cigarette 𖦹 isaac lahey ✓

𝗻𝗶𝗻𝗲𝘁𝗲𝗲𝗻. 𝓰oodbye

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✩ˑ ━━ ❛ 𝓒𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝓝𝐈𝐍𝐄𝐓𝐄𝐄𝐍 ❜ ┊ೃ
¡  𝓰oodbye !

Me removí nerviosamente en mi asiento en lo que jugaba con mis manos, esperando mi turno.

Stiles había entrado hace 20 minutos exactos y no podía sentirme más aburrida. Esperaba que la puerta del consejero se abriera en cualquier momento para poder entrar y acabar con esto de una buena vez.

Realmente no era muy fan de hablar sobre mi y mis problemas. Solía hacerlo antes, cuando pensaba que podría ayudarme a cambiar de pensamiento sobre los cigarros. Morrel trató de ayudarme pero no pudo lograr nada, por eso mismo deje de ir a consejería.

Y aunque mamá trato de hacerme volver, no pudo convencerme.

La puerta finalmente se abrió y de allí salió Stiles. Me hizo una seña para que entrara y luego se fue.

Me levante de mi lugar, y camine lento hacia el interior de la habitación.

-Evelyn, es un gusto verte otra vez. -sonrió y me indicó que me sentara.

Yo hice lo que me pidió. -Marin, no creo que pueda decir lo mismo. -forcé una sonrisa y ella ni siquiera pestañeó.

-Hablaremos de algo serio, Evelyn. Así que soy Morrel en este momento. Mejor aún, señorita Morrel. -entrecerró los ojos hacia mi.

-Está bien. Lo siento, señorita Morrel. -dije en un tono de disgusto y fastidio.

-Me imagino que supiste que encontraron a Matt muerto esta mañana en el río. Aparentemente se ahogó. -cruzó los brazos en la mesa sin dejar de mirarme.

-Sí. Que... pena por él. -asentí desinteresada mirando cualquier otro lugar que no fuera ella. Su intensa mirada era muy intensa.

-Sí. Bueno, he notado que no has dejado de fumar.

-Bueno, yo... ¿como sabes eso?

-Hueles a humo. -me señaló y yo me encogí de hombros.

-Ah. -fue lo único que pude decir.

-¿Que hay de tus heridas?

-Estoy bien. -suspire.

-Claro.

-En serio. -insistí.

-¿Que hay de Isaac? -al oír el nombre del chico me tense.

-¿Que con él?

-Bueno, los vi muy juntos a ustedes dos, lo que me llevo a la conclusión de que ustedes eran algo.

-No, no. -negué enseguida-. Solo somos... -suspire rendida. Él y yo jamás le pusimos nombre a... eso. Y creo no podrá ser más que imposible pues él... ya no está.

-¿No sabes nada de él?

El imbécil se acobardó al igual que Érica y Boyd al enterarse de los Argent. Huyeron al anochecer. Isaac trató de convencerme de ir con ellos pero me negué.

Pensé por un momento que él podría quedarse, conmigo. Que equivocada estaba.

Pude ver el miedo en sus ojos antes de irse. También sentí un vacío en cuanto se alejó y se desapareció con los otros dos.

-Oye, ¿por que no estás tomando notas? -quise cambiar de tema pues no me sentía cómoda hablando de él.

-Las escribo al final de la sesión.