Si Te Caes, Siempre Te Pondré De Pie.

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— estarán bien — promete — solo necesito que digan lo que paso, agreguemos un detalle más

— Pero eso es mentir Lucerys — Helaena tiene sus ojos mojados en lagrimas, su voz sale quebrada y llena de pánico ante la idea de mentir.

—No es mentir, es adornar la historia — trata de convencer, pero Aegon se encoje y Helaena llora en silencio — si no hacemos esto los mataran — su mirada antes compresiva ahora es cruel y dura — luego a Jacaerys, y entonces nada de esto valdrá la pena — advierte — Tyland Lannister nos tendió una trampa, yo puedo comprobarlo pero sin otro testimonio qué me apoye son injurias, ¡Quiero salvarlos!

— Como salvaste a nuestra madre — Aegon refuta amargamente.

Lucerys entonces cambia su estrategia, se muestra vulnerable y dos lagrimas de cocodrilo salen por sus ojos antes de decir ; — Ejecutaron a tu madre por traición, Aemond escucho una conversación de ella y tu abuelo, planeaban vender a Helaena a triarcada para conseguir un ejército y a ti te iban a vender a los Lannister, me iban a matar a mi y si no controlaban a Aemond podrían en el trono a Daeron y Otto como Regente — exhibe la verdad por que es el motivo por el que Aemond tomo su espada y le corto la cabeza a su madre — Fue Aemond quien tomó la justicia por mano propia antes que ellos pudieran actuar ¡Los iban a vender como ganado!, ¡al mismo Alfa qué enviaron a un catre!

La confesión afecta de más a los omegas hermanos que retroceden en pasos torpes del impacto.

Lucerys se marcha a paso presuroso para el calabozo, con la suerte de su lado se encuentra a su hermosos siendo escoltado de vuelta a sus aposentos.

—Lo llevare yo — ordena y no tiene poder, es un príncipe y ahora está lejos del poder, tan lejos como nunca.

Pero sigue siendo la reina madre, sigue siendo Lucerys quien les subió el sueldo a los guardias y se encarga qué lo resivan a tiempo su dinero, sigue siendo el niño que vieron crecer hasta hacerse de una corona, una reina sin corona.

Los guardias de inmediato se van, no sin antes hacer una reverencia a Lucerys, el castaño observa a su hermano mayor derrotado y con su ropa desarreglada, rota, sangre seca qué no quiere saber de quien es esta en su pecho y manos.

—Lord Lannister puso droga en mi te, provocó el celo y la pelea indirectamente, ira a juicio por traición, estas a suelto de todos los cargos, tus omegas también — informa a toda prisa, toma del brazo a su hermano y lo lleva a sus aposentos — Aemond esta bien — pero no se lo dice al castaño.

Jacaerys esta callado y consternado, en silencio y se deja cuidar fácilmente de Lucerys qué sólo habla en voz alta sobre los crueles qué son los westerossi, se asegura de recalcarlo varias veces para que su hermano no se sienta culpable, aunque no sabe si lo logra, deja bajo llave su habitación antes de partir a la de Aemond.

Pide que todos se retiren con de sus habitaciones, una sesión privada con el inconsciente joven rey.

Los westerossi tienen a sus dioses pero nosotros tenemos a los nuestros Jacaerys

Retira todas vendas del cuerpo postrado.

Siempre más cerca de ellos que de los hombres, sobre los cielos en vez de nuestros pies

Quita cada sabana y prenda de Aemond

¿Como podrían los dioses privarnos de nuestros cielos? ¿Como podrían privar a Aemond de sus alas, cuando es tan buen rey? Hermano, tío, hijo, sobrino, alfa

Cuando el cuerpo de Aemond esta totalmente desnudo toma la daga de dragonglass oculta en su manga.

Un acto de sangre solo se paga con un acto de sangre, la magia siempre funciona así.

—Skorī ēngos yne sytilī ēngosos, skorī ēngos yne dovāe sytilī ēngon, se zaldrīzes ossēnātās

La magia corre en nuestra sangre, es la magia quien nos hace montar dragones

Valar dohaeris.

Māzigon muñīña, hen morghūlis.
Māzigon ēngoso, hen morghūlis.
Māzigon prūmi, hen morghūlis.
Mōrionti naejot vestret kirimvose.
Mōrionti naejot mentyri rȳbari.
Zȳhys perzys, hen sindrori kostir.
Henujagon mazōře, mazȳ se ziry.
Mōrionti naejot ūndan, mōrionti mēles iksan, mōrionti perzys īrvi, mōrionti rȳbari ūndegon, se pōntalo hen rȳbari mazmeles, aōha anhaan she aheshis kirimvose, allayzy ēza lajit ōdrikagon, allayzy sagon kostir.

—La familia siempre te da una segunda oportunidad, la sangre nunca traiciona a la sangre.


Skorverdon hen māzigon, kostir ziry zūgus.
Hen morghot vestret, skorverdi.
Hen morghot mēle, skorverdi.
Hen morghot zaldrīzot, skorverdi

El cuchillo de piedra rompe con facilidad la piel de Aemond, trazar las runas en el cuerpo de su Alfa es fácil, suave y censillo.

Y si te caes, hermano, te prometo que te voy a poner de pie

Ēza lajit ziry māzigon, hen māzigon īlviot rȳbari.
Skorverdon hen kostir, skorverdon hen kostir.
Hen morghot, jaelagon zaldrīzot, kostir skorverdon.

La sangre espesa y caliente sale a borbotones, pero Lucerys no se alarma y busca con calma sus propios brazos, abre la boca de Aemond y sin pensarlo mucho, rompe con el cuchillo la piel en sus muñecas, la lluvia de sangre entra en la boca contraria.

Valar morghulis.

El ojo de Aemond se abre de inmediato.

Lucerys se aparta del cuerpo contrario, deja al Alfa qué está en un estado de confusión y desconcierto alarmante, por inercia este se mueve.

Al verlo sobre sus pies Lucerys sonríe antes de caer en un profundo sueño.

Si su Alfa cae, Lucerys lo pondrá de pie, sin importar el costo.

Se busca un buen alfa - lucemondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora