Capítulo 4

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MELANKA

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MELANKA.

Froté mis palmas y sonreí con malicia, mientras me dejaba guiar por Nash al interior del almacén gigante atestado de cuerpos medio vestidos que se frotan entre sí, ahora puedo decir que lo hacen al ritmo de la música, gracias a los trillizos sé lo que es eso, la música, cantar, bailar, sé lo que es, ya no soy tan ignorante como al comienzo.

Pero que orgullosa me siento.

De mí, claro, por si queda la duda.

— Neil se hace el recatado todo el tiempo — explica Nash, tomándome la mano para no perderme entre el gentío— Pero dale un vaso de alcohol y dejará de hacerse el tikismikis, a mi hermano le hace falta el empujoncito.

— Pero... ¿No estaría obligándolo si lo hago beber? A mí no me gusta follar así, a él tampoco debe gustarle.

Frunciendo el ceño.

— No, no digo que un vaso lo deje inconsciente, tiene que beberse al menos una botella, lo que quiero decir es que es introvertido, antes de cumplir una misión de Enok se bebe un vaso de alcohol, antes de hablar con alguien, bebe, y así, ese vasito, por más pequeño que sea, hace aflorar su verdadera personalidad, ya verás lo que digo.

Usando sus centímetros de más para mirar alrededor, buscando a sus hermanos, dijeron que estarán en la barra, pero la barra es tan larga y extensa que podrían estar en cualquier lugar, hay una plataforma de madera lo suficientemente larga para cubrir tres de las cuatro paredes del almacén, la venta de alcohol debe ser la principal ganancia de este lugar, porque no nos cobraron a la entrada... o quizá no cobraron porque Nash es de los Kinahan.

— Ya veo... entonces, veamos qué ocurre, quiero conocer al verdadero Neil.

— Te va a encantar, mi hermano es divertidísimo cuando se suelta por fin... ¡Ahí están! Los encontré, vamos.

Tomó mi mano con un poquitín más de fuerza para que la gente no nos separara y se abrió paso, mientras yo me pego a su espalda y lo sujeto por la camiseta con la mano libre, procurando no perderme, así fue cómo llegamos rápidamente a la barra, y dos bonitos vasos grandes con alguna clase de liquido fluorescente nos recibió, ambos tenían una rodaja de limón en el borde, acompañado de una pequeña sombrilla, se ve bonito, casi me da pena beberlo, el mío es rosa, y el de Nash es azul ¿A qué sabrá?

— ¡Bébete el coctel, te aseguro que te va a encantar, es de frutilla!

Me dijo Nero, y como todos se ven tan animados, y Nash se bebió medio vaso como si fuese agua y él no bebiese nada desde hace días, lo imité, el sabor amargo y picante me tocó la garganta, el disgusto me llegó a las papilas gustativas, pero la frutilla calmó el sabor, el toque a limón hizo que el amargor pasara y... me gustó, está bastante rico.

— ¿Es la primera vez que bebes?

Preguntó Neil.

Inclinándose hacia mí para que lo escuchara sin la necesidad de gritar como lo hizo Nero.

Conquistando al desastre +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora