vacio

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Como todo lo que se encontraba cuando miraba a sus adentros ultimamente.

Concentrandose en ver su alrededor, cerró sus ojos para adaptarse a la oscuridad. Al poco tiempo puedo ver con claridad el interior de la abandonada biblioteca. Sabia que el templo anteriormente perteneció a la orden Kinkou pero, aún así, esta biblioteca no era explorada por muchas personas en esos tiempos.

Sin embargo, su maestro, Zed, solia venir constantemente y en su mente: Si su maestro podía ¿por qué él no?

Se oian ruidos, similares a cantos segun se acercaba a algunas secciones de la extensa biblioteca. Y mientras mas se adentraba, más intensos solian ser. Eran muy antiguos estos escritos segun Kayn los miraba. Texto Jonio antiguo, un lenguaje que tuvo que aprender pronto a penas entro a la orden y, según su maestro, solo la orden de las sombras, lo que queda de la orden Kinkou y una usuaria de magia antigua en Jonia eran los unicos capaces de hablarlo y traducirlo.

Kayn no era capaz de hablarlo aún, pero si de leerlo y traducirlo a Joniano actual y Noxiano. Su habla se le complicaba, según Zed, por su origen extranjero.

Pero leerlo, entenderlo y explicarlo no era problema. Kayn, aunque no le dedicara suficiente tiempo al estudio, era muy inteligente. Le tomó poco menos de una semana aprender Joniano a pesar de ser un idioma complicado. Poco más de dos para el Joniano antiguo.

- Si pudiera hablarlo tan bien como puedo entenderlo. – Masculló mientras ojeaba un libro con portada de piel. - Maldita Noxia.

Kayn odiaba su origen, le desagradaba pensar en ello, lucir como noxiano, haber peleado como noxiano, se daba asco al recordarlo y la ira corria como veneno por sus venas.

Trató de enfocarse en la lectura del libro. Se trataba sobre curaciones usando implementos de mar, curioso porque, su maestro jamás implementaba esos metodos. Podria ser util para algun acolito que desee implementar otros modos de curación, hasta donde sabía habian acolitos especializados en ello.

Dejando el libro de lado, siguio el camino que llamaba el canto. Era femenino, melodioso, incluso Kayn podria decir que... encantador. Era curioso como Kayn a medida que pasaba las manos por los libros sentia las texturas de estos: lisos, corrugados, paginas sueltas, incluso algunos peludos que decidio no mirar ni siquiera.

El origen de los cantos eran de un libro algo verdoso, iluminado por luciernagas, tenia un extraño simbolo en el centro.

- "De encantamientos, historia y mitos." - Kayn siguió con la mirada la parte final de dicha portada. - "Relatos Jonios antiguos." - Entre cerró sus ojos y dudó si tomarlo o pasar de el. Claramente poseía un encanto para cantar de esa forma.

Pero, ¿Sabemos de quien estamos hablando no? Claro que lo leería. Por supuesto.

Kayn lo tomó y la voz por un momento fue callada.

Abriendo el libro notó el primer escrito. Era titulado "El renacimiento" y de portada tenia un hermoso paisaje movible. La voz comenzó a cantar de vuelta. "El demonio del muelle." era el siguiente. Kayn no los leia, solo ojeaba las portadas.

- "La reina que encerró al oscuro." - Pronunció Kayn y en el momento pensó que dichos titulos parecian historias infantiles. Se fijó en la llamativa portada: Una reina de corona dorada de espinos yacia en una tumba. El canto cambió a uno mas tragico, mientras las letras se tornaban blancas y el trasfondo oro. - "Esta es la reina que, para proteger a su pueblo, enterrada viva pidió ser.  Para encarcelar a un maligno demonio antiguo que a su pueblo amenazaba con poseer. En una fosa fue sepultada y jamas el demonió volvió a renacer: ni en otro cuerpo, ni en otra vida." - Leyó y al finalizar la portada se transformó en un mapa.

La dirección era Joniana. Un pueblo apartado en lo profundo del bosque Dishé. ¿Este libro poseia la direccion de estos seres infernales?

- Que curioso. Supongo que cuando son reales te dice donde conseguirlos. - Hizo una pausa y volvió a observar el mapa. - A alguien le han de importar estas cosas.

Pasando la pagina se encontro que la siguiente era rojo sangre, el canto se detuvo en seco y en ella no habia nada escrito. Kayn incluso tocó las paginas con las yemas de sus dedos para asegurarse que no era sangre. Y así, bajo los dedos del joven, las letras aparecieron.

"La destrucción, corrupción y desastre solía tener un nombre en la antiguedad, uno que aterraba a los ancestros de tus ancestros, calaba hasta sus huesos."

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Darkin.


Al decir esa ultima palabra, un ruido subito y tronante salió del libro, acompañado de un grito agonico que reemplazó el silencio de toda la sala.

Kayn, en su impresión, dio un par de pasos hacia atras exhaltado. El viento comenzó a agitar los arboles del exterior.

Le tomó un par de segundos retomar la calma, de vuelta en el silencio de la sala.

Observó la portada nuevamente, y paulatinamente los gritos agonicos comenzaron a brotar de la antigua melodiosa voz. Eran gritos de personas que parecian ser torturadas... primero, eran tonos bajos, pero a medida que Kayn analizaba de mejor forma al ser de la portada notó que estas se agudizaban.

     - "Seres de luz corrompidos por la guerra."

          "Creadores de la paz que reinó el pueblo sagrado de Shurima."

            "La caida de Azir."

              "La Gran Guerra Darkin."

                "La traición por parte de la humanidad."


AGONIA.


Los gritos agonicos por parte de la voz del libro empeoraban cada vez más. Eran insoportables, mayor era el dolor que causaban que la curiosidad de Kayn quien, con recelo y de a pocas ganas cerró el libro de forma tajante y con fuerza.

      - No. -Dijo desconcertado colocando el libro de donde fue tomado. La voz retomó su pacifico y melodioso canto a penas el tacto de Kayn fue alejado de él. - ¿Que está mal con éste libro?

Se mantuvo un silencio observandole desde la distancia. Pensó si decir o no el nombre que habia leido anteriormente allí.

Observó el exterior y notó que los arboles estaban tan tranquilos como cuando ingresó. Es como si no hubiese pasado nada.

Kayn decidió seguir su busqueda y ya no distraerse. Al cabo de unos minutos habia reunido dos libros que al parecer podian servirle. Uno se llamaba "El arte prohibido de las sombras." y el otro trataba sobre artefactos antiguos que debian ser evitados.

Despues de unas horas de lectura e immersión en los textos Kayn devolvió a su respectivo lugar ambas obras. Según ambos, la "Caja" servía como objeto de busqueda para la inmortalidad pero, existian almas que no eran capaces de soportar la fuerza que ella ejercía.

Tenia consecuencias: Sentimientos, emociones, empatía. Nada de eso, nunca más.

Tu cuerpo no envejecia, pero tu alma sí.

Esa ultima consecuencia era una variable pues dependía de que tan fuerte fuese el alma de la persona que era expuesta a ella. Se preguntaba Kayn entonces, ¿Que tan fuerte seria su alma? ¿Que tanto de si mismo sería capaz de perder

CONSTELACIONES  [Kayn x Rhaast] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora