(Este capítulo contiene escena 18+)
El grupo caminó a través de los pasillos de la gran biblioteca. Darian, Amaia y Cleissy encabezando la fila. Unos pasos más atrás, se encontraban Savannah y Bastián discutiendo sin parar sobre un montón de temas en tan solo minutos.
Consideró que definitivamente esos dos estaban desarrollando una extraña relación de la cual ella aún no había decidido si era beneficiosa para ambos druidas. Siempre parecían estar a punto de lanzarse a la yugular del otro, y no de una manera exactamente sexy.
Amaia negó, tratando de despejar su cabeza de sus pensamientos entrometidos. A su lado, Darian caminaba con su usual fuerza y elegancia. Antes de salir el príncipe se había colocado una sencilla camisa azul pálido que de alguna manera se aferraba a sus poderosos músculos. Lo cuales, ahora que estaban sanos se movían en perfecta sincronía demostrando que el príncipe se encontraba en su mejor momento.
Cuando entró a la habitación y observó que se encontraba de pie y perfectamente bien la emoción había invadido su cuerpo y no pudo evitar lanzarse contra él en un abrazo asfixiante. Luego, sintió su piel caliente contra su mejilla y la timidez la invadió. Recordó como Darian la besó suavemente en frente de todos, sus labios cálidos y suaves contra los de ella.
También, pensó en su actuación patética minutos después. Definitivamente, si iba a gobernar una nación debía aprender a controlar sus emociones.
Un paso a la vez se dijo asi misma.
En ese momento, llegaron a un gran comedor con una mesa de roble que podía albergar a más o menos unas 30 personas. En el techo y las paredes del lugar, se vislumbraban las raíces y plantas del bosque sobre ellos que se aferraban a las superficies dándole al lugar un estilo de cuento de hadas. A lo largo de la habitación en el techo, velas flotaban en amarillo iluminando el lugar y los utensilios se movían de un lado al otro. La magia de la biblioteca preparando la cena para sus invitados.
–¡Vaya, esto es impresionante! – Comentó Darian con honesta admiración. Observando como la comida flotaba sobre bandejas de plata en perfecta sincronía organizándose en la mesa en orden.
Cleissy se giró hacía él con una sonrisa.
–Gracias, alteza. – Respondió con elegancia.
–Si, me parece casi grosero que mi padre no me hubiese hablado de este lugar. – Señaló Amaia con una ceja arqueada con fingido enojo.
Cleissy la miró con disculpa.
–Creo su alteza, que su padre estaba preparándola para las situaciones más apremiantes.
A regañadientes, Amaia asintió y con eso todos se dirigieron hacía la mesa donde ya se encontraba Evelyn bebiendo de una copa de vino, a su lado Einer parecía contar una historia que provocó que una de las gemelas (por su actitud alegre y risueña supuso que se trataba de Kaira) soltará una gran carcajada. A su lado su gemela, Kenna, se posaba en su asiento, y parecía comer de las frutas dispersas en la mesa. A su izquierda, su hermano Kiernan con su porte serio parecía estar afilando una de sus cuchillas. En frete de ellos, se encontraba Levana y los otros dos hombres, Silas y Nasir.
Al notar su llegada, todos los presentes se levantaron y les dieron sus respectivos saludos. Levana, con su cabello rubio tejido en una intricada trenza se acercó, esta vez, parecía libre de la armadura de cuero negra que había llevado antes, y en cambio se encontraba vestida con unos pantalones de chiffon morados que se movían al andar, una camisa del mismo tono cubría su pecho y sobre esta un corsé dorado con un intricado diseño completaba su atuendo.
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Un Mundo de Sueños Oscuros y Resplandecientes
FantasyAmaia Vogel siempre había tenido sueños extraños. Desde sus 11 años sus horas de descanso se habían convertido en una proyección de imágenes de un mundo mágico y encantador que terminaban con ella despertándose en horror por sus terribles pesadilla...