cigarette 𖦹 isaac lahey ✓

𝘁𝘄𝗲𝗻𝘁𝘆-𝘁𝘄𝗼. 𝓷emeton

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✩ˑ ━━ ❛ 𝓒𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝓣𝐖𝐄𝐍𝐓𝐘-𝓣𝐖𝐎 ❜ ┊ೃ
¡  𝓷emeton !

Mire con sorpresa a ambos, pero la furia me invadió. Derek caminó con cuidado hacia nosotros, hasta quedar frente a mi.

—¡Eres un..! ¡Ugh! —lo mire enojada y caminé lejos de él. Devuelta a un lado de Lydia. Cora ya estaba a su lado.

Derek analizó el loft, el cual estaba hecho un desastre. Luego miró a Jennifer a unos metros de él. —¿Hiciste esto por mi?

—Por nosotros. Por todos los que han sido sus víctimas. —dijo con una voz lamentosa.

—Deja de hablar como política. ¡Deja de intentar convencerme de apoyar tu causa! —le gritó ya harto.

—Bien. —le respondió de vuelta—. Te convenceré de la de alguien más. Scott. —fruncí el ceño, al momento, Jennifer se explicó—. Puedes salvar a su madre, y al padre de Stiles.

—¿Como?

—Necesito un guardián. —contestó dando un par de pasos para acercarse a Derek—. Ese es un papel que puede ser cumplido por los tres padres que tuve que llevarme. O por ti.

—No puedo ayudarte. —la voz le tembló—. Ya ni siquiera soy un Alfa. —dijo desanimado.

—Solo necesito que me ayudes a llevar a Deucalion al lugar correcto en el momento que te lo pida.

—Acabas de matar a tres tu sola, ¿para que mierda ocupas a Derek? —le pregunta fastidiada—. Si eres tan poderosa como lo pareces, puedes hacer lo que quiera tu sola. Deja a Derek en paz.

—No lo han visto cuando es más fuerte. —negó con la cabeza—. Yo sí lo he visto. Si tiene a Scott con él, no tengo oportunidad. A menos que te tenga. —insistió mirándolo.

—Derek, no confíes en ella. —le pidió Cora en voz alta.

—Tenemos el eclipse a nuestro favor, pero la luna solo estará bajo la sombra de la tierra por 15 minutos. Esa es nuestra oportunidad. No tienes que luchar por decidir. Ayúdame a matarlo y los demás vivirán. Solo ayúdame.

Cora, Lydia, Jennifer y yo miramos a Derek, esperando su respuesta. Esperaba que dijera que no, aunque los tres padres secuestrados correrían el riesgo por mi egoísmo, Jennifer no era fiar. Temía que ella fuera tan hija de perra que los matara a los cuatro.

—Está bien.

—¡No! ¿Que? ¡Derek! —le grite.

—No le pasará nada. Ya vámonos. —Jennifer le extendió su mano a Derek para que la tomara. Él vaciló por vario rato hasta que accedió. Y tomados de las manos salieron del loft.

Cora suspiró y se sentó en el piso para analizar la situación.

—A veces creo que Derek le gusta ponerse al borde de la muerte. —le dije y ella asintió.

Mi teléfono comenzó a sonar y lo tome para contestar. Era Isaac.

—¿Donde estás? —fue lo primero que preguntó.