Se busca un buen alfa - lucemond

Aemond Targaryen, Principe de Dragonstone, legítimo heredero al trono de hierro

— Serás un buen rey — habla orgullosa Rhaenyra.

Era la princesa de Dragonstone, su padre le concedió el título cuando alcanzó la edad de la presentación.

Luego cuando su presentación llegó y fue una Omega, su padre no le quitó el título, pero todos sabían que ella ya no era heredera.

Luego conoció a Harwin, su padre cedió a casarla solo si se mantenían en Kings Landing, cuando su marido no dió ninguna negativa, Viserys fue un rey feliz de no ver a sus hijos lejos.

La reina que nunca fué

El título le pertenecía a su tía Rhaenys, actualmente parece que también se lo quitaron, pues es como se dirigen a Rhaenyra en los pasillos.

Era una niña llena de ilusiones por aquellos días cuando aún era heredera, solo Aegon de sus hermanos había nacido.

Quería casarse con un buen Omega, uno que fuera fuerte y dulce, inevitablemente su mente se invadió de su tío Daemon.

Pedir la mano de su tío a su padre no era inconveniente, iba a hacerlo hasta que escucho rumores de un antiguo romance entre los hermanos.

Las cosas se complicaron, ella termino siendo Omega, su derecho al trono removido y su Omega deseado se casó con otro alfa.

Nunca le dijo a Daemon de sus sentimientos, tal vez eso es lo que la aqueja mayormente.

Pero su vida fue buena, Harwin era un excelente alfa, ella ama a sus crías y hermanos, es cercana a todos.

Pero a Aemond más, es el hermano más dulce y gentil, la gente tiende a aprovecharse de él, pero ella jamás los dejará.

No quiere que se coman vivo a su hermano como lo hicieron con ella hace tanto tiempo, en su corazón hay miedo sobre lo que pasará con él, aún es tan joven y pequeño.

Pero sabe que Aemond será un buen rey, es noble y gentil, puro de corazón, tal vez solo necesite a un Omega a su lado que sea la mano dura que el reino necesite de vez en cuando.

Han llegado rumores a sus oídos, de Aemond mencionando a un familiar en su celo.

Dicen que la llamaba a ella en primer lugar, como una cría llama a su madre.

Dicen que Alicent estaba furiosa por ello.

También dicen que otro nombre sé coló en los labios del joven Principe, un nombre al que llamaba con deseo.

Espera que si fue familiar, sea el de sus hermanos, si fue carnal desea con no sea el de Jacaerys por qué no le desea a nadie él mal que implica perder a la persona que se desea por sus castas.

—Quiero hablar contigo — Aemond habla con nerviosismo, sin embargo no deja de parecer seguro y determinado.

Toma por sorpresa a su hermana mayor, pues no recuerda nunca ver a su hermano en tal estado, alarmada le contesta ; — ¿Es algo malo? ¿Alguien te ha hecho algo? ¿Te han estado molestando? — sus palabras salen a velocidad increíble, la angustia en los ojos de Rhaenyra solo puede compararse como el de una hermana mayor.

—Quiero pedirte formalmente la mano de Lucerys — habla con firmeza, el rostro de su hermana se desencaja de la sorpresa — Creo que es mi Omega destinado, lo he deseado toda mi vida, es lo único que he deseado hermana — se acerca a una palida Rhaenyra — Cuando sonríe mi corazón late como si corriera, como si corriera a su sonrisa — admite con felicidad — por favor hermana, a mi lado nada le faltará, título, dinero, respeto, poder y sobre todo amor — ruega — déjame tomar la mano de mi Omega, te prometo que jamás te arrepentirás.