XVI

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「❛ Ki ❜」

"Mis padres hacen una fiesta de

aniversario, espero que vengas.

Pd; Mark estará tocando la guitarra ;)"

A Amelie le gustaría que aquel mensaje le gustó, que le hizo ilusión, pero mentiría. Sus ojos rodaron y bloqueó su teléfono, dejando a la de rizos en leído. El rostro de JJ alumbró el fondo de bloqueo, haciendo que la castaña pasara el pulgar por la pantalla con pena.

No pensó mucho antes de desbloquearlo de nuevo, entrando al chat del rubio.

"¿Estás en casa de John?"

Negó con su cabeza cuando el mensaje ni llegó a JJ. Sus ojos dejaron de mirar los mensajes anteriores cuando un mensaje de Sarah le llegó.

「❛Sarah❜」

"¿Vas a venir a lo de los padres de Ki?"

Amelie mordisqueó su labio, sin saber muy bien que hacer. No quería ir, no quería encontrarse con nadie que conocía, que le preguntaran sobre cómo había sudo su experiencia en la isla, algún rumor o alguna realidad de la que ella misma se había aislado.

Unos toques en la puerta principal hicieron que la castaña se tensara, sus pies encogiéndose encima de la mesa baja del salón. El suelo crujió con delicadeza cuando se levantó con cautela, caminando hasta la puerta de puntillas, su ojo yendo a la mirilla. El estomago le dio un vuelco al a una mujer que no conocía con lo que parecían una libretas en la mano.

—¿Amelie?— preguntó la mujer, Amelie tapó su boca—. Servicios sociales— sintió su respiración cortarse y su estomago dar un vuelco ante aquello—. No sé si estás ahí, Amelie, pero me gustaría hablar contigo— siguió ella—. No tienes nada por lo que preocuparte.

La joven mordió su lengua ante aquella frase, solo había que ver como John había vivido para saber que lo de ella seria peor.

—Amelie, volveré, no vas a poder evitarme siempre— apretó los papeles en su mano y Amelie tragó saliva—. La próxima vez quizás venga con la policía, y no me gustaría hacer eso.

Una amenaza con tono dulce que hizo que la mano de Amelie fuera al pomo, pero se quedó ahí mirando a la mujer castaña de coleta baja.

—Sabemos que llevas años bajo la custodia de tu abuela— continuó la mayor—, Rose, tu abuela, ¿verdad?— Amelie no dijo nada ni se movió—. También sabemos que tu abuela no está en la plenitud de sus facultades, y que hace meses que no vive contigo.

Amelie se preguntó si habrían ido a ver a Rose, o si alguien habría dado un soplo a los servicios sociales sobre aquello, pues pocas personas lo sabían. Repasó en su cabeza quienes lo sabían.

—Tienes un par de opciones, cielo— Amelie pestañeó, volviendo a la realidad—. Un centro de menores hasta ser mayor de edad— ladeó su cabeza—, o ir con tus padres.

Su mano apretó el pomo, pensando en hablarle sobre emanciparse, cómo había hecho durante muchos años. Pero una voz fuera se lo impidió.

—Ha salido hace un rato.

La voz de la señora Vany, impidió abrir. Su vecina, una señora de unos sesenta y muchos años que tenia un perro que Amelie a veces cuidaba cuándo esta iba a ver a sus nietos.

—¿Seguro?

—Si, si— asintió la mujer, su mano apretó la correa del animal, que ladró en dirección de la casa—. Suele estar fuera de casa bastante.

ᴀɴɢᴇʟ // ᴊᴊ ᴍᴀʏʙᴀɴᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora