☯︎|Capítulo 58|☯︎

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Malee ya llevaba casi dos semanas en el castillo, la primera fue muy agradable ya que Jeff estuvo a su lado explicándole cada duda que tenía pero de la nada el alfa se alejó de ella dejándola sola, estos días solo desayunaba, comía y a veces cenaba, pero cuando no tenía apetito ella se quedaba en total soledad.

Hoy era uno de esos días, pero ahora estaba desayunando sola, no conocía a nadie y ni siquiera era muy sociable como para acercarse a las empleadas. Además de que estas semanas era la novedad del castillo.

Ahí estaba sentada pensando y tomando el tenedor, más bien estaba jugando con la comida porque ni siquiera tenía apetito, si su madre alfa la viera la regañaría por faltarle al respeto a la comida y cocinera.

Pero justo cuando la chica comenzó a sollozar por el rechazo de Jeff entró un hermoso y apuesto chico, la princesa por un momento pensó que era otro príncipe pero cuando este se disculpó e hizo una reverencia supo que no lo era.

—Lo siento mucho alteza, no sabía que estaba aquí —iba a irse pero Malee lo detuvo de una sola palabra.

—Espera —por alguna extraña razón la voz de aquella joven le causó un cosquilleo muy raro al alfa quien se detuvo de inmediato mirándola fijo, era hermosa, tenía un largo vestido color lila, de encaje, su cabello suelto de color negro, labios rojizos y rostro pequeño. Era hermosa, era perfecta ante los ojos del chico.

—¿Pasa algo alteza? —la princesa se acercó lento a él para olfatear su amargo olor a grosella con limón y el alfa no se quejó, ambos se acercaron demasiado como para darse un corto beso, Malee quedó encantada en cuanto lo vio.

Y el alfa también porque miraba fijo los labios de la princesa, no tenía idea de quien era.

Después de todo 𝒆𝒍 𝒂𝒎𝒐𝒓 𝒂 𝒑𝒓𝒊𝒎𝒆𝒓𝒂 𝒗𝒊𝒔𝒕𝒂 𝒔𝒊 𝒆𝒙𝒊𝒔𝒕𝒊𝒂.

—Princesa, aquí está el café que pidió —interrumpió una de las cocineras haciendo que ambos tragaran saliva y se alejaran rápido.

—Gra-Gracias —bajo un poco la cabeza acomodando sus mechones negros detrás de sus orejas, se notaban sus nervios.

—Joseph tan temprano y ya molestando a la prometida del príncipe —el chico parpadeo y tragó duro decepcionado de que esa chica ya estuviera comprometida y más con el futuro rey.

—Yo-Yo no...venía a buscarte a ti —tartamudeo en el intento desviando la mirada de Malee quien no dejaba de mirarlo, ambos se atraían incluyendo sus lobos, y cuando eso pasaba todo estaba mal, porque eso solo significaba una cosa 𝒂𝒍𝒎𝒂𝒔 𝒈𝒆𝒎𝒆𝒍𝒂𝒔 o que ambos eran el 𝒂𝒎𝒐𝒓 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒗𝒊𝒅𝒂 del otro.

—Joseph...¿ese es tu nombre? —le sonrió hermosamente que en tan solo un gesto el alfa ya estaba rendido ante la preciosa mujer.

—Sí, alteza, permiso —hizo una reverencia pasando a lado de ella, Malee no paraba de pensar en ese bello alfa que había puesto inquieto a su lobo. Lo quería y lo tendría.

—Ming —llamó a la mujer joven que había interrumpido antes.

—Dígame alteza —se acercó a Malee la cual ya estaba sentada de nuevo.

—¿Joseph siempre está por el castillo?

—Oh, Joseph es el guardia de confianza del rey así que si, pero ahora trata más con el príncipe porque el rey ya se retirará

—Ya entiendo, ¿y sabes donde puedo encontrarlo fácil? —la empleada por un momento se le hizo extraño tantas preguntas sobre Joseph como si la princesa estuviera interesada en él pero aún así respondió.

