VIII

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La mano de Amelie buscó la de JJ a medida que la casa azul se dejaba ver. El rubio la miró, vio los ojos cristalinos de la chica, sintió su mano apretando la suya con fuerza, con miedo, con incertidumbre.

Una sonrisa abandonó los labios de la castaña, girando su rostro al costado cuando JJ subió sus manos entrelazadas, besando la de la chica.

—Vale, es solo una casa— murmuró Amelie parando delante de su hogar, JJ relamió sus labios.

—¿Por qué está todo tan ordenado?— preguntó extrañado el rubio, sus ojos pasando por el jardín que parecía haber seguido siendo cuidado por Amelie, al igual que el sofá en el porche. Le extrañó que no lo hubieran robado, claro que también pensó que antes de que Amelie lo recogiera estaba en la basura.

—¿Qué mierda?

Amelie soltó la mano de JJ, que no tardó en seguirla, sus ojos en el porche cuando la castaña entró, tensándose al ver bolsas en la entrada.

—JJ...— murmuró Amelie, el chico asintió, agachándose delante de las bolsas, las cuales estaban sobre el suelo limpio, ni una mota de polvo

Una falsa expectativa llenó el pecho del joven al pensar que quizás la entrada de su casa estaría igual.

—Es comida.

—¿Qué?

La castaña se puso de cuclillas, abriendo las bolsas, frunciendo sus cejas al ver comida, bebida, champú de pelo y bastantes cosas más.

—No entiendo nada— susurró Amelie alzando un paquete de carne, JJ sintió su estomago rugir—. ¿Por qué nos dejan esto?

"Nos", al chico aquello le pareció una mentira, pues aquella no era su casa. No a los ojos de todos.

—No sé— se encogió de hombros antes de agarrar las asas de todas las bolsas en sus dos manos, tiró sus hombros hacia atrás y señaló la puerta azul con su cabeza—. Mientras antes entremos, antes lo sabremos.

—¿Por qué?— preguntó Amelie a la vez que movía un poco el sofá, una teja con tres nombres. La castaña sonrió levemente antes de ir a otra teja, alzándola, sacando un juego de llaves.

—Quizás alguien vive aqui.

—¿Qué?— preguntó con temor la castaña, JJ la miró y negó.

—Abre— pidió el rubio, Amelie negó—. Ames, si hay alguien le mataré.

—Pero...

—Con mis manos.

—Vale— murmuró Amelie, colocándose delante de la puerta, JJ vio su mano temblar y la castaña sonrió al sentir un beso en su nuca.

—No pasa nada, ángel.

Amelie dio una respiración profunda antes de meter la llave en la cerradura, empujando la puerta con lentitud. Su cabeza se asomó con temor.

Todo estaba igual.

JJ pasó por su lado, entrando antes que ella, dejando las bolsas en el suelo antes de caminar a la cocina y a la despensa con Amelie en la puerta, pasando sus ojos por la sala.

—Espera un momento.

—Voy contigo— se ofreció la chica, JJ la miró dudoso, pero asintió, yendo al pasillo. El baño estaba vacío.

—Vale...— murmuró JJ yendo a la habitación de Amelie, a la de ambos.

—Dejé asi las sabanas— admitió Amelie, apoyando su mano en la espalda de JJ, asomando su cabeza por la puerta, dejando ver la cama desordenada—. El ultimo dia que estuve fue antes de la hoguera...

ᴀɴɢᴇʟ // ᴊᴊ ᴍᴀʏʙᴀɴᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora