—¿Creen que puedan encontrar a Malia? —preguntó la única humana entre nosotros en lo que sacaba el sedante de las botellas para ponerlas en inyecciones—. Sino estaremos en el bosque por mucho tiempo.
—Tengo su aroma bien ubicado. —respondió Evan—. De hecho, es muy fuerte.
Reí brevemente. —Es orina. —Allison río conmigo.
Los cuatro quedamos en un largo silencio en lo que seguíamos con nuestro trabajo. Dejé las cuatro botellas en su lugar al igual que las inyecciones. Me distraje viendo como Allison seguía sacándoles el líquido a las botellitas. Hasta que note que ella temblaba.
—¿Que tienes? —fruncí el ceño hacia ella. Isaac y en especial Evan le pusieron toda su atención en cuanto hice la pregunta y a Allison se le cayó una botellita.
Ella no respondió. Nos miró de soslayo y luego apartó la vista al agacharse para recoger la botella. Al levantarse, se quedó tiesa en su lugar, y su mirada estaba vacía.
—¿Ally? —la llame confundida. Ella no reaccionó.
De momento, Allison se movió hacia las armas y tomó una. La recargo y nos apuntó a todos.
Isaac me tomó de la mano y me dio vuelta, pegando su pecho a mi espalda como protección. Evan no supo que hacer y se alejó de ella.
—¿Allison? —él intentó llamarla, para conseguir que volviera a la normalidad.
Allison pestañeó un par de veces y nos miró confundida a todos nuevamente. Dejo el arma caer a la mesa aún con aquella expresión.
—No sé lo qué pasó. Lo lamento mucho, chicos. En serio, no sé qué pasó o que está pasándome. Eve, esto no lo hice a propósito, no sé... —ella me miró preocupada al ver mi expresión de espanto.
Balbuceaba cada que decía una palabra. Todo su cuerpo temblaba, tal vez del nervio. Ansiedad. Miedo. Solo esa expresión adornaba su rostro. Ella estaba espantada. No sabía que ocurría. Esa era su pesadilla.
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—Esto no puede seguir ocurriendo.
—Isaac...
—No, Evelyn. ¿Que pasará cuando tenga uno de esos ataques y te dispara? —habló rápidamente mordiendo sus manos mientras hablaba.
