XIII

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Que Amelie había nacido con una ventaja era algo que todos en la isla sabían, incluso antes de que esta naciera. El dinero de su padre, un apellido poderoso y la belleza de su madre.

Podía haber tenido todo a su alcance, todo lo que cualquier persona deseaba.

Topper Thornton siempre había sabido de la existencia de Amelie Wilkinson, si hacía suficiente memoria podía recordar a su abuelo y padres hablar de los padres de esta y como en un futuro sería de las personas más ricas de toda Carolina y del buen futuro que la niña de pelo castaño y corto parecía crear. Algunas bromas se hacían sobre como si Topper era lo suficientemente inteligente, comenzaría a cortejarla.

Claro, qué aquello cambió cuando un día la pequeña heredera del imperio Wilkinson se fue de Figure Eight y abandonó el apellido Wilkinson. Las buenas palabras cambiaron a unas repletas de odio y de empatía a los padres de Amelie, el abuelo de Topper ofreciéndoles ayuda para denunciar a Rose.

Topper vio desde lejos como la persona con más futuro de la isla se convertía en las más odiada, comenzando a juntarse con los Pogues y trabajando en un restaurante de mala muerte. 

El Kook nunca admitiría a nadie que en realidad Amelie Dupont no le parecía tan mala persona como mucho la pintaban, sobretodo por que entre mucha gente de la Corte era una chica siempre rodeada de cumplidos. Había hablado con Sarah de aquello, la mayoría de veces cuando veía a los Pogues con Amelie, haciendo bastante caos que la castaña calmaba sin decir ni una sola palabra. 

Topper aseguraba que la hija de los Wilkinson había tomado el camino equivocado, pues solo hacia falta verla para saber qué había nacido Kook. Con su manera de hablar, de mirar y su postura recta. Pero era algo de lo que, según Topper, trataba de escapar, aunque no sabia muy bien porque.

Mentiría si dijera que, pese que odiara que Sarah se juntara con los Pogues, no le tranquilizaba que Amelie estuviera entre ellos, pues de alguna manera le hacia sentir mas seguro. Aunque Kiara estuviera también, Amelie le daba una especie de tranquilidad que no podía explicar muy bien.

En su cabeza aseguró que era un efecto común en ella, sobretodo al verla con los Pogues y gente de Bob's.

Topper había ido alguna vez que otra a Bob's, pese que no fuera un lugar para Kook's, las comidas eran buenas y baratas. Amelie le había atendido, ni una mirada de odio, de asco o algún comentario desagradable o con burla, era profesional, y aquello no podía negarlo, pese que la castaña hubiera sido algo desagradable en algunas ocasiones, en todas cuando Topper se metía con sus amigos.

Amelie se movía por el bar entre sonrisas, asintiendo mientras escuchaba a los ancianos hablar sobre cualquier cosa, sirviendo un café en la barra incluso antes de que llegara la persona que iba a beberlo. Topper se preguntó cuántas horas y días habría tenido que trabajar para saber la hora exacta en la cuales sus clientes llegarían y tendrían su pedido en la barra, esperando por ellos.

No se avergonzó con Sarah cuando le dijo que Amelie era demasiado inteligente y responsable para ser una Pogue, por qué era la realidad. Recordó cómo la rubia rodó sus ojos, soltando una broma sobre la reputación de esta, al igual que Rafe, para después enterrar el nombre la chica repudiada de Figurate Eight.

Siempre le había sorprendido la capacidad de Amelie para ignorar los malos comentarios y actos hacia ella, yendo con una expresión bastante amable y dulce siempre.

Los ojos de Topper fueron al retrovisor, la cabeza de Amelie estaba apoyada en el cristal, sentada en el regazo de JJ, quien tenia sus brazos en la cintura de la castaña y sus manos acariciaban sus muslos entre el silencio que había en la camioneta. Los ojos de Amelie estaban hinchados y rojos, al igual que sus labios y mejillas.

ᴀɴɢᴇʟ // ᴊᴊ ᴍᴀʏʙᴀɴᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora