Las espinas de una rosa, Lucerys.

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Lo encontró.

Es un Omega algo bonito, sin embargo en belleza y realeza Lucerys le pasa de lejos.

De la Casa Stark, El Omega Bran Stark.

Fue fácil darse cuenta, mantiene a Aemond pegado a él por sus feromonas sutiles, pero está vez, incluso soltó su aroma fuerte, pero Aemond seguía buscando a alguien en el salón.

Fue fácil saber quién era, Bran también buscaba a Aemond.

La belleza es increíble, Lucerys es bello en todo aspecto, le llaman la Perla del reino, bendita entre benditas, una belleza que no ha causado tanto revuelo desde su ancestral Viserra Targaryen.

Pero a la gente se le olvida, que todo lo bello, tiene algo más ¿Cómo puede conservarse una belleza? ¿Cómo puedes conservar a un reino? ¿Cómo puedes romper el vínculo de destinados?

Con espinas, espinas crueles, con cizaña y odio abismales.

Por qué las rosas tienen espinas para defenderse, para que nadie toque su belleza sin recordarles que es feroz, que es maldita.

Se mueve de inmediato, Aemond encontrará a Bran en segundos de no apurarse, se acerca con rapidez y siguió al Omega menor solo por dos onomásticos.

Cuando lo tuvo de cara, tomo un cuchillo que se encuentra a unas mesas cercanas, y se lo clavo de inmediato en el vientre.

Su grito fue tan alto que la música freno y los bailes y contentos también, se lanza a Bran rodeandolo con sus brazos abrazando su cuerpo, deja que su cuerpo se empape de su propia sangre y se asegura entre empujones forzosos y sorpresivos que las manos del Omega contrario se llenen de sangre.

¡Mato a mi hijo! ¡Mato a mi pequeño! — Grita en una agonía no fingida, realmente acaba de matar a su primogénito.

Un grito feroz sale su boca, Bran tiembla en sus brazos y trata de moverse pero Lucerys toma aire para apuñalar una vez más su vientre, se asegura de tomar está vez las manos de Bran y se lanza para atrás.

Frente a la corte entera, las casas vasallas de los Stark y Aemond, Lucerys da dos pasos atrás, con el cuchillo aún en su vientre.

El grito de horror que vino dentro suyo no fue opacado por el grito de los demás omegas y betas.

Lo último que Lucerys ve es a Aemond correr hacia él, justo antes de caer de rodillas y perder la inconsciencia.

—¡Mato a la reina! — grito alguien horrorizado.

—¡Ha apuñalado a la reina!

—¡Mato al heredero!

Las personas en ese salón, sirvientes, nobles, cortesanos, todos fueron testigos de el horror en los ojos del pequeño rey, de como su piel palida paso a un tono casi gris y corrió tan rápido hacia su Omega que apenas pudo evitar que su cuerpo callera al suelo para ser nuevamente apuñalado, ahora por su propio peso.

Paso día y noche junto a Lucerys, sin separarse los 3 días que el precioso Omega paso en cama durmiente.

Los maestres confirmaron al pueblo la terrible noticia, el Omega hijo de Ned Stark asesino a la criatura inocente en el vientre de la reina, las protestas y migraciones en el reino norteño fueron inimaginables, al amanecer los dragones ya estaban en el horizonte gélido.

Daemon fue quien se encargó de poner al pueblo ya de por sí en contra de los Stark, aun más, las pequeñas guerras en los salones para enviar al Omega a un juicio o de plano a una ejecución pública fueron altamente temidas.

Las personas pronto, en una mezcla de miedo e indignación, pidieron la cabeza del Omega de solo 13 onomásticos.

Ned Stark lucho por su hijo en las pequeñas reuniones públicas, pero cuando la caravana del rey se logró visualizar en el horizonte del segundo día, sumado a varios rugidos, intento huir.

Los subditos conocen dos historias, en la primera cuando Ned Stark y toda su prole iban a huir, Daemon Targaryen se enfrento a duelo de espadas con el alfa, dónde ganó la cabeza de este y fue colgada en la plaza.

La historia favorita, y real que casi nadie cuenta por qué todos la vieron, fue del bondadoso futuro rey, prendiendo fuego a la caravana de los Stark, haciendo que los lobos ardan con fuego, lo apodaron (al pequeño alfa) en el bajo mundo como fuego de dragón.

Se dice que fue el mismo Aemond Targaryen quien realizó las entrevistas a todos los vasallos de los Stark, cuando estos levantaban su lengua para defender al pequeño Omega de los actos atroces, este les cortaba la lengua.

La furia de los Targaryen llovió sobre Winterfell, la noticia se expandió por todos los 7 reinos e incluso, atravesó continentes, una guerra civil por la muerte del niño no nato era casi segura.

Nuestro niño, mataron a nuestro pequeño niño Aemond, nunca sabré el color de sus ojos o si sus cabellos eran de plata dorada o castaño, nuestro pequeño e inocente hijo Aemond... Nos lo quitaron, lo arrebataron de nuestras manos, ese Omega cruel nos quitó todo nuestro legado, tu sangre Aemond, te quito a tu hijo, me hubiera matado a mí también si no lo hubieses detenido....

Al amanecer, Bran Stark fue ejecutado por la máxima de las traiciones.

Al igual que su madre Lady Catelyn Stark quien hasta su último aliento, lucho y grito por cuidar a su cría.

Aemond fue quien se encargó de las ejecuciones, todos observaron el fuego y la furia arder en los bondadosos ojos del joven alfa, ahora consumido por la venganza y tragedia, él mismo prendió fuego a la hoguera dónde ardieron los que levantaron mano contra su Omega e hijo.

La furia de Aemond barrio todo el reino norte, los ciudadanos recuerdan con demasiado sentimiento como fue el mismo Lucerys quien medio por ellos, dando una fuerza y sabiduría que ninguna madre de luto podría dar.

Se ganó el apodo de la reina madre, aunque no fuera reina ni tampoco una madre, Lucerys solo pudo ganarse más el cariño y respeto por los siete reinos.

Algunos incluso, comenzaron a rezarle como a la madre.

El incidente solo pudo subir la imagen de los Targaryen a un nivel superior, <<Más cerca de los dioses que de los hombres>> dijo Lucerys cuando los defendió de morir quemados <<Perdonales mi señor, pues ellos no saben lo que hacen>> <<Nuestro hijo no pudo crecer para ver este reino, pero si podemos hacer que los siguientes lo hagan>> <<doy mi vida por estos inocentes ciudadanos, que nada han tenido que ver con los perversos planes de la elite norteña>>

Lucerys la misericordiosa, le llaman, le aclaman, lo creen así, lo creen como creen que el cielo es azul y el frío gélido, lo creen como que el sol es amarillo y cálido, lo creen, lo creen con todas sus fuerzas.

Cada vez, los Targaryen comenzaron a alejarse más y más de los hombres, más cerca de los dioses, Lucerys cada vez en un nivel más alto e inalcanzable.

La nobleza norteña fue ejecutada por el Fuego de Syrax un par de horas después, se hicieron elecciones a petición de Lucerys y se restableció un nuevo régimen.

Es increíble, como lo logró, hacer que Aemond matará a su Omega destinado.

Le toca volver a curar el corazón herido de su alfa, pero el sacrificio valió la pena.

Todo lo que Lucerys hace, es por él y Aemond.

Se busca un buen alfa - lucemondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora