☯︎|Capítulo 25|☯︎

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Jeff regresó a su reino pero solo lo recibieron con malas noticias, su padre había enfermado y tenía que estar en cama temporalmente, o al menos eso le dijo el doctor beta que lo atendió.

—Padre... —murmuró sentándose a lado de la cama y tomar su mano. —Te deje bien

—No se qué pasó, de la nada me resfrié —al parecer era un resfriado grave —Jeff no quiero adelantarme pero ya estoy viejo...y encima enfermo, necesito que asumas el trono

—Pero primero tengo que-

—Casarte, lo sé, estuve analizando todo y decidí que princesa te conviene —Jeff se quedó en un profundo silencio dejando que su papá siguiera hablando —la princesa Malee del reino gris, se que en cuanto sepan sus padres tu pedida de mano aceptarán y-

—Papá, yo ya tengo a mi persona con la que quiero casarme —el rey solo lo miro y hizo una mueca.

—Bueno, ¿quien es?

—Jamás lo aceptarías —el rey rodo los ojos y miró a Jeff fijamente, tal vez fue la primera vez que realmente su mirada le transmitía paz a su hijo y suspiró.

—¿Por qué crees eso? —Jeff bajo la cabeza luciendo deprimido y volvió a murmurar.

—No es de la realeza

—Jeff, sabes perfectamente que las reglas son casarte con un príncipe o princesa...si fuera parte de la realeza créeme que no diría nada, entiendes ¿cierto? —Jeff sin ganas asintió pero se armó de valor para volver a hablar.

—Papá...somos igual de poderosos que Bib, ¿por qué no puedo elegir a mi esposo?, quiero ser feliz

—Ya te lo dije Jeff

—Mamá no se hubiera negado —murmuró bajo.

—No menciones a tu madre.... —el semblante del rey cambió a uno triste y Jeff decidió darle su espacio saliendo de aquella habitación para ir a su propio despacho.

Antes de entrar y sentarse cerca de su escritorio pidió que trajeran café para el. Tomó una hoja y una pluma para comenzar a escribir. Cuando extrañaba a Code solía mandarle cartas, que era siempre.

Pero esta vez se sentía deprimido, tal vez vacío sea la palabra, entró una chica beta interrumpiendo los pensamientos de Jeff y dejando el café sobre el escritorio.
—De nuevo deprimido —cruzó los brazos viendo cómo el alfa solo se recargaba en ese mueble luciendo mal.

—Cierra la boca, no sabes lo que es estar enamorado —la chica sonrió entre dientes mirando hacia otro lado.

—Tal vez tienes razón, como sea bebe tu café, te aliviará tu dolor de adolescente deprimido —se sentó sobre el sofá cruzando ambas piernas.

—Que asco, sabe amargo —hizo una gran mueca de disgusto.

—El dulce solo hace que tu cerebro se distraiga, bébelo así

—A veces llegas a ser molesta, ugh que asco —dio pequeños sorbos.

—¿Hablaste con tu padre? —Jeff asintió para levantarse y caminar por toda la habitación mientras contaba lo sucedido.

—Ya tiene a mi esposa, será Malee

—¿Malee?, no es fea

—Eso lo se, pero yo solo quiero a Code —suspiró.

—El rey te ama mucho, ¿por qué no hablas con él y lo convences?

—Lo intente pero sólo dijo que si fuera un noble me dejaría casarme...pero no pertenece a la realeza

—Me suena a que ya e escuchado esto antes

—¿Uhm? —la chica trató de recordar pero luego negó.

—Olvídalo, ¿entonces que harás?

—Me casaré con Barcode

—¿Estas loco?

—No lo sé...además le dije a Code que nos casaríamos en cuanto aquella guerra termine

—No sería mala idea, si es que obtenemos más poder esta vez no se negará tu padre —Jeff asintió.

—Exacto, pero es mejor cambiar de tema, ¿qué hay por ver?