—Bueno pues...su habitación queda en la parte de arriba cerca de la del rey, a la vuelta, es la última, ahí puede encontrarlo si requiere de su ayuda —le explico formándole un camino con sus manos para que fuera entendible.

—Muchas gracias Ming, vuelve a la cocina —la chica hizo caso y dejó sola a la muy enamorada princesa, bebió su café caliente mientras recordaba el momento agradable de hace minutos. ¿Qué había pasado?, ni siquiera conocía a ese chico y ya le gustaba, ¿enserio existía el amor a primera vista?, sus mamás le habían dicho sobre eso y que si era real.

Justo así se enamoraron sus madres, de una sola mirada sus lobos se gustaron y ahí supieron que nacieron para estar juntas.

.....⚜️.....

Joseph entró exaltado a la cocina, con una respiración agitada y su corazón palpitando rápidamente, su lobo estaba muy inquieto por querer tener a esa mujer.

Las chicas empleadas al verlo se acercaron a él ofreciéndole agua para calmarle los nervios.
—Joseph ¿qué pasó?, te ves...tenso —le dijo una de ellas tomándolo del brazo.

—No es nada...¿saben quien es esa chica? —señaló a la mujer que estaba en el comedor recargando ambos brazos sobre la mesa viéndose hermosa y pensativa.

—Oh, es la princesa Malee del reino gris, dicen que es la futura esposa del príncipe Jeff, muchos ya la llaman Malee Saeli de Satur —le explicó la misma chica que sujetaba su brazo.

—Si, yo también e escuchado eso, que decepción que el menor de los Satur ya se case, más bien que envidia —hablo otra de ellas cruzando los brazos decepcionada de tan solo pensarlo.

—Aún existe su otro hijo, ánimo, quizás se fije en ti —bromeó otra de ellas pero Joseph no prestó atención, estaba mirando fijamente a aquella princesa, así que Malee Saeli era su nombre completo.

Joseph sin decir nada terminó el vaso con agua y salió de la cocina para dirigirse al despacho de Jeff a ver si ahí estaba. Pero para su sorpresa una bella omega lo siguió.

—Jeff no está ahí —escuchó detrás de él, al voltear ahí estaba esa princesa de antes la cual ya se estaba acercando y de tan solo escuchar sus tacones resonando en el suelo se sentía nervioso.

—¿Sabe donde puedo encontrarlo? —la joven negó con la cabeza para acomodar la insignia del traje del alfa, soltando un poco su olor para que Joseph disfrutara de ese mismo.
—Alteza...debería alejarse —le dijo al sentir la presencia de la joven cerca.

—¿Por qué?, no hago nada malo —murmuro apartándose de él para cruzar sus brazos.
Era obvio las intenciones que tenía con ese chico quien trataba de no mirarla porque desviaba la mirada al suelo. Hasta que un Jeff deprimido los interrumpió.

—Joseph me dijeron que me buscabas —se acercó a ambos.

—Así es alteza, estaba pregúntale por usted a su prometida

—Oh, ¿Malee?, no ella no sabía dónde estaba

—Jeff, hueles a alcohol —la princesa arrugo su nariz antes de hacer una mueca, el alfa se veía en muy mal estado, pues estaba con notables ojeras, con el mismo traje de hace dos días y apestaba a alcohol.

—Que calumnias dices, entra Joseph —antes de que este obedeciera hizo por última vez contacto visual con la princesa y entró al despacho con el príncipe.

Prometido de esa mujer, y eso fue lo que no le gusto. Aunque eso no impediría su hermoso romance.

Wʜᴇɴ ʏᴏᴜ ʀᴇᴀʟʟʏ ʟᴏᴠᴇ sᴏᴍᴇᴏɴᴇ | 𝒐𝒎𝒆𝒈𝒂𝒗𝒆𝒓𝒔𝒆 (BibleBuild). [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora