𝐋𝐢𝐦𝐢𝐭𝐞𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐝𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐨| 𝐋𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐍𝐨𝐫𝐫𝐢𝐬

Capítulo 27

XXVII

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Me encontraba desconcertada ante las últimas palabras de Lando, claro que sabía qué él siempre cuidaría de mí ya qué siempre lo ha hecho cuando salgo con algún chico. Me encontraba cruzada de brazos sobre una de las paredes del garaje de ferrari mientras esperaba a Carlos, todos me miraban de forma extraña pero simplemente ignoraba las miradas fijas sobre mí.

Observó como Carlos entra al garaje dándole algunas indicaciones a su equipo, intercambiaba algunas miradas conmigo pero siempre se mantenía firme escuchando lo que le decían.

- Ma belle, hay qué irnos. El asunto en este circuito ha terminado - Entrelaza nuestros dedos depositando un beso por encima de mi mano -. Necesito qué hablemos de algo que pasó en las entrevistas...

- ¿Qué sucede?, no me asustes... - Lo miró mientras caminábamos hacia la salida del circuito.

- Pasa qué tendré que contactar con algunos medios para que borren la entrevista qué dio Lando. Tú "amigo"... - Recalca la palabra haciéndome detener para escucharlo atenta -. Le declaró a las cámaras lo qué sentía por ti, no entiendo a Lando... bueno si, sí lo entiendo, ¿quién no podría enamorarse de ti? - Sonríe haciéndome caminar nuevamente -. Qué estúpido fue al no confesarte lo que sentía antes, amaré verlo celoso cada que nos vea juntos

- No digas tonterías, quizás tuvo alguna razón para confesar esa mentira - Río nerviosamente.

- Lo qué sea, es por eso qué no quiero que estés cerca de él. No quiero que haya rumores donde digan qué mi novia está con el cabrón de Norris que confesó que su corazón te pertenecía -Me abre la puerta del copiloto de su auto.

- Sabes qué jamás podría dejar de hablar con Lando, nos tenemos demasiado cariño e incluso antes de conocerte había días en los que me quedaba en su departamento, no puedes prohibirme algo como eso - Entro al auto y él se queda pensando antes de cerrar la puerta.

- ¿Quieres un departamento?, te lo compraré - Me mira Carlos entrando al auto, cierra la puerta y pone en marcha el auto hacia el hotel.

- No quiero un departamento, tengo una casa donde vivir. Se vienen las regionales y pronto obtendré mi primer pago para independizarme y pagar el alquiler de uno - Sonrió -. No quiero tus obsequios caros ni quiero que me lleves a lugares lujosos, no quiero ser como todas con las qué has estado

- Ese es el problema ____, tú no eres todas. Eres de lo qué no hay, y eso te hace aún más especial, ¿sabes porqué? - Detiene el auto para mirarme.

- ¿Porqué, Sainz? - Miraba por afuera de la ventanilla, ni siquiera quería mirarlo. Me enoje, lo sé es una tontería pero me hierve la sangre el saber qué hubieron muchas más mujeres antes qué yo.

- Porqué eres mía, ma belle - Se quita el cinturón de seguridad y se mueve de su asiento haciéndome voltear para que pudiera besarme.

- Está bien, está bien pero vamos conduce que aún debemos ir a cenar ya que hoy es definitivo que debo irme a Inglaterra o de lo contrario tendré consecuencias graves con Liam - Sonrió y me besa por última vez antes de que continuará conduciendo.

Mi mirada se encontraba fija en mí teléfono, tenía como mínimo veinte mensajes de Lando quizás quería arreglar lo que había dicho en aquella entrevista, lógicamente no le diría nada a Carlos para poder hablar bien con Lando en Inglaterra, no pierdo nada con escucharlo.

Cuando nos encontrábamos frente al hotel, bajamos del auto para ir hacía la habitación, solo vendríamos a arreglarnos un poco y nos dirigiriamos hacia el yate ya qué solo estaríamos como mínimo una hora en el, no podía quedarme ni un solo día más. El patinaje es mi vida así como el automovilismo para Carlos y Lando.