Melanka deicidio no volver a hablar y tampoco relacionarse con otros nunca.
Luego de ser vendida de pequeña, aprendiendo a sobrevivir por las suyas, se hizo una mujer bastante peligrosa que sólo un tonto decidiría comprar.
Huérfana, rebelde, esclava...
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MELANKA.
A pesar de decir que este señor de aquí es nuestro padre, Henry no se tranquilizó ni un poco, es más, se encogió un poco más y me miró suplicante, negando, él no está preparado para verlo, probablemente tiene algún tipo de fobia hacia el genero masculino, debió ser horrible quedarse en ese lugar, yo misma viví mis peores años en La India, conocí personas muy amables, pero justamente no me pude quedar con ellas, me quedé con lo peor de lo peor, la peor mierda, la más sucia y pervertida, y a Henry no le fue mejor.
— Papá... creo que habrá que esperar — parándome frente a la bañera para cubrir a Henry— Él no... no está listo.
— ¿Qué no está listo? Pero ¿Por qué? ¿Qué tiene? ¿Qué le hicieron?
Suspiré, acariciando el cabello de mi hermano que me abraza por las piernas, aterrado, tiembla tanto que está derramando parte del agua.
— Lo mismo que a mí, papá, creí que había quedado claro, le hicieron lo mismo que a mí, por años, y no está listo para confiar en un hombre aún.
— Pero soy su papá, no cualquier hombre.
Asentí, comprendiendo también su postura, debe estar desesperado, arrepentido, debe sentirse culpable, pero no depende de mí o de él, todo depende de Henry.
— Yo lo sé, papá, pero al comienzo no sabía ¿Recuerdas? Luego de tantas cosas malas, desconfías de todo el mundo, es así, y costará mucho que Henry vuelva a confiar, pero nos tendrá a nosotros, y sé que tú te asegurarás de estar ahí para cuando él esté listo para confiar.
No muy convencido, asintió muy lento, muy, muy lentamente, dando un paso al costado para al menos verle el rostro al sujeto oculto tras mi cuerpo, aterrado.
— Dile... dile que estaré aquí para cuando me necesite, que no me moveré de aquí, y que jamás le haría daño.
Asentí, girando el rostro para ver a Henry, acariciándole el cabello.
— Papá dice que no estará molesto nunca, que se quedará cerca para cuando tú decidas conocerlo, pero no lo suficiente cómo para atormentarte, toma tu tiempo y has las cosas a tu ritmo que tu familia estará esperando, una familia que no hace daño, la familia te cuidará.
Sonriéndole al ver que asiente, entendiendo, mientras le tiemblan los labios, apenas una mueca parecida a una sonrisa, hay que tener imaginación para notarla, pero ahí está, algo de emoción, eso es bueno.
— Dile... dile que perdón, que voy a intentar mejorar.
Respondió Henry en susurró, mirando a papá con un solo ojo sin soltarme, vamos avanzando.
— Henry dice que lo perdones por temer, que intentará mejorar para hablar contigo y los demás.
Traduje, viendo a papá derramar un par de lágrimas, asintiendo.
