Aveces las cosas no salen cómo esperabamos
Pov _____
Ya estábamos todos en la sala de espera, atentos a cualquier indicación o comentario del médico encargado de atender al menor de los hermanos gemelos, mientras que por un lado, teníamos un desastre bastante complicado, al final del pasillo, los gritos ensordecedores del tío Franchesco retumbaban entre las paredes del hospital, ella solo se mantenía con la mirada baja, pérdida y atónita por lo que había hecho, no parecía reaccionar a ninguna de las palabras de su padre.
A mi lado, tenía a Tom, visiblemente asustado y preocupado, mientras rezaba con fervor por que su hermano no perdiera la vista, en lo que Georg y Gustav escuchaban con detalle los reclamos del mayor, ante la acción irresponsable de su hija. Y aunque no quería verlo, ella no había sido la única confrontada, ya que a las afueras del hospital, David reprendió fuertemente a Ann, quien intentaba explicarle lo ocurrido, saliendo al verla llorar.-Por favor David, te lo suplico, tu sabes que con este trabajo ayudo a mi madre a pagarle la escuela a mis hermanas, no me despidas, este trabajo es todo lo que tengo.- comentaba con la voz entrecortada, abrazándose a su pareja con sus ojos rojos por la preocupación por el estado de Bill, y ahora esa noticia.
-Lo siento Ann, pero ya está decidido. Además, esto no está en mis manos, tu obligación y tu trabajo era cuidarlos y estar al pendiente de ellos, y fallaste. Mañana mismo se te entregará tu liquidación. Pero la decisión es definitiva.- el mayor comentó cruzando sus brazos con molestia, adentrándose nuevamente al hospital, para preguntar por él vocalista.
Estaba totalmente destrozada por verla llorar de esa forma, Zian solo se dedicaba a consolarla, él también lo intentó convencer de lo contrario, pero era inútil, por culpa de Lily y sus actitudes infantiles, habían ocasionado que una chica que no tenía nada que ver, haya perdido su fuente de ingresos.
Estaba muy molesta con Lily, y realmente no era la única, todos de alguna manera estaban muy disgustados por el acto, en mi caso, opté por mantenerme al margen de ella, como una especie de "ley del hielo", ya que se bien que cualquier cosa que fuera a salir de mi boca en ese momento sería con mucha rabia, y no iba a desquitar mi ira con ella, y menos de haber sabido que iba a ser la última vez que la vería. Ingresé una vez más al hospital para darles un poco de privacidad, sentándome a lado de mi pareja, aún escuchando los gritos del mayor, quien solo miraba a su hija con una inmensa decepción, pero ella, solo se mantuvo callada ¿Qué más podía hacer o decir? Creo que nada- ¡Me tienes harto, Lilian! ¡Harto de tus idioteces, de tus actos sin pensar! ¿Acaso pensaste en las consecuencias de tus actos? Ese muchacho puede quedar ciego por tus juegos estúpidos ¡¿Acaso quieres que muera de coraje!? ¡Dime si eso quieres!- sus palabras eran duras, no había ni una especie de amortiguador para todo lo que él decía, se notaba que ese sentimiento de frustración y molestia, eran muy auténticos.
Mi vista se dirigió hacia la puerta, donde pudimos notar como la figura de Zian se acercaba de forma peligrosa hacia donde la chica se mantenía inmóvil, sujetándola de sus brazos y hombros con un rostro totalmente serio, en cualquier momento, la iba a romper.-Nunca me imaginé que serías capaz de hacerle eso a alguien que nunca te ha hecho absolutamente nada. Ann fue despedida por tu culpa ¡Por tu maldita culpa, mi novia perdió su trabajo! Espero que estés contenta con esto, lograste tu objetivo después de todo, como siempre. Por un momento, creí que cambiarías, pero que estúpido fui al pensar eso de alguien como tu. - fue lo último que comentó antes de soltarla con desdén, acompañando de vuelta a su novia, yéndose juntos en un transporte que los esperaba.
Aquellas palabras parecían que no la hicieron inmutarse en ningún momento, ya que en cuanto su padre se dio la vuelta, se levantó del suelo, limpiando de sus manos la suciedad que pudiera haber conseguido, al igual que sus lágrimas, saliendo del hospital sin decirnos ni una palabra, subiendo al primer taxi que encontrará. Cuando el tío Franchesco se percató de su ausencia, ya era tarde. Para intentar compensar el error garrafal de su hija, optó por pagar los gastos médicos de Bill, al igual que se disculpó reiteradas veces con la señora Kaulitz, quien se encontraba al teléfono con su hijo mayor.
El médico nos pidió que fuéramos a descansar, ya que por el estado del chico, aún no podía recibir visitas, pero Tom estaba reacio a irse, por lo que unos cuantos escoltas se quedaron a cuidarlo y protegerlo de los paparazzi, mientras los demás volvíamos a la casa de descanso. En cuanto llegamos, subí las escaleras como pude, yendo directo a la habitación de Lily, sin embargo, este ya estaba vacío, mientras que la Rubia se mantenía juguetona con un escolta de la entrada, mientras Tom llegaba. No dio aviso de a donde iría, no dejó nada, fue como si la tierra se la hubiera tragado, en un lapso de 2 horas.
No supe como reaccionar, al inicio, mi corazón se estrujo al ver aquel sitio vacío, pero el hecho de que no se hubiera quedado para intentar compensar alguno de sus errores, fue lo que más me llenaba de ira. Tomé mi teléfono, e intenté contactarme con ella para que regresara, pero no importaban las 58 llamadas que le había realizado, ninguna fue respondida. Por lo que opte por cada llamada, dejar un mensaje de voz, comentándole de todas las formas posibles que volviera, pero al notar como de forma intencional me ignoraba, le recrimine lo ocurrido tanto con Ann como con Bill, primero por ella, ya que no fue capaz de suplicarle a David por el trabajo de ella, ya que nunca fue su culpa, y por Bill, era obvio. Podía quedar ciego. Y todo por un tonto juego.
Nada sirvió ¿Qué conseguí de ella? Un puto "Visto" a todos mis intentos de contactarla, al demonio.
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LA CHICA DEL DOM Gustav Schäfer y Tu
Romance¿Alguna vez has tenido delante una historia con un inicio similar a esta? La historia del rockstar solitario buscando compañía, y una fanática empedernida por el miembro de una banda distancional, pero no dejen que el prólogo los engañe. La vida pue...