Amaia y Evelyn se encontraban caminando por los pasillos del palacio al encuentro con la realeza y demás miembros de la corte. Después de salir de su habitación las dos chicas habían seguido a los cuatro guardias que esperaban por ellas fuera. Amaia no había entendido porque la necesidad de tantos escoltas si estaban caminando dentro del mismo palacio, pero supuso que era alguna especie de protocolo real, asi que no hizo un comentario.
Dos guardias increíblemente altos vestidos con uniformes en azul y dorado encabezaban la fila. Un paso detrás de ellos se encontraba Nicassia. Amaia iba en el centro de la fila, con Evelyn a unos pasos detrás de ella. Los dos guardias restantes cerraban la pequeña caravana.
–¿Por qué caminas detrás de mí? – Le preguntó Amaia a Evelyn de repente sintiéndose nerviosa por toda la situación.
Iba a conocer a los reyes y dignatarios importantes de un país, cuando se suponía que ella misma era una princesa de una antigua y gran nación y además algún tipo de salvadora profetizada. La chica estaba empezando a sentir pánico. Necesitaba a su amiga de su lado. Lo único familiar de la vida que habia dejado atrás.
–Eres mi princesa, Amaia. – Explicó Evelyn suavemente acercándose un poco hacia ella para que la escuchara. – Se que puede ser raro para ti, pero técnicamente eres mi superior. Existen ciertos protocolos en Perth sobre los rangos y jerarquías en la realeza. No puedo caminar a tu lado al ser presentada a los reyes y los miembros de la corte, ya que eso se vería como una falta de respeto y un desafío en cuanto a autoridad.
Amaia suspiró frustrada.
–Dijiste que nada había cambiado. Que eras la misma Evelyn que siempre he conocido. – Refutó Amaia recordando las palabras de su amiga en el campamento.
Evelyn suspiró.
–Lo soy. – Acordó su amiga. – Nada va a cambiar entre nosotras. Aun asi, en público es mejor seguir las normas de etiqueta. – Esta vez Evelyn se colocó aún más a su lado y susurro en su oído. – Puede que exista una profecía, y puede que todo el continente los necesite a ti y a Darian. Puede que siempre se haya considerado un matrimonio entre tu y el príncipe desde el día que nacieron... – Amaia hizo una mueca. – Pero los tiempos han cambiado, si todo lo que Darian dijo es cierto, Esus ya no es la nación que solía ser. Tu herencia y reclamo al trono, no significa nada sin un ejército. Sin personas que nos apoyen. – La voz de Evelyn bajo aún más. – No podemos bajar la guardia y confiar en estas personas a la primera. Por tanto, debemos actuar y presentarte como lo que eres. La princesa de Esus, legitima y única heredera al trono de la difunta Reina Alana y no aceptaremos que seas tratada como menos de lo que eres. – Sentenció Evelyn con voz de plomo.
Amaia elevo sus cejas en impresión.
–Creo que me siento como dentro de un episodio de Game of Thrones. – Comentó Amaia un tanto nerviosa.
–Espero que no encontremos a ningún Lannister. – Replicó Evelyn con una sonrisa divertida.
Amaia soltó un escalofrió.
–Evelyn, no tengo ni idea de que como se supone tengo que actuar ante estas personas.
Evelyn frunció el ceño.
–Tranquila, todo estará bien. – Prometió con una sonrisa. – Tu solo sígueme la corriente. De todas formas, el príncipe debería entrar contigo. – Agregó.
–¿Qué? – Chilló Amaia.
De repente, la idea de encontrarse con el príncipe después de saber las cosas que había descubierto era un tanto incómodo para ella. Amaia intento calmar a su corazón desbocado. No quería pensar en los términos de la dinámica con el guapo príncipe.
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Un Mundo de Sueños Oscuros y Resplandecientes
FantasiaAmaia Vogel siempre había tenido sueños extraños. Desde sus 11 años sus horas de descanso se habían convertido en una proyección de imágenes de un mundo mágico y encantador que terminaban con ella despertándose en horror por sus terribles pesadilla...