Capítulo 21

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XXI

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Mi mirada se encontraba pérdida mirando hacía el frente mientras Carlos conducía, él decía algunas cosas para hacerme sentir mejor pero era inútil, ¿en verdad Lando quería terminar con nuestra amistad?, entiendo su enfadó pero por primera vez lo noté bastante furioso, conmigo por lo menos jamás había estado de está manera.

Sé que quizás lo que le molestó fue el haberme arreglado a escondidas pero debía entender que no quería estar hoy con él, el ambiente es demasiado tenso cuando estamos enfadados los dos. Me abrazaba a mi misma ya que el frío traspasaba el suéter de delgada tela qué ahora mismo cubría el escote del vestido que vestía, Carlos había propuesto ir a beber algo, bueno, para mí ya qué él no puede tomar bebidas alcohólicas, por lo menos en semana de carrera no. Ese plan había sido cancelado por mí, no tenía ganas de salir a ningún lado estando en esta situación con Lando así que simplemente nos dirigíamos a su habitación de hotel.

- Bueno _____, llegamos - Me sonríe Carlos estacionando el auto frente al hotel, baja rodeando el auto y me abre la puerta para que salga.

- Gracias Sainz - Le devuelvo la sonrisa y mientras bajo miró detenidamente el hotel, era igual de lindo que el de Lando así que no me quejó porque pareciera que es exactamente lo mismo.

- Andando ma belle, ambos estamos demasiado cansados y es evidente que no estás en buenas condiciones para ir a algún otro lugar si es que intentará convencerte - Entrelaza sus dedos con los míos y después de que Carlos le da sus llaves al valet, entramos al hotel. Había personas pero todas estaban en lo suyo, algunas si nos habían notado pero simplemente nos recibían con una sonrisa.

- Me gusta aquí, los huéspedes no son tan intensos como en el hotel de Lando - Hago una mueca mientras nos dirigíamos al ascensor.

- Eso es porque Lando es nuevo en la parrilla, el morbo de la prensa claro que va a ser más que notorio - Cuando estamos frente al ascensor, Carlos presiona el botón y cuando las puertas se abren entramos presionando el piso al que íbamos.

- Gracias por dejarme quedar aquí por hoy, disculpame por molestar - Lo miró fijamente a los ojos y mi sorpresa es qué él ya se encontraba mirándome con una gran sonrisa.

- Para mi siempre será un placer tenerte conmigo, y sobre lo que dijo Lando acerca de que me aburrirías créeme, eso jamás pasará, será todo lo contrario - Acaricia mi mejilla izquierda -. Estaré feliz de verte hacer lo que más te apasiona

- Carajo, haces que me emocione por la más mínima palabra que dices - Lo abrazo y me doy cuenta de lo alto que era, lo gracioso era que mi cabeza le llegaba apenas al pecho.

- Espero te guste ma belle, ordene tres botellas de champagne con algunas frutas - Se separa un poco de mí para que nuevamente jalara mi mano para que saliéramos del ascensor ya que habíamos llegado al piso indicado, caminamos un poco y ya nos encontrábamos frente a dos puertas que Carlos fácilmente había abierto en cuestión de segundos.

- Estoy impresionada, es demasiado linda - Mis ojos brillan al ver la habitación, era un poco más grande que la de Lando aunque a decir a verdad la cama de está habitación era gigante.

- Me alegró que te guste - Entramos y él cierra las puertas detrás de él, mientras caminábamos hacia el centro de la habitación, Carlos hace que nos dirigieramos hacia el balcón donde se encontraba lo que él había ordenado.

Nos sentamos en la mesa y mientras servia en nuestras copas Carlos, mi mirada estaba fija en él era algo creíble tener a un hombre como él frente a mí ahora mismo.

- ¿Mañana a qué hora te irás? - Bebo de mi copa de champagne mientras mordía una cereza.

- La práctica será a las once así que podré irme hasta que tú despiertes sin problema - Me guiña un ojo y bebe un poco de su copa solo que a comparación de la mía, en la de él solo había agua.

Mirábamos la ciudad por el balcón, todo era tan tranquilo e incluso callado ya que ni un solo auto se veía, cierro mis ojos al sentir el aire pegar en mi rostro, estar aquí con Carlos me ayudaba a olvidar lo que había pasado con Lando pero sus palabras jamás se irán de mi corazón.

- ¿Quieres entrar?, hace frío aquí - Me mira Carlos y yo al mirar que no habíamos terminado nada me deja pensando pero después asiento varias veces ya que yo también ahora mismo moría de frío.

Cuando entramos nuevamente a la habitación ambos nos quedamos callados él miraba hacia el lado contrario de dónde yo miraba, suelto un suspiro y cuándo estoy apunto de caminar hacia la cama Carlos y yo chocamos por accidente.

- Ma belle, disculpame creó que ambos pensamos lo mismo - Ríe y agacha su mirada para verme, sabía que algo había entre los dos ya que ninguno de los dos habíamos optado por separarnos, una llama se desprendía de ambos y como si hubiera sido un impulsó, ya nos encontrábamos besando.

Sus besos eran apasionados y exigentes, era como si ahora mismo Carlos fuera quien me estuviera dominando con el simple toque de sus manos sobre mi cintura mientras su lengua navegaba en mi boca. Me siento tan débil que todos mis deseos estaban siendo entregados a Sainz.

Acarició suavemente su torso por encima de la camisa que llevaba, y él muerde mi labio inferior ligeramente haciendo que nos separaramos por falta de aire. Podía sentir su excitación, tanto él como yo necesitábamos esto pero... ¿realmente era lo correcto para olvidarme de lo que había ocurrido?, una mueca había aparecido en mis labios haciendo que Carlos desconcertado se alejara de mí.

- ¿Qué ocurre?, es por Lando ¿cierto, ma belle? - Coloca un mechón de mi cabello por detrás de mí oreja y una mirada comprensiva aparece en sus labios, con un movimiento suave hace que me acerque a él y me abraza, era un abrazo suave haciéndome sentir que él estaría para mí en estos momentos -. Quiero besar y explorar cada parte de tú cuerpo pero este no es el momento, esperaré todo lo que tenga que esperar - Besa mi frente y se aleja de mí.

- Gracias Carlos, creó que eres la única persona con la que me he sentido tan bien en tan poco tiempo - Caminó hacia el sofá de la habitación y me siento para prender el televisor, no quería dormir ya que mi mente realmente estaba en otro mundo.

Carlos había salido por la champagne y la fruta para mí, el había mencionado que se iría a dormir ya que mañana tenía que irse temprano pero cuando quisiera podía irme a dormir con él, cómo último gesto me da un último beso en los labios antes de que apagará las luces y se fuera a dormir. Por mi lado me encontraba mirando una película, era la de siempre el mismo día estaba tan enfocada en la película que me hacía sentir como si estuviera dentro de ella, me sentía demasiado identificada.

Mi copa de llenaba varias veces de la champagne que había pedido Carlos, para mí suerte había pedido tres supongo que lo hizo por la situación en la que me encontraba, me reía a mis adentros debido a la condición en la que me encontraba ya qué sí, me encontraba ebria pero mis ganas de seguir viendo la película mientras comía de la fruta bebiendo champagne eran más fuertes que cualquier otra cosa.

Mi pregunta es, estaba bebiendo para sentirme mejor o realmente era por Lando...

𝐋𝐢𝐦𝐢𝐭𝐞𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐝𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐨| 𝐋𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐍𝐨𝐫𝐫𝐢𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora