Estacione mi Jeep y todos nos bajamos. En el camino a la entrada a la escuela, Isaac y yo recibimos un par de miradas. Gire los ojos. Odio cuando recibía ese tipo de miradas curiosas.
-Relájate, parece que matarás a alguien. -el rubio colocó su brazo de nuevo en mi hombro y caminamos juntos.
-Odio a todo mundo. -gruñí y este me miró indignado.
-¿A mi también?
-Extrañamente a ti no. -sonreí cuando este dio un suspiro de alivio.
Caminamos hasta mi casillero y saqué un par de libros para mi primera clase. Inglés.
Cuando entramos, nos encontramos con la mirada de Scott, pero la ignoramos. En eso llegó Stiles de prisa, con la respiración agitada, y le habló a Scott a su lado.
-Acabo de hablar con mi papá que hablo con Jackson y tengo horribles, muy, muy, muy malas noticias.
-Creo que ya sé que es. -susurró Scott dándose vuelta para verlo. Ambos voltearon a vernos a mi y al rubio.
Con una sonrisa salude al pecoso y este me devolvió el saludo algo incómodo. Me di vuelta en mi lugar para ahora prestar atención en clase.
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-Oye, Eve. -Érica me llamó enseguida salí de Inglés junto al rubio. Me acerqué a ella.
-¿Que sucede? -alce una ceja hacia ella.
-Derek quiere que lo hagamos durante química. -me comunico jugando con un mechón de mi cabello oscuro.
-¿En química? -fruncí el ceño.
-Sí, y si es Lydia, mataremos a ese monstruo. -finalizó el rubio con una sonrisa siniestra.
Puse una mueca girando los ojos. Realmente no creía que Lydia fuera el Kanima. O esa cosa rara que ha estado matando personas. ¿Razón? No lo sé, solo sé que no es ella.
-Hay que hacer la prueba primero. -dijo la rubia.
-Una Kanima. -en eso sonó la campana indicando que en cuestión de minutos empezaría nuestra siguiente clase.
Suspire y me encamine a física, que por cierto fue realmente aburrido. Y el hecho de que se me hiciera aburrido hizo que el tiempo pasara más largo de lo normal.
Sentí como mi teléfono comenzaba a vibrar en mi bolsillo de mi pantalón cargo. Lo saque y leí el mensaje que había llegado de mi madre.