Se busca un buen alfa - lucemond

Niños, Sirvientes y Embarazos, Lucerys

Son muchos cachorros.

Tal vez Lucerys debió considerar enserio si era buena idea tener a tantos cachorros en su poder.

Observa el revoltijo que son en la guardería, niños corriendo, gritando, está seguro que uno le está pegan a otro y hay alguien que está metiéndole algo al pelo de su hermana.

Demasiado entusiasta.

Lucerys no se crió con hermanos, solamente él y Jacaerys, nadie más y ahora con este pequeño problema que se ha encasquetado será complicado.

El tío Daemon debe estar burlándose en algún sitio se dice enojado me deje llevar por mis emociones y tome una carga demasiado pesada tal vez, debe verme con ojo crítico y un vino en su mano ansioso por mi siguiente movimiento.

— ¿Cual es el carácter de cada niño? — pregunta a las niñeras y criadas.

Las sirvientes que están haciendo esfuerzos por mantener a los niños sentados cruzan miradas entre sí sin comprender .

— ¿El carácter, su majestad? — pregunta una entre tartamudeos.

— Si, el carácter, es alguno social o le gusta leer, alguno de ellos es más calmado o alborotado, quien es más rápido para la furia y quien jamás pasa por la furia, su carácter — dice lo último con más fuerza al observar que las criadas siguen sin comprender su pregunta.

— Son... niños, su majestad.

Aprieta sus manos para no rodar los ojos.

— Bien, déjenme sola con ellos — ordena, sin embargo las niñeras dudan — traigan dulces y jugos, estaré con ellos. Ahora.

Todos salen y sus órdenes son ejecutados, Lucerys observa el diverso grupo que tiene enfrente.

Los niños son niños.

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Larys Strong iba a morir. No sin antes soltar su lengua, claro.

Aemond se está encargando de eso.

Los pies lo matan, su vestido esta desacomodado y su cabello es un nido. En realidad los niños tienen carácter.

Está hecho un desastre y nadie lo puede ver así, nadie.

Con ese pensamiento acelera su paso y sigue hasta entrar en sus aposentos, entra y un suspiro exhausto salió de su boca.

— Vaya.

Sus ojos se encuentra con los de Aemond.

—Mi rey — saluda avergonzado, Aemond no lo suele ver así de... desastroso.

Sin embargo el alfa no le quita la mirada y el rubor se le extiende hasta el cuello cuando reconoce el hambre en sus ojos.

¡Por los dioses! Está hecho un desastre cualquiera que lo viera tuviera vergüenza y su esposo lo observa... así.

Tiene baba de Dioses saben cuántos niños encima y mocos y lodo por que de alguna forma esos niños consiguieron lodo y se siente horrible y sudado y Aemond lo observa así, así como si se viera de un millón de dragones de oro.

Su vanidad a menudo lo domina, no suele salir sin retocarse con piedras las mejillas o intentar suvizar su piel con huentos, agua de rosas y de arroz siempre fresca para que su piel sea perfecta, demora mas que cualquier otra dama de alta cuna en alistarse para que alguien lo viese, no por inseguridades, Lucerys es la omega mas hermosa en la tierra. Simplemente no esta acostumbrado a terminar sus dias como si vientos furiosos le hubiesen pasado encima.