cigarette 𖦹 isaac lahey ✓

𝘁𝗵𝗿𝗲𝗲. 𝓽ake 𝓬are 𝓸f 𝔂ou

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✩ˑ ━━ ❛ 𝓒𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝓣𝐇𝐑𝐄𝐄 ❜ ┊ೃ
¡  𝓽ake 𝓬are 𝓸f 𝔂ou !

Solté un quejido cuando sentí un peso sobre mi. Estando de espaldas sobre la cama, miré sobre mi hombro, conectando mi mirada con la de Isaac. Su hermoso iris color azul electrizante me hipnotizó por un rato. Él se dio cuenta y sonrió burlón.

Con su nariz movió mi blusa dejando mi hombro descubierto y beso mi piel desnuda. Seguí revisando en mi teléfono lo que buscaba, dejando a Isaac hacer lo que quisiera.

—Scott no está. —informó despegando brevemente su boca de mi piel.

—Lo sé. Dijo que vendría más tarde. —asentí sin despegar la mirada de el teléfono.

—Melissa tiene turno en el hospital. —volvió a notificar. Note cierta diversión y gusto en su tono de voz—. Tu hermano salió también.

No respondí a eso. A él pareció molestarle mi silencio, pero no se alejó.

—Amor. Amor. Evelyn. —llamó ahora sí más serio. Suspiré, dejando a un lado mi celular y me acomodé para verlo nuevamente.

—Lo siento. ¿Decías? —Isaac bufó y se levantó de sobre mi. Sentándose a un lado.

—¿Que es lo que te tiene así?

—¿Así como? —me hice la desentendida, aunque ya sabía que él sabía—. Peter y Derek no responden mis mensajes. —respondí frustrada.

—Creo que eso es normal en ellos. Incluso a veces tú me dejas en leído. O ni siquiera me lees. —comentó mirándome ofendido por aquello. Se cruzó de brazos, queriendo lucir molesto, pero aquella acción me sacó una sonrisa por lo tierno que se veía.

Lo único que pude hacer fue discúlpame en un murmuró. Tomé mi teléfono cuando esté recibió una notificación, agradecí que quien me escribía fuera la persona que necesitaba que fuera.

Isaac se inclinó hacia mí para ver con quien me mensajeaba. Su ceño ligeramente fruncido me dio risa.

—¿Braeden? —alzó una ceja—. ¿Por que te escribes con Braeden? Evelyn. —me quito el teléfono de la manos al no conseguir mi atención nuevamente.

Solté un quejido.

—Alguien me dijo que posiblemente Derek y Peter estaban en problemas. Mandé a Braeden a que los buscará.

—¿Mandast-? ¿Que? —confundido se levantó de la cama, aún con mi teléfono en su mano—. ¿Quien te dijo eso?

—No importa. Devuélvemelo. Isaac. —lo miré seriamente. Isaac no se inmutó y empezó a leer la conversación que mantenía con Braeden, conmigo detrás intentando arrebatarle el móvil.

—¡¿Deucalion?! —exclamó con los ojos abiertos—. Debes estar bromeando. ¿Cuando hablaste con él?

—No te concierne. Dámelo.

Isaac me empujó devuelta, estrellando mi cuerpo contra la pared. Su mano mantenía mis dos manos sobre mi cabeza mientras que con su mano libre seguía sosteniendo mi teléfono para terminar de leer la conversación.

—¿Puedes por un jodido segundo dejar de involucrarte en cosas que no tienen nada que ver contigo y ponerte en riesgo?

—Sabía que no ibas a dejarme ir, por eso mandé a Braeden. ¡No estoy expuesta a nada! ¿Cuál es tu problema? —le escupí hastiada.