Debilidad

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Kayn descansaba mentalmente. Sólo mentalmente.

En su fisico actualmente recidia Rhaast:

De espaldas en la cama con sus manos ligeramente sobre su abdomen, mirada fija en el techo, ceño relajado, respiración calma y apasible.

Los darkin no dormían, sólo existian. El descanso era algo que se les fué negado desde su tiempo como ascendidos, pues sus cuerpos duraderos no requerian de descanso ni alimento, sólo del principal motivo por el cual su existencia tenia sentido. En Rhaast fué la unión (pacifica o no) de sus hermanos, en Aatrox dar ordenes, en Renekton la batalla, en Nasus el conocimiento, en Azir gobernar, en Varus proteger.

¿Por qué de todos sus hermanos, tenía que ser Aatrox el que siguiera con vida? Rhaast frunció su ajeno ceño ante tal pensamiento. Le desagradaba por muchos motivos la idea de lidear nuevamente con su el peor de sus hermanos.

Claramente no se encontraba cerca pues de ser así él ya hubiese sentido su presencia. Tampoco se encontraba en los alrededores de Noxus, entonces, suponiendo que el territorio no habia cambiado mucho desde la ultima vez que lo estudió, debia encontrarse al menos dos jonias y tres noxus alejado de él.

Pudo sentir su presencia cuando Kayn conectó sus recuerdos con los de él. Sabía que era él, no habia duda alguna. Su habilidad propia de comunicarse con sus hermanos le fue arrebatada desde el momento en que entró en corrupción... y aunque ya no pudiese conectar con ellos incluso si se encontraran al otro lado del mundo, podía sentir cuando alguno entraba en su radio de percepción. 

Dejó salir un poco de aire por su boca, aire que parecía humo. Tenía que mantenerlo alejado de Kayn, lejos de Jonia.

Se levanto de la cama de un tirón, observó su alrededor y decidió inspeccionar parte de las pertenencias del menor. En su habitación existian pocos objetos, un 30% de ellos eran espejos.

Se acercó a la cómoda que yacía un poco alejada de la cama y, abriendo cajón por cajón, inspeccionó parte de las pertenencias de Kayn. Habia ropaje similar al que traia puesto ahora, también habia ropa interior, calcetines, brazaletes de cuero y algunos artesanales, pero en ninguno de los cajones había ropaje que cubriera su parte superior. Sólo jaggers.

Rhaast podia reconocerlos, él solía usar de esos en Shurima, normalmente color arena en vez de negros o azul (muy muy) oscuro. Que aún existieran era bastante curioso.

En otros cajones habian figuras, objetos que parecían juguetes. Buscó en los recuerdos de Kayn imagenes asociadas a dichas figuras durante su infancia y encontró recuerdos donde estos objetos le eran obsequiados por unas humanas, de aparente edad avanzada. “Sue” sonaba en esos recuerdos.

Tenían peso emocional para Kayn, algo que a Rhaast poco le importaba. Cerró de mala gana el cajón donde yacian los objetos y dirigió su mirada entonces al espejo de su izquierda. Era grande, tanto como el que se encontraba en el baño, daba una vista completa a el cuerpo del joven asesino y Rhaast, nuevamente, volvió a perderse en dicha observación.

No pensaba nada al respecto, sólo se observaba:

Manos en los bolsillos, estomago ligeramente comprimido, abdominales y pectorales al descubierto, labios ligeramente entreabiertos, un ojo azul grisaceo y un mechon de cabello azul vibrante que resaltaba en su rostro. ¿Su ojo azul habia cambiado a gris? Juraba que lo habia visto claramente azul el dia anterior.

CONSTELACIONES  [Kayn x Rhaast] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora