Capítulo 26

3K 275 349
                                    

ENOK

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ENOK.

3 días antes de ir por Melanka.

Bufé exasperado, me desespera que estos tres se metan en todos mis asuntos y me hagan ensayar las cosas mil veces, odio que cuestionen todos mis métodos, saben que siempre obtengo el resultado que deseo, siempre, sin excepciones, entonces ¿Por qué tengo que ensayar esto también? Me caga que critiquen todas mis opciones, todavía no les cuento sobre ninguna de ellas, pero ya sé que van a descartarlas todas, siempre las descartan.

Hijos de puta entrometidos.

Ok. Yo soy Melanka y tú eres tú, acción.

Dijo Nilak, metiéndose mucho en su papel, atravesándose una tarta de queso, sentado en un sofá individual, frente a mis padres, en mi despacho, batiendo las pestañas exageradamente, cruzándose de piernas.

Es un pésimo actor, ambos sabemos que Melanka estaría zampándose la tarta con los dedos o directamente llevando la boca al plato, y ni en mil años luz ella se cruzaría de piernas, lo suyo es sentarse con las piernas lo más separado posible, y a estas alturas, su atención estaría puesta en cualquier otra cosa menos en mí, su capacidad para distraerse o disociar me impresionaba.

Voy a despedirlo como actor. No sirve.

Bien, esto es lo que pensé.

Tomando la caja dónde metí el anillo, lanzándosela de sentón, viendo cómo se las ingenió para atraparla y salvar la tarta, eso sí haría mi chica. Punto para Nilak.

¿Y qué significa esto?

Preguntó sin más el idiota de mi amigo, mirándome confundido.

Averígualo por ti misma. Te di un anillo ¿Qué crees que significa? Usa ese cerebro de frijol que tienes.

Respondí, mirando a mis padres en busca de aprobación.

En mi cabeza, es la mejor propuesta de matrimonio del mundo.

SI yo fuera ella, te lanzo el anillo por la cabeza y te mando a la mierda.

Respondió mamá, pisoteando mi super genial idea.

Así no es cómo se pide matrimonio Enok, vimos unas diez películas con matrimonios y propuestas incluidas para que vieras cómo era el asunto, las elegimos con pinzas para que tuvieras una idea más o menos clara del asunto.

Complementó papá, y yo ya tengo ganas de enviarlos al exilio otra vez.

No me está gustando nada tenerlos aquí, que quede claro.

Conquistando al desastre +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora