Al principio Amaia solo sintió una brisa fría a su alrededor que tiraba y presionaba rudamente contra ella, como si estuviese guiándola hacia un lugar específico de una manera completamente brusca e irritada. Casi como si el espacio donde se encontraba los resintiera por atreverse a cruzar.
Con toda la información alucinante que su padre le había dicho para Amaia mantener su mente en orden estaba siendo un problema. Aun así, a pesar de su miedo e incertidumbre hizo lo que su padre le indicó y pensó en uno de sus buenos sueños.
Tenía 15 años cuando soñó por primera vez con ese lugar, había despertado al lado de un rio que serpenteaba por un bosque de flores hermosas que brillaban en la oscuridad. Lo impresionante de su sueño fue que la corriente de agua reflejaba motas de brillo desde el interior, cuando ella se había acercado y agarrado un poco de agua con su mano descubrió que el agua brillaba como si en esta hubiese purpurina plateada. Amaia había pensado que parecía un rio de cielo estrellado.
Por tanto, pensó en ese lugar.
No estaba segura de la razón pero fue el primer recuerdo que vino a ella.
Sin embargo, una parte de ella percibía que la oscuridad y el viento gélido a su alrededor no cesaba, ya no sentía la mano de su padre sosteniéndola, ni escuchaba su voz.
Su padre le había hecho prometer que estarían juntos, y apenas acababan de cruzar entre esos dos árboles y ya lo había perdido.
Sintió el pánico invadiéndola, pero intentó controlarse. Hizo lo posible en respirar rítmicamente y como si fuese instintivo pensó en la nube oscura que había notado en el fondo de su mente. Con una mano imaginaria la alcanzó y le hizo salir, con ella presionó el viento frio que la rodeaba y la oscuridad que sabía no era parte de su mente, la presionó guiándola hacia el destino que había pensado, hacia su padre y Evelyn.
De repente, sintió como si hubiese sido expulsada desde algún lugar con una fuerza extraordinaria. Por un segundo, vio un cielo de un azul claro que era absolutamente fantástico y luego se sintió caer.
Por el miedo, cerró los ojos no interesada en saber cuándo sería el momento de su final.
Podía sentirse caer en picada, su estómago contrayéndose de una forma que le recordaba a cuando estaba sobre una montaña rusa. Amaia se preguntó si así era como iba a morir, golpearía el suelo en un ruido sordo y moriría en el acto. Al menos, si pensaba en las palabras de Evelyn sobre la rara bestia, en comparación esa no sonaba como una muerte tan horrible.
Aun así, ella prefería no morir.
Con sus ojos aun cerrados, Amaia sentía que ya llevaba mucho tiempo cayendo para que fuese considerado normal. Así que la curiosidad morbosa le hizo abrir los ojos. Al hacerlo, vio el agua brillante que recordaba de sus sueños y un segundo después cayó en el rio con un fuerte golpe.
En el momento que su cuerpo tocó el agua, una sensación de calidez la invadió. Amaia le pareció sorprendente notar que la temperatura del agua era cálida. Luego, su sorpresa fue sustituida por terror cuando sintió como fue arrastrada al fondo del rio por la corriente. Trato de calmarse y recordar todas sus clases de natación, sabía que si se desesperaba solo se ahogaría.
Así que intento bucear con la corriente a su favor y llegar a la superficie pero a pesar de sus mejores intentos era increíblemente difícil. La corriente la jalaba y apretaba como si quisiera impedirle salir, como si su objetivo fuera ahogarla hasta la muerte.
Empezó a desesperarse, se estaba quedando sin aire. En ese momento, en lo profundo del brillante rio, mientras observaba con su visión borrosa el agua azul oscura que parecía como si le hubiesen vaciado grandes cantidades de purpurina, supo que eso era todo.
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Un Mundo de Sueños Oscuros y Resplandecientes
FantasiAmaia Vogel siempre había tenido sueños extraños. Desde sus 11 años sus horas de descanso se habían convertido en una proyección de imágenes de un mundo mágico y encantador que terminaban con ella despertándose en horror por sus terribles pesadilla...