—Bueno...te deje un par de escritos ahi —señaló el escritorio —no es mucho que hacer, lo normal —sonrió leve.

—Bien —Jeff se sentó nuevamente y tomó uno de aquellos papeles y sonrió entre dientes cuando lo leyó —así que...la reina del reino blanco se tomó la molestia de escribirme —miró el papel por ambos lados aún con una sonrisa de burla.

—¿Que?, ¿enserio? —asintió.

—Quieren que visite el reino blanco, esto me huele mal, aunque nos servirá muy bien aprovecharnos de la situación

—Esto tú mismo lo planeaste ¿no?

—¿Por qué crees eso?

—Ese día, fuiste a visitarlos poniendo de excusa lo que tu padre les quería decir

—Uhm...solo fui astuto, tarde o temprano iba a ver una guerra, si yo fuera de los demás reinos igual estaría en contra de Bib, entonces ¿por qué no ganarme la confianza de aquellos reyes desde antes?, hay que estar preparados

—Vaya, no pensé que actuaras antes de tiempo

—Pues si —suspiró dejando aún lado los papeles.

—Bueno, ¿cuando te cito la reina? —preguntó Pinya su guardia de confianza, cada príncipe y rey tiene el suyo, en este caso la de Jeff era una mujer beta.

—Mm...dentro de dos dias, Pinya ¿vendrás conmigo no? —asintió.

—Claro que si

—Muy bien, ¿cómo has estado estos días sin mi?

—A decir verdad muy bien, deberías visitar a tu amado más seguido

—Basta de amados, ¿cómo está la gente del pueblo?

—Te extrañaron, alguno que otro habitante se acercaba a preguntar sobre su futuro rey

—Al menos alguien de aquí si me extraño, bajemos, tengo regalos para ellos —Pinya no se sorprendió por la acción, cada que Jeff visitaba otro reino solía traer bastantes cosas o comida para repartirla entre todos, por esa misma razón era muy querido por todos.

Cuando bajaron a la entrada del castillo Jeff ordenó bajar cada cosa que venía en uno de los carruajes y fueron acomodados alrededor, la presencia de su príncipe atrajo la atención de todos y se acercaron a él.

—Estuve ausente debido a mi visita en el reino negro, pero les traje regalos a cada uno de ustedes —hablo alto y claro para repartir todo orgulloso de sí mismo.

Cada uno de ellos le agradeció muy correctamente por la acción del alfa.

Siempre pensaba en su reino y eso solo hacía que las personas aumentaran su aprecio hacia el.

Cuando terminaron Jeff entró al castillo, últimamente se sentía muy solo, era de esperarse, los únicos que habitaban aquel gran castillo era Jeff, su padre y los sirvientes que de vez en cuando le hacían compañía al alfa.

No era fácil estar sin la presencia de su madre, quien había muerto debido a una grave enfermedad del corazón. Un día de la nada ya no volvió a despertar. Aunque Jeff agradecía que haya muerto de esa forma, murió dormida así que no debió haber sentido tanto dolor.

Al parecer ella ya presentía su muerte por qué dejó una carta para el rey, su esposo y para Jeff, pero al estar tan deprimido nunca quiso leerla. La leería en el momento que él considerara adecuado, al parecer tenía muchas palabras por que dejó tres hojas llenas de letras solo para su hijo.

Pero que se podía hacer, así son las cosas.

Ahora Jeff se encargaría de explorar todo el castillo mientras su padre estaba en cama.
Sabía perfectamente que aquí dentro había un cuarto donde se suelen guardar cosas importantes, tal vez alguna de ellas le ayude con lo que quiere hacer.

Wʜᴇɴ ʏᴏᴜ ʀᴇᴀʟʟʏ ʟᴏᴠᴇ sᴏᴍᴇᴏɴᴇ | 𝒐𝒎𝒆𝒈𝒂𝒗𝒆𝒓𝒔𝒆 (BibleBuild). [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora