Basura

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Aproximadamente a mitad de camino, Zed dilucidó una figura femenina a unas cuantas millas frente a ambos.

Miró sobre su hombro y notó que Kayn al parecer no tenía idea alguna de la fémina, debía encontrarse distraido o... entonces,  significaba que sus sombras en su ojo derecho le permitían ver más de lo usual.

Decidió acercarse más para cerciorarse, de cualquier forma, los estaban emboscando y no había otro camino que seguir para llegar al templo sin antes salir del endemoniado bosque.

Al cabo de unos minutos Kayn notó la presencia, deducible para el albino, por la forma en que las sombras del menor ahora se enfocaban en linea recta al arbol donde se sintió la presencia.

Dos saltos más, y así o la rebasaban o la atacaban entonces.

Zed no se encontraba dispuesto a tener un enfrentamiento, estaba perdiendo demasiada sangre y mientras Kayn estuviese en perfectas condiciones entonces la lógica sería permitirle al de mejor situación actual enfrentarse antes que hacerlo él mismo.

Esto no era nada para él, pero si podía evadir un enfrentamiento entonces sería mejor.

De esa forma al Zed poner un pié en el árbol donde la asaltante los esperaba inmediatamente se agachó, evadiendo un ataque de Kunai inmediato. Su ojo sombrío giró a su izquierda, donde visualizó en una fracción de segundo a una asesina ninja. Ese cubrebocas, ese kunai, esa vestimenta, la forma en que empuñó el arma y el arma misma: Kinkou.

- Kayn, saca la basura por mi.

Pronunció y así, lo siguiente que se escuchó, fue una presión cortando el viento y parte del cabello de la asesina quien, agilmente a penas pudo salvar su cuello.

La hoja de la Oz se deslizó por el horizonte, creando una linea recta que rebasaba el tronco del arbol en dos.

- Será un placer, maestro.

Rhaast inmediatamente movio su mano hacia una de las paredes del cubiculo, moviendo su vinculo con el menor hasta su mano corrupta, la cual comenzo a tener un brillo bastante abrazador en el exterior. Irradiaba un rojo caracteristico, ya la vez, una tenue calidez.

-Que mierda es eso . – Pronunció la aturdida asesina mientras observaba al pelinegro. La Oz, el brazo, el ojo, todo brillaba y era... intimidante .

Una sonrisa sádica se hizo presente en el rostro del asesino, quien apoyando uno de sus pies en la mitad del arbol que comenzaba a derrumbarse, dió un pequeño salto hasta quedar frente a la mujer en efecto.

Pasando así en un instante su Oz a la mano de Rhaast, listo para ejecutar nuevamente su siguiente ataque. 

- ¡ZED! – El albino se encontró ya a unos cuantos árboles de distancia. - ¿¡ESTO TODO LO QUE KINKOU ES PARA TI!?

Kayn esperó a la respuesta de su maestro, la cual llegó inmediatamente...

- Todos los de tu orden, incluido tu maestro , son simples basuras para m i.

Luego de eso, no esperó más.

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- Realmente son inútiles comparados a mi. – Dijo Kayn, ahora al lado de su padre. Retomando el paso acelerado del shumpo que su maestro ejecutaba. Parecía apresurado.

CONSTELACIONES  [Kayn x Rhaast] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora