cigarette 𖦹 isaac lahey ✓

𝗻𝗶𝗻𝗲. 𝓯inding 𝓼tiles

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✩ˑ ━━ ❛ 𝓒𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝓝𝐈𝐍𝐄 ❜ ┊ೃ
¡ 𝓯inding 𝓼tiles  !

Mi boca se abrió con sorpresa al igual que mis ojos. ¿Qué coño había pasado aquí? Todo era un total desastre y no sabía por dónde comenzar.

—¿Tienen hambre? —preguntó Scott con una mueca cansada. Estaba sentado en la cocina con una fruta en la mano—. Hay... fruta.

Ninguno de los tres hicimos pregunta alguna y nos sentamos a comer fruta con el Alfa. Me decidí por un mandarina. Isaac por un pera y Evan por una manzana, como Scott.

—¿Día agitado?

—No te lo imaginas. —murmuró surcando una sonrisa de sus labios.

—Puedo verlo. —respondió Evan mirando el lugar con diversión.

Terminamos de charlar y nos fuimos arriba para descansar. Me cambié de ropa por un camisa ancha y larga y me tiré a la cama sin esperar a Isaac. Aunque no duró mucho para tirarse a mi lado y tratar de dormir también.

No duramos mucho en caer rendidos en un profundo sueño. Después del día de hoy, estábamos exhaustos y no pensábamos despertar hasta la mañana siguiente a las dos de la tarde. Era lo mejor.

Claramente eso no era nuestro destino. Ya que Scott comenzó a llamarnos desesperadamente desde el otro lado de la habitación.

—Ve tu. —murmure adormilada en lo que le daba la espalda.

—Nos llama a los dos. —recordó igual de soñoliento—. Y se oye urgente.

Gruñí fastidiada y me levanté de la cama mientras tallaba mis ojos con mis manos para ver mejor.

—¡Evelyn! —corrí fuera de la habitación con Isaac detrás y abrí la puerta de la habitación de Scott.

—¿Qué? ¿Qué pasa?

—Es Stiles. Vístanse. —pidió angustiado.

—¿Qué le pasa a Stiles? —pregunté algo preocupada.

—No lo sé. —fue su única respuesta. Pero se veía muy asustado y agitado.

Isaac y yo nos fuimos a vestir y corrimos escaleras a bajo para ir por el auto. En medio camino Stiles llamó a Scott y este contestó.

—¿Stiles?

—¿Lo llamaste? ¿Llamaste a mi papá?

—No. Somos Isaac, Evelyn y yo. Vamos a ir a buscarte. ¿Puedes describir dónde estás? Intenta encontrar algo. —sugiere Scott.

—En un sótano. —contestó agitado—. No lo sé. Es una especie... una especie de sótano.

—¿En una casa?

—¡No! Es más grande. Espera, creo que hay una caldera, pero hace frío, está helado aquí abajo. —habló entre quejidos—. Debo apagar el teléfono, Scott. Se me acaba la batería.

—Espera, espera, ¿qué más hay? ¿Qué es lo que ves a tu alrededor?

—Se acaba la batería, no puedo hablar, debo colgar. Por favor, por favor.

—Stiles, ¿por qué estás susurrando? —Scott notó aquel detalle y preguntó.

—Porque creo que hay alguien aquí conmigo. —susurró atemorizado.