CONSTELACIONES [Kayn x Rhaast]

límites

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Era suyo . Kayn tenia que ser suyo.

Él jamás tuvo sentido la necesidad de probar a ningún humano. Pero con Kayn era distinto . Es que no era sólo en el ámbito físico, como la mayoria supondría, lo era en cualquier aspecto.

Quería probar cuánto podría romper su mente, cuánto podría soportar. Queria saber si su cuerpo seria capaz de aguantar toda la corrupcion y los bordes afilados de su cuerpo.

¿Qué mas daba si disfrutaba desvergonzadamente un poco más del cuello de su mascota?

Sí, sonrió ante ese pensamiento. Kayn era su mascota.

¿Pero eso realmente basta para ti Rhaast?

Kayn fue estampado contra la pared imaginaria de su muro, encerrado entre Rhaast y ella. Salió un pequeño gemido de dolor de sus labios ante ello, y sus ojos aún parecian desorbitados ante las acciones de Rhaast.

Presionó aún más fuerte la muñeca que sostenía, sintiendo como lo huesos crujian un poco ante ello. Kayn repitió su acción anterior y ladeó un poco la cabeza, dejandole más espacio de explorar a Rhaast, dedicando sus orbes azules a observarle. Era una mirada despectiva, incluso con ira podría decir, sólo y tan sólo si Rhaast no estuviera leyendo directamente cada sensación descrita por Kayn al tenerlo tan cerca.

¿Importaba lo que él pensaba? Hasta cierto punto, sí. Para él, sí.

Kayn tenía traumas . Pero para sorpresa de Rhaast no estaba grabando ninguno. ¿Por qué? Buscó desesperadamente en la mente del menor una respuesta, pero sólo encontré desconcierto y éxtasis.

Rhaast soltó el cuello de Kayn al tener suficiente, y dentro de si comenzó a surgir una necesidad de consumir más de él. Tal vez sus labios, o su rostro, ¿qué tal de su abdomen? Pasó sus garras suavemente por cada una de esas partes mientras lo esperaba.

¿Por qué sintió este impulso? Lentamente de su mente se alejaron parte de sus preocupaciones, e incluso parte de sus motivaciones. No sabía si se movía por simple instinto o por curiosidad .

-Eres mío. – Le miró fijamente, Kayn trató de acomodarse pero la mano de Rhaast lo mantuvo fijo en dicha postura. – Obedece .

- A que te refieres. – Pronunció Kayn recobrando el tono normal de su voz y moviendo parte de su cabeza sin entender muy bien a lo que Rhaast se refería.

- Tú, eres mío. – Señalo con su mano libre Rhaast a Kayn, y luego a si mismo. – Me perteneces. una milla

Rhaast trató de hacerle ver a lo que se refería. Colocando una de sus manos en la pared, tirando un poco de la muñeca sostenida de Kayn para acercarle aún más mientras él se inclinaba para estar a la altura del menor. Los rostros casi chocaban.

En ese momento, Rhaast dejó entrar a Kayn a su mente. Allí le enseñaron específicamente la respuesta a su premonición .

Él otro sujeto que estaba con él en esa batalla, intentó sincronizar con los recuerdos de Rhaast a través de un intermediario. Él.

       - ¿Estaba vivo?

        - ¿Quién era?