy bien, me gusta ese color en ti. - le guiñaba tranquilamente el ojo izquierdo a mi compañero, el cual solo me miraba como si fuera un desconocido.

-Hola, solo voy a pasar. Permiso. - fue lo único que salió de su boca, antes de pasar a mi lado como si nada, dirigiéndose al refrigerador de donde extraía una botella de jugo de naranja, dispuesto a volver a subir a su alcoba.

LA CHICA DEL DOM Gustav Schäfer y Tu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora