Noche

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Más de mil años de soledad,

Mil años en los que no existió nadie como tú.

- ¿Cuáles son tus aficiones, Kayn?

Preguntó cierto sujeto de armadura desgastada y voz cansada.

Una habitación blanca rodeaba el lugar, nada más que ellos y una blanca fría mesa en el centro de dicho espacio.

- Asesinar gente inocente, regocijarme entre sus lamentos, contemplar la desesperación en sus miradas. Sus ruegos. – Levanto sus hombros,  sonriendo, y así sádicamente denotando desinterés, al mismo tiempo, que dichos términos eran comunes en su vocablo. – Lo usual en mi.

- Oh, lo “usual” en ti. – Repitió el sujeto, con cierto desdén irónico. – Lo usual en tipos de tu edad son los estudios, o las artes, ¿Vienes de Jonia no es asi? Tal vez estos términos allá sean demasiado novedosos. – Suspiró, moviendo una de sus manos hasta su mejilla, donde se apoyó sobre sus nudillos. - ¿Siembras? ¿Cortejo? En Jonia cultivan alimentos, y supongo que se reproducen de la misma forma que todos. – Rió. - ¿O acaso no?

Entre las habilidades de Kayn se encontraba el adecuado manejo de la ira, la manipulación y el desmayo. Cada uno de los asesinos estaba entrenado para no sucumbir ante ninguna de estas provocaciones y, al tratarse del mejor discípulo del maestro de las sombras, dichas cualidades debían ser perfectas, como se esperaba.

- Hm, - Respondió dejando reposar su sonrisa, haciendo de sus labios una linea recta. – Sí, en efecto cultivamos la comida que ustedes ingieren, también gran parte de los textiles que usan como ropas, y además, gran parte de nuestra femenina fauna Vastaya les deja el pene erecto a mas de uno de ustedes, malditos enfermos. – Luego de una pausa, probablemente reincorporándose ante sus propias palabras, prosiguió. – En todo caso, ¿Quién dicta lo que debo o no hacer? Si debería estar en las siembras, o si debería estar aprendiendo en éstas supuestas escuelas, no lo decide otra persona más que yo. Respecto a lo de mi cortejo, si tanto le interesa saber, mis aficiones sexuales incluyen dioses corruptos por mas de mil años, en caso de no haberlo notado.

- Vaya, quien diría que el mocoso más buscado del mundo es un maricón. – Rió el sujeto, sujetándose su pecho ante tal gracia.

- ¿Más buscado del mundo? ¿Yo? ¡Que maravilloso titulo me han dado! Pensé que dicho puesto lo ocupaba el mocoso millonario de Piltover.

La risa del sujeto súbitamente se detuvo, mirándole ahora con seriedad y tenacidad.

- ¿Qué sabes sobre Ezreal?

Kayn levantó una ceja, mostrando las esposas que le sujetaban y sonriendo morbidamente.

- Si me las quitas te digo, falso Rey.

Un golpe fue asestado en la mesa, pulverizando por completo las cadenas que lo retenían. Inmediatamente dichas manos fueron puestas en libertad y entre caricias Kayn se percató de que no habían dejado tanta marca en esta ocasión.

- Habla. – Demandó el sujeto frente a él. Ojos azules mirándole con intensidad.

Kayn conocía desde pequeño muy bien ese tipo de miradas, ira.

CONSTELACIONES  [Kayn x Rhaast] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora