XVIII

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Si había algo que le parecía curioso a JJ era la manera en la que Amelie siempre que salía de la ducha, dejaba pequeñas gotas por el suelo. Era curioso cuando tenias en cuenta lo responsable y cuidadosa que la chica era.

También le parecía gracioso que al ver las gotas se sorprendiera, como si no fuese algo que siempre hacia. Pese que siempre lo hacia. Y pese que siempre lo limpiaba. 

JJ miró las gotas que salían del cuarto de baño e iban hasta el cuarto de Amelie, de donde se escuchaba una canción a piano acompañada por el tarareo de un hombre.

El chico no tardó en reconocer la canción: "Je te laisserai des mots". Una canción que a JJ le pareció bastante aburrida al principio cuando Amelie se la puso. Era una canción con nueve frases que no entendía, pues estaban en francés, y no ocupaban ni la mitad de la canción. Para rematar su aburrimiento era todo instrumental y tarareo.

A Amelie le encantaban las canciones lentas.

Le pareció una canción aburrida hasta que la castaña la tradujo una noche, susurrando cerca de su oido, las manos acariciándole y la canción en francés por encima de su voz. Pero JJ solo pudo mirar los labios de Amelie moviéndose, alguna que otra sonrisa saliendo y sus dedos imitando el piano encima del la piel de su pecho desnudo, tecleando con delicadeza.

Su mano empujó la puerta con lentitud, y la música se hizo más fuerte en sus oídos. Sus ojos fueron a la cama y tragó saliva.

Amelie estaba con su espalda apoyada en la pared, sus pies apoyados en el colchón y un libro apoyado en sus muslos. Su pelo estaba ligeramente mojado y posado en sus hombros. No alzó los ojos cuando JJ entró.

De las cosas que menos gustaba a JJ sobre Amelie era cuando esta te ignoraba o era increíblemente cortante. Podía ser por dos razones; estaba muy triste o muy enfadada. JJ no supo cuál de las dos era en ese momento, pero tuvo la sensación que el enfado superaba la tristeza, aunque podría estar equivocado.

—Hola— saludó el chico, Amelie no alzó su mirada hasta que la canción acabó y "Apocalypse" de Cigarettes after sex comenzó a sonar. JJ pensó que era otra canción con un ritmo bastante lento.

—¿No has podido volar?

—No— murmuró JJ, Amelie bajó sus ojos al libro y la habitación se quedó llena con la canción que salía del móvil de la castaña.

El rubio rascó su nuca con nervios y su cabeza fue a la pared. Sus ojos pasaron por las fotos que Amelie había colgado con el paso de los años. Miró la foto donde salían todos los Pogues con tablas de surf antes de todo. Miró una foto donde salían Amelie y Pope jugando al ajedrez, el dedo corazón de JJ delante.

No pudo evitar sentir ternura al ver una foto de ambos cuando tenían unos once años, estaban delante de la casa de las Dupont, e imitaban la pose de Alexandre y Rose en la primera foto que se hicieron en la casa.

El brazo de JJ rodeaba la cintura de Amelie, que sonreía mirándole a él mientras este señalaba a la cámara. 

A ambos le dio vergüenza cuando Rose les pidió recrear aquella fotografía. Para ambos fueron las primeras mariposas que sintieron en su vida.

JJ volvió a mirarla, pudo llegar a ver cómo la chica dejaba de mirarle. El chico caminó hasta el colchón, sentándose en el filo de este, con los pies de Amelie rozando su muslo, pero esta siguió sin mirarle.

El rubio se fijó en qué Amelie llevaba sus calzoncillos y una de sus camisetas, una roja desgastada. Una sonrisa salió de sus labios sin poder evitarlo. La camiseta, si no estuviera con sus piernas recogidas, le llegaría a la mitad de los muslos. Ahora se posaba hasta el principio de la ropa interior.

ᴀɴɢᴇʟ // ᴊᴊ ᴍᴀʏʙᴀɴᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora