Wʜᴇɴ ʏᴏᴜ ʀᴇᴀʟʟʏ ʟᴏᴠᴇ sᴏᴍᴇᴏɴᴇ | 𝒐𝒎𝒆𝒈𝒂𝒗𝒆𝒓𝒔𝒆 (BibleBuild). [1]

☯︎|Capítulo 55|☯︎

𝑪𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒂𝒎𝒃𝒐𝒔 𝒔𝒖𝒑𝒊𝒎𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐 𝒄𝒂𝒄𝒉𝒐𝒓𝒓𝒐 𝒔𝒖𝒇𝒓𝒊 𝒖𝒏 𝒅𝒖𝒓𝒐 𝒓𝒆𝒄𝒉𝒂𝒛𝒐 𝒅𝒆 𝒕𝒖 𝒑𝒂𝒓𝒕𝒆, 𝒇𝒖𝒊𝒎𝒐𝒔 𝒅𝒆𝒔𝒄𝒖𝒊𝒅𝒂𝒅𝒐𝒔 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒔𝒖𝒑𝒐𝒏𝒈𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒚𝒐 𝒆𝒓𝒂 𝒆𝒍 𝒂𝒍𝒇𝒂, 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒏 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒃𝒂 𝒎𝒂𝒔 𝒄𝒐𝒏𝒔𝒄𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆.

𝑻𝒖𝒗𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒓𝒂𝒛𝒐́𝒏 𝒅𝒆𝒃𝒊 𝒂𝒄𝒕𝒖𝒂𝒓 𝒅𝒆 𝒎𝒆𝒋𝒐𝒓 𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂, 𝒎𝒆 𝒅𝒐𝒍𝒊𝒆𝒓𝒐𝒏 𝒕𝒖𝒔 𝒑𝒂𝒍𝒂𝒃𝒓𝒂𝒔 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒚𝒂 𝒎𝒆 𝒕𝒆𝒏𝒊𝒂𝒔 𝒕𝒂𝒏 𝒆𝒏𝒂𝒎𝒐𝒓𝒂𝒅𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐 𝒑𝒖𝒅𝒆 𝒆𝒏𝒐𝒋𝒂𝒓𝒎𝒆 𝒏𝒊 𝒈𝒖𝒂𝒓𝒅𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒓𝒆𝒏𝒄𝒐𝒓.

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Era un día normal, habían pasado tres semanas desde la primera vez que ambos príncipes se entregaron íntimamente. Hoy Apo estaba acompañando al jardinero quien regaba las plantas mientras dialogaba con el aburrido omega.

—Alteza, ¿le gusta el olor de las flores? —preguntó él beta sonriendo.

—Algo, bueno no, no soy muy fan

—¿Puede sentir el olor?

—No me e tomado la molestia de oler cada una de ellas —se refirió a las plantas y flores de alrededor.

—Debería hacerlo, huelen delicioso —terminó de regar para acomodar y guardar sus cosas de jardinería en su pequeño maletín que siempre llevaba con el.

—Lo intentaré —asintió ayudándole a la tarea de guardar las herramientas. Pero un toque sobre su cintura lo asustó, cuando volteó era su esposo Mile quien ya estaba sujetando su fina cintura mientras a la mano tenía lo que parecía ser un brazalete.

—Permiso altezas —el jardinero sintió interrumpir e hizo una reverencia para retirarse de su zona de trabajo.

—¿De quien es ese brazalete? —Mile lo miró y suspiró decepcionado.

—Por dios ¿cómo lo viste?, era una sorpresa

—Como no verlo, lo traes descubierto

—Bueno es para ti, de ahora en adelante quiero que cuides bien este brazalete —le decía mientras tomaba la muñeca de Apo para colocarle alrededor el brazalete que tenía piedras de esmeralda muy lindas, brillaba mucho si lo mirabas fijo a la luz del sol.

—E-Es hermoso Mile —lo miró mientras este estaba concentrado en que le quedara justo al omega.

—¿Te gusta? —terminó y miró a Apo habiendo una corta distancia entre sus rostros.

—Mucho, gracias —besó la mejilla del alfa para después acercarse a sus labios y besarlos cohibidamente; a pesar de haber llegado a más de un par de besos y caricias para el menor aún era difícil tener mucho contacto físico con su amado.

—Mi amor...cuando lo veas recuerda quien te lo dio —murmuro terminando el beso para acariciar la mejilla contraria.

—Así será —asintió sonriéndole leve.

—Kanak me dijo que has estado sintiéndote mal, ¿por qué no me habías mencionado eso?

Kanak era la dama de compañía de su esposo y en la que más confiaba Apo pero al parecer había ido a contarle de sus extraños síntomas a su esposo.

—No quería preocuparte además ya pasarán

—Llevas una semana así, Apo, llamaré un doctor

—No quiero, enserio estoy bien