𝐋𝐢𝐦𝐢𝐭𝐞𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐝𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐨| 𝐋𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐍𝐨𝐫𝐫𝐢𝐬

Capítulo 34

XXXIV

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Me movía de un lado a otro tratando de sentirme cómoda en el sofá donde me encontraba sentada, Liam miraba atentó mis movimientos pero yo ignoraba su mirada. Mordía mis uñas mirando el interior de la casa pero las manos de Liam hacen que me detenga colocando mis manos sobre mis piernas ya qué él se había agachado en cunclillas para quedar a mi altura.

- Muñeca, qué linda te vez cuando estás recién duchada. Estarás más linda cuando usas ropa del diseñador que me diseña la ropa a mi - Sonríe ampliamente mientras unas de sus manos acariaba mi mejilla izquierda.

- Sí tienes tanto dinero no entiendo porqué eres un simple entrenador de patinaje artístico - Alejo su mano de mi rostro y el ríe a sus adentros.

- Entrenador y un poco de mafia dentro del patinaje me a hecho hacerme de todo esto - Suspira y estira un poco su brazo para alcanzar la cajita roja de terciopelo que se encontraba a un costado del sofá donde estaba sentada.

- ¿Qué es eso?, creí que ya nos iríamos por el vestido para la cena con tus padres - Desvío la mirada para evitar tener algún tipo de contacto con él.

- Bueno, púes antes de irnos quería que usarás de una buena vez la sortija de compromiso. Quiero qué todos sepan qué serás mi esposa, así nadie podrá voltearte a ver - Agarra mi mano para colocar la sortija pero casi de inmediato yo alejo mi mano.

- Estás loco, no seré tú esposa - Nos miramos fijamente a los ojos y el agarra con fuerza mi mano colocando la sortija sobre mi dedo anular -. Liam... la usaré después, los medios están en todos lados y si me ven en el centro comercial contigo y con una sortija empezarán a crear rumores que le harán llegar a Carlos

- Mucho mejor, hay un contrato del que debemos hablar y claro que si no aceptas hay consecuencias en las que están involucrados tus pilotos - Relame sus labios y se levanta jalando mi mano para que yo también me levantará -. Seremos la tentación de todos, tú juventud me hará lucir joven a mi también

- En cuanto nos casemos te daré el divorcio al siguiente día - Lo miró desafiante a los ojos y el me sujeta de la muñeca pegándome a él.

- Viendo los lujos que te podré dar dudo mucho que después quieres irte de mi lado - Me da un beso en los labios y me suelta para que pudieramos salir de la casa.

Caminamos hacía su cochera, desconocía las marcas de autos qué habían en este lugar pero solo pude distinguir la Mercedes gle coupé por la que se había decidido Liam, eran autos lujosos que desde este punto sabía que estaba metido en algo malo Liam. Nos subimos y Liam pone en marcha nuestro caminó, su perfume empezaba a marearme tanto que incluso tuve que bajar toda la ventanilla para que el aire entrará.

- Me doy cuenta de qué si tenemos hijos, ellos saldrán lindos. Tendrán tus hermosos ojos azules y mis rizos, ¿qué más podríamos pedir?

- Los rizos los podrían sacar de Lando, aunque por el contrario saldrían guapos como Carlos, me pensaré en si tener hijos o no con alguno de ellos, contigo ni en mis peores pesadillas los tendría

- Eres muy cómica, y a mí la comedia me fastidia - Coloca una de sus manos sobre mis muslos para apretarlos fuertemente.

Lo fulminó con la mirada pero pareciera no importarle ya que deja su mano durante algunos segundos para después quitarla. La desesperación me estaba consumiendo, quería simplemente arrojarme por la carretera y esperar a que el destino decidiera por mi lo que pasaría, pero no, debemos soportar ya qué en verdad me interesa aquel contrato del que tanto está hablando.