–No creo que esto vaya a funcionar. – Dijo Amaia frustrada soltando la silla de montar. – Ni siquiera puedo montarme en el caballo. – Argumento cruzándose de brazos.
Cuando Evelyn habia salido de la tienda, Darian la siguió informándole a Amaia que iría a ayudar con la preparación del viaje. Unos minutos después, dos chicas enviadas por Evelyn habían entrado con ropa en sus manos. Amaia habia descubierto que ellas fueron las encargadas de cambiarla mientras estuvo inconsciente. Trató de ignorar la incomodidad que le surgió cuando se enteró que unas desconocidas la habían vestido, pero entendió al escuchar la charla de las jóvenes que era algo normal en este mundo que otros te vistieran. Principalmente, si eras alguien de la realeza.
No es que eso la haya hecho sentir exactamente mejor.
Le habían colocado unos pantalones ajustados de color marrón que parecían de un material muy parecido al cuero, a pesar de lo ajustados eran increíblemente elásticos y le permitían un ágil movimiento. Luego, agregaron una suave camisa de seda mandarina y sobre eso un largo abrigo del mismo material. Los pantalones ajustados con una correa a su cintura. Unas botas rusticas que llegaban a sus rodillas completaba el atuendo. Habían peinado su cabello en una trenza suelta.
Amaia no habia podido evitar sentirse como una princesa guerrera de una serie de fantasía. Aunque, eso era justamente lo que era.
Una princesa.
Para ella todo se habia sentido tan surrealista.
Una vez lista, Amaia habia salido de la tienda y observado por primera vez el lugar en que se encontraban.
Se había fijado que como Darian mencionó, era una especie de campamento lleno de tiendas y un sin número de hombres y mujeres realizando diferentes actividades, desde pulir las extrañas armas de filo azul hasta labores domésticas como lavar la ropa y cocinar. Todas las actividades siendo respaldadas por la magia. Era lo suficientemente tarde para que estuviesen haciendo ese tipo de cosas, Amaia se habia preguntado en qué momento estas personas dormían.
Cuando habia dado un paso lejos de su tienda, todos en el lugar se habían detenido para mirarla con curiosidad y fascinación. E incluso algunos, la habían mirado con lo que ella notó era molestia, como si fuese una intrusa entre sus filas.
Un momento después, Darian se había acercado de nuevo a ella y la había guiado hacia donde se estaban preparando para iniciar el viaje hacia Florentis. La cual si había entendido bien, era la capital de Eirian. Seguidamente, Amaia había preguntado por la salud de su padre y el príncipe la llevó al carruaje donde lo habían instalado para el viaje. Un hombre de mediana edad había estado sobre él aplicando sustancias extrañas y limpiando la herida. Ella supuso que era el curandero que Darian había mencionado.
Su padre se habia visto terriblemente pálido, su pecho apenas se movía por la respiración y la herida que tenía empezaba a crecerle manchas negras a su alrededor. Amaia se excusó con Evelyn que estaba al lado de Eric y necesitando algo que hacer para distraer su mente del estado crítico de su padre, recordó lo que su amiga había dicho y le pidió a Darian que la ayudara explicándole las cosas básicas sobre montar un caballo.
Ella estaba fracasando estrepitosamente.
–Solo tienes que intentarlo de nuevo. – Expresó Darian con una sonrisa.
Claramente, el príncipe se estaba divirtiendo con la situacion.
Amaia se agarró de la silla y trato de impulsarse hacia arriba, pero en ese momento el caballo se movió dificultando su tarea. Amaia trastabilló y habría caído de bruces contra el suelo si Darian no hubiese aparecido atrapándola y salvándola de su caída aparatosa.
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Un Mundo de Sueños Oscuros y Resplandecientes
FantasyAmaia Vogel siempre había tenido sueños extraños. Desde sus 11 años sus horas de descanso se habían convertido en una proyección de imágenes de un mundo mágico y encantador que terminaban con ella despertándose en horror por sus terribles pesadilla...