La ida de Stiles junto a los oficiales dejo algo confundidos a todos. Mire a Scott en busca de una explicación pero él negó encogiéndose de hombros.
Al parecer tampoco sabía lo que sucedía.
Quise no darle mucha importancia. La campana sonó, notificando que la clase y había acabado. Camine hacia mi casillero, para guardar mis cosas y tomar otras para ir a otra clase.
En eso mi teléfono comienza a vibrar y lo tomó en mano para revisar de quien era el mensaje que había recibido.
Lahey 💞: " ¿Ya terminaste? "
Sonreí brevemente al leer el mensaje y me deshice de las cosas que tenía en mano para responder más cómodamente.
Evelyn: " Casi, faltan un par de clases más. ¿Por qué? ¿Me extrañas? "
Lahey 💞: " Como no te imaginas. "
Sonreí en grande al leer lo último. Realmente la relación que manteníamos era muy seria y real. Aunque aún no éramos pareja como tal, ambos simulábamos que sí. No era necesario que se hiciera la pregunta. Ambos sabíamos que nos queríamos y eso era suficiente.
Mi celular casi cae cuando la presencia de Scott y Stiles a mi lado me tomaron por sorpresa.
-¿Que demonios? -los golpee a ambos en los hombros. Estos ni siquiera se inmutaron a aquello.
-¿Donde esta Isaac? -preguntó Stiles directo al punto.
-En casa, no se sentía muy bien. -cerré mi casillero y los miré-. ¿Por qué? ¿Qué sucede?
-Ya sabemos cómo ayudar a Isaac a que recuerde. -Scott respondió-. Encuéntrennos en la veterinaria. Lleva a Derek también. -asentí y con eso ambos se dieron la vuelta y se fueron.
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-Aún no creo que esto... sea buena idea. -apretó mi mano concordando conmigo y lo mire. Él estaba observando cómo Scott, Stiles y Derek tiraban los hielos a la bañera, para poner el agua fría. Se vio nervioso ante eso.
-Desde luego no será algo especialmente... cómodo. Pero si podemos disminuir tu ritmo cardiaco lo suficiente, entrarás en trance. -explicó Deaton a nuestro lado.
-¿Como... estar hipnotizado? -caminó hacia la bañera.
-Exacto. -concordó el mayor-. Empezaremos a transformarte, y tendremos acceso tu subconsciente.
Isaac sin soltar mi mano, se arrodilló frente a la bañera y miró los múltiples hielos que flotaban en el agua. La idea no le era muy fascinante. Lo podía ver en su mueca. A mi tampoco me gustaba, pero Derek insistió y ambos no pudimos oponernos pues queríamos saber dónde estaban Érica y Boyd.